La maldición del nueve

Desde que Guardiola está en el banquillo cada uno de los portadores de este mítico número han abandonado el equipo. Será capaz Aléxis de romper con esta maldición?

Cesc Fábregas. Punto Final?

Después de tres años con noticias repetitivas sobre su contratación, parece que al final este año se dan las condiciones para su vuelta

La profecía de Van Gaal

Hace un tiempo, Van Gaal, hizo una profecía, queréis saber cual es?

Mourinho, una táctica diferente

Mourinho se caracteriza por explotar al máximo el entorno que rodea la disputa de un partdo.

Cruyff, dos inicios. Una historia.

La llegada de Cruyff al Barcelona supuso una revolución, tanto en su etapa como jugador, como en la de entrenador.

lunes, 31 de octubre de 2011

La obra de Guardiola

Todo proceso creativo genera un interés teórico que no está en la obra en si misma sino en el hombre que la ha creado. El ideal griego de armonía y belleza, que es el objetivo de todo proceso artístico que se precie, queda relegado a un segundo plano, cuando nos preguntamos cuales son las razones y los impulsos que han llevado al creador a generar su obra; esa es la misión única que lo posee. Pensar, actuar, dar forma y sentido a su creación es el objetivo máximo que le hace moverse.

Así veo yo a Guardiola, como un artista, que desde que hace ya más de tres años fue puesto al frente del banquillo azulgrana, ha dedicado todos sus esfuerzos en la construcción de una obra, que todavía hoy está inacabada. Yo sé lo que quiero, pero no podré ganar sin transmitirlo”, fueron sus palabras en su primera presentación al
público.

¿Y cuál es ese deseo?. ¿Qué busca Guardiola? A parte, claro está, de un primer objetivo básico e inherente a toda actividad competitiva, que se basa en ser el primero y acumular el máximo número de trofeos posibles,  la idea de Pep va más allá que la simple consecución de unos números estadísticos. Su objetivo, es otro, una idea, un concepto. Es la gestación de un equipo integrado exclusivamente por jugadores canteranos, dando así forma a la profecía que su otrora técnico, Van Gaal, lanzó en su día, y ejecutando el sueño de una afición culé que siempre ha visto en estos jugadores la máxima representación de unos valores, que La Masía, como institución formadora y educativa representa.

Un concepto, que nadie cómo él podrá transmitir, ya que él mismo ha surgido de esa misma escuela. Nadie como él sabe cuales son las ilusiones y anhelos de todos los que allí se forman. Nadie como él sabe cuanto de más puede dar un jugador en el campo que siente unos colores. Nadie como él, en definitiva, sabe que un conjunto formado por jugadores de casa transmite, no sólo títulos, sino una seña de identidad que le hace único y con el que es fácil identificarse.

A partir de esa idea, cada temporada, cada año, Pep va configurando su sueño, el sueño de todos, y le va dando forma. Primero se lanzó a limpiar el equipo de todos aquellos elementos, que a su juicio eran dañinos y le quitaban brillantez. Y así, una tras otra, piezas destinadas a brillar, pero que por diversas razones no armonizaban correctamente con el resto del conjunto fueron eliminadas. Ronaldinho,Deco, Toure, Hleb, Eto’o, Ibra, y Bojan cayeron del equipo, para dejar sitio a los Busquets, Pedro, Piqué.., que como elementos emergentes y de la casa suponían un aire nuevo y no viciado en la nueva forma de pensar que se quería instaurar.

Forma de pensar, que trató también de recuperar y dar lustro a aquellos jugadores que como Xavi, Valdés, Iniesta, y Messi estaban llamados a ser la columna vertebral que sustentará al equipo, y los pilares maestros de esa obra recién estrenada.

Han pasado ya tres años, y en su cuarto año de mandato, parece Guardiola decidido a dar el empuje definitivo a su creación. Y así, este año nuevos elementos han aparecido desde la escuela azulgrana, ya sea en forma de repesca, como Cesc, ya sea en forma de consolidación definitiva, como Thiago. Y además, figuras ahora simplemente “decorativas” como pueden ser las de los jóvenes Cuenca, Tello y Deulofeu están dando sus primeros pasos para conformar ese once local.

Pocos son los puestos que quedan por cubrir. Hemos visto aparecer en este proceso a Montoya, que en el lateral derecho puede ser la opción más válida. A Bartrá, que tanto como central, como de lateral ha dado buenas sensaciones. A Sergi Roberto, que en etapa juvenil se mostró en uno del los principales escenarios, el Bernabeu. A Dos Santos, que espera su sitio en una zona donde el overboking de talento hace más difícil tener oportunidades.

Cada puesto del equipo, parece ya destinado a uno de esos valores emergentes. Sólo el lateral izquierdo parece huérfano de candidato. Aunque todo hace intuir que la espera no será larga, ya que un joven Grimaldo, que con tan sólo quince años ha debutado ya en la Liga Adelante está llamado a ocupar esa plaza si las expectativas se cumplen.

Es ahora tiempo de hablar de renovación de Pep, tiempo en que nuevamente surgirán voces que pondrán en duda su continuidad, que abogarán que el cansancio mental al que está sometido le hará abandonar. Pero en mi opinión, hasta que su obra no esté finalizada, y su legado sea más la implantación de una idea, que la colección de unos trofeos, la figura del de Santpedor seguirá erguida en el banquillo culé. A la espera que un equipo como esté entre en el campo al compás del himno blaugrana y se consolidé como un conjunto con aspiraciones.

                                                           Valdés
                        Montoya                      Piqué / Bartrá              Grimaldo
                        Cesc/DosSantos          Busquets                      Iniesta/Sergi Roberto
                                                           Thiago
                        Pedro/Cuenca              Messi                          Deulofeu/Tello

Cómo dice mi hija… Sería la leche!!!!!!

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domingo, 30 de octubre de 2011

Papel mojado.

Con la sensación de crisis volando por el Camp Nou afrontaba el Barça el partido de la décima jornada de Liga ante el Mallorca. La exigencia de este equipo es tal, y el nivel de juego demostrado ha llegado a cumbres tan altas, que parece no estarle permitidos un par o tres de partidos espesos, sin que las críticas y comentarios negativos aparezcan, con el objetivo de minar la moral del equipo.

Con la sensación, también, de dudas en cuanto al rendimiento de Messi, y con especulaciones sobre su estado tanto anímico como físico, se había planteado el partido como una especie de plebiscito en el que el argentino sería evaluado.

Con la sensación, a la vez, de estar, por primera vez en mucho tiempo en cuanto a rendimiento global de conjunto por debajo del Real Madrid, el cual después de un mes practicando un juego realmente atractivo, el mejor de la etapa Mourinho en el banquillo, se auto proclamaba, en diferentes tertulias y comentarios como el futuro campeón de todas aquellas competiciones en las que participa, recuperando el tan manido tema del tatareado “fin de ciclo”, que con la esperanza de su continua repetición, al mínimo tropiezo blaugrana, se tiene la confianza de que se confirme.

Ante ese cúmulo de circunstancias, se esperaba que Guardiola pusiera en liza un once con sus mejores figuras, buscando un golpe sobre la mesa que eliminara de un plumazo todo ese aire negativo, como diría Van Gaal, que está semana se había instaurado en Can Barça. Pero parece, el de Santpedor empeñado en demostrar que su equipo, es precisamente, eso, un equipo, y que la totalidad de los componentes de la plantilla están capacitados para formar con garantías en el once titular. Y así, sólo ver la alineación, lo que más sorprendía, no era ya ver los integrantes del equipo titular, si no los nombres de los ocupantes del banquillo y la grada. Y es que si hace un año nos cuentan que en un partido oficial, clave por no perder la comba de un Madrid lanzado, el Barça iba a tener sentados a la vera de Pep a Iniesta, Cesc, Pujol y Piqué, y más lejos, en lo alto de la tribuna Xavi iba a ser uno de los descartes, habríamos tachado de iluso al visionario de tal información.

Seis campeones del mundo, con Pedro lesionado, no han formado parte esta jornada del equipo titular azulgrana, que ha presentado además sorpresas destacables, en cuanto a su disposición táctica en el terreno de juego.

Nada más ponerse el balón en juego, se pudo ver, como los extremos azulgrana, Adriano y Cuenca, actuaban al más puro estilo Dream Team, y así cual Txiqui y Goicoechea de la época se pegaban a la raya de cal en busca de abrir el campo y la defensa. Y como delantero centro, quedaba Villa, que como mejor rematador del equipo se esperaba que pudiera resolver los previsibles centros que hoy se iban a producir desde ambos extremos.

Y Messi?.. Pues, hoy el argentino, actuaba como un centrocampista más, y así junto a Thiago, Keyta y Busquets configuraban una inédita línea media. Con esa posición del argentino se buscaba alejarlo de las marcas pegajosas a las que está siendo sometido. Y es que retrasando unos metros sus evoluciones, los defensas no pueden salir en su busca sin asumir el riesgo de dejar muchos metros a su espalda. De esa forma, Messi, más cómodo, tenía posibilidades de controlar mejor el balón y encarar hacía portería con más libertad.

Y el transcurrir del partido dio la razón a Pep, ya que sobre el minuto veinte y nueve, el argentino, había ya roto las mallas de Aouate en tres ocasiones, consiguiendo ya el enésimo hat-trick de su carrera, y quedando a un único gol de su segunda centena como jugador azulgrana. Parece Messi, empeñado en quedarse con todos los modelos que la casa Nike fabrica y diseña, ya que, cada vez que un nuevo balón entra en escena, lo añade a una colección que debe ser digna de visitar.

A parte del argentino, otro jugador fue ayer clave en el juego del equipo. Un jugador que aporta orden, criterio, consistencia y frialdad en una zona del campo, donde esas características lo convierten en uno de los mejores en su posición. Es Sergio Busquets. Una exhibición ofreció ayer el de Badia. Exhibición en el corte y la anticipación, exhibición en el pase, utilizando siempre la mejor opción. Exhibición a la hora de dar el ritmo que se requería el partido, acelerando o frenando cuando era preciso. En definitiva, exhibición que le hace acreedor de estar entre esos cincuenta futbolistas que alguien ha confeccionada, como los mejores de Europa, en la que no se entiende su ausencia.

Cómo tampoco se entiende la de Valdés. Aunque puedo apuntar desde aquí una razón. Son tan pocas, tan mínimas las aproximaciones de los rivales al área azulgrana, que la figura del portero se está convirtiendo casi en un elemento decorativo en el campo. Ninguna intervención de mérito le recuerdo en este partido, en la que ha destacado más por un par de pases con el pie de larga a distancia que en lo que son intervenciones propias de su puesto. Y claro, así es difícil entrar a formar parte de una lista, o al menos, así deben pensar los que la configuran, ya que en caso contrario es otra decisión, una más, sin sentido.

Con esta situación de juego, tres cero a favor y un dominio total del campo, se llegó al descanso. Y en la reanudación, Guardiola, demostró que le va la marcha. No sólo no hizo descansar a Messi, en un debate que se ha extendido toda la semana, si no que fue cambiando la configuración del equipo, para poco a poco, ir dando entrada a los otrora centrales títulares, Pique y Puyol, y en un nuevo guiño a la cantera azulgrana, acabar los últimos veinte minutos de partido con una delantera formada por Cuenca, Messi y Deulofeu, mostrando así, a aquel que lo quiera ver cuanto de variadas son las posibilidades de este equipo. No sería de extrañar que en próximas jornadas, los Dos Santos, Montoya, Sergi Roberto o Marc Bartrá aparezcan en algún once, y así de forma paulatina, ir configurando un sueño que permanece latente en todos los aficionados culé. El once de la Masía.

Pero hasta que ese día llegué, nos iremos conformando con pequeñas dosis de aportación de cada uno de ellos. Ayer, fue Cuenca el que nos dejó la suya, y en su segundo partido como titular en este equipo, inauguró sus números goleadores. La lesión de Pedro, y porqué no decirlo, el bajo rendimiento que esta temporada está ofreciendo el tinerfeño pueden ser su rampa de lanzamiento para asentarse en el primer equipo.

Para el final, quedó, el trallazo de Alves, dejando en el marcador un guarismo casi típico esta temporada, y estableciendo un registro de veinte y cinco goles a cero en los partidos disputados en el Estadi.

Estadi, que los jugadores, Messi, y Guardiola, abandonaron con la sensación que las cosas habían vuelto a su sitió, convirtiendo en papel mojado todo lo escrito desde el partido ante el Granada.


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viernes, 28 de octubre de 2011

El contra estilo

Una de las características principales de un equipo es su estilo de juego. Un estilo que lo hace único , como la huella digital que nos hace diferentes al resto y ayuda a identificarnos por delante de cualquier otra característica. Y así, se intenta, que, a pesar de los nombres de los jugadores, algunos efímeros en el tiempo, otros eternos en la memoria, éste se perpetué en una forma de juego que lo defina.

Así, por ejemplo, es oír hablar de los colchoneros, y ligarlo inmediatamente con el juego de contragolpe, es sentarse a observar las evoluciones de los leones, y esperar que éstos se dejen la piel en cada pelota disputada, es observar a la escuela andaluza, y preveer que el trato del balón va a ser exquisito, es seguir las evoluciones de los merengues, y no dudar de que el partido tendrá intensidad hasta los minutos finales.

En el Barça, este concepto está todavía más arraigado si cabe. Desde siempre la afición culé, y el equipo, se ha caracterizado por el gusto y la propuesta de un fútbol de toque y atractivo, que tiene como base el manejo del balón y la posesión. Desde la llegada de Cruyff al banquillo, además, se implantó una concepción de juego global en todas las etapas de formación del club, de forma, que, desde los más pequeños hasta el profesional más cotizado tuvieran presente la forma de juego que se deseaba implementar.

Ahora, desde la llegada de Guardiola al banquillo, hace ya más de tres años, las características de ese estilo tan definido han alcanzado un grado superlativo, y es fácil reconocer al equipo azulgrana, sólo viéndole evolucionar los primeros minutos de partido. La posesión, el toque y apoyo, unido a la fuerte presión en la zona defensiva rival son las huellas de este equipo que, no lo dudemos, está firmando unas páginas míticas en el libro de la historia culé.

Con esta concepción, el Barcelona, en estos tres años ha pasado literalmente por encima de sus rivales, ninguneando en ocasiones a algunos de ellos, que se encontraban indefensos ante las exhibiciones azulgrana. Rivales, que pese al estudio de su forma de juego no encontraban el antídoto con el que contrarrestarla. Cada temporada, cada partido, intentaban presentar nuevas propuestas ante el aluvión de juego que practicaba el equipo, y en la mayoría de ocasiones, salvó excepciones o actuaciones casi milagrosas de los porteros (aún recuerdo una de Palop en Sevilla), los partidos acababan y acaban todavía con un buen número de goles encajados.

Ante cada una de las propuestas, Guardiola, técnico que se caracteriza por un amplio y profundo estudio de los rivales, presentaba paulatinas innovaciones con las que hacer frente a las propuestas contrarías. Y así, ha ido desapareciendo la figura del delantero centro, se ha llenado el campo de centrocampistas de toque, se ha eliminado el medio centro defensivo fuerte y rocoso y se ha recuperado la defensa de tres. Innovaciones, cada una de ellas destinada a la conservación de ese estilo que tiene en la posesión del balón su máxima expresión.

Ahora, el equipo, se encuentra ante un nuevo reto. Y es que un nuevo planteamiento de partido se les está mostrando a los jugadores azulgrana, con una forma de juego radicalmente opuesta a la ofrecida por los blaugrana, es el contra estilo.

Ante el equipo azulgrana, los rivales, al contrario que ocurría en los primeros años de Pep en el banquillo están renunciando paulatinamente a jugar como en ellos es habitual , adaptando para ese partido en concreto una estrategia que nada tiene que ver con el resto de partidos anteriores. Ante los culés, el  enfrentamiento se torna único. Y así una y otra vez el Barça ha de afrontar el mismo partido.

Partido que se plantea con dos líneas defensivas en la frontal de área propia, cerrando todas las líneas de pase posibles. Partido que se plantea con una renuncia total de la pelota, dejando un único punta como receptor de los balones recuperados. Balones que ahora, en una vuelta más de tuerca no se intentan ni jugar. Cada jugador que recupera el balón tiene la orden explícita de librarse de él lo más rápidamente posible, alejándolo de su propio campo y evitando así el robo por parte de los delanteros azulgrana.

Y así, partido a partido, los números de posesión del equipo azulgrana van creciendo, llegando a rozar en ocasiones cifran del noventa por ciento. Pero en la medida que estos crecen, también disminuyen las ocasiones de gol, ya que, con esta nueva concepción de juego, los defensores contrarios nunca pierden sus posiciones, y el orden en su línea de retaguardia está garantizado.

Ahora, además, se está perpetuando esta estrategia incluso después de haber encajado el primer gol. Uno de los axiomas más repetidos en el mundo del fútbol, es que el gol más meritorio, el que de forma coloquial se denomina “el que abre la lata”, es el más difícil de conseguir. Y que una vez hecho este primer paso, ante la necesidad del contrario de cambiar su planteamiento, abriendo líneas en busca del empate, al equipo dominador se le abrirían con facilidad los caminos que antes le estaban vetados hasta portería.

Pues bien, ahora, parece que la derrota mínima contra los azulgrana se considera hasta un buen resultado, y en la espera que un contraataque, rebote, jugada a balón parado, o lance fortuito del juego deparé una oportunidad que de con el empate (el Milán lo consiguió en Champions), los contrarios siguen agazapados en su área intentando evitar un segundo gol. Y así, el partido se torna mas aburrido y previsible. Unos, los culés, que no necesitan arriesgar más de lo necesario al tener la victoria casi asegurada ante las escasas acometidas rivales (Valdés lleva ya siete partidos invicto, y sin apenas intervenir en el juego), y otros, que se niegan a participar en la disputa del balón, nos ofrecen partidos en una sola dirección dependiendo su calidad del grado de inspiración del once culé.

Deberá Pep encerrarse nuevamente en su despacho, y allí, donde dice que él más disfruta, buscar las claves para deshacer este nuevo reto táctico que le proponen. Yo desde aquí, le doy una pista. Y si nos replegamos y no vamos a la presión?.. Y si les dejamos acercarse a nuestro medio campo e intentar recuperar allí el balón?. Creéis que podría ser efectivo?.

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miércoles, 26 de octubre de 2011

Messi, un recurso sobre utilizado.

Cualquier administrador de una empresa sabe que su área de recursos humanos es una de las más significativas para su crecimiento, ya que ésta área tiene como máximo objetivo implantar la estrategia a través de las personas, las cuales son consideradas los únicos recursos inteligentes capaces de llevar al éxito de la organización y enfrentarse a los desafíos que hoy en día debemos de afrontar continuamente ante el alto grado de competitividad en el que estamos sumergidos.

Así, cualquier organizador que ser precié, ha de saber valorar,  por un lado los objetivos que debe afrontar, y por el otro, las características y cualidades individuales que cada uno de los integrantes de su organización le ofrece, para que, conjuntamente logren entre todos los objetivos marcados. Es la planificación.

Así, un equipo de fútbol, al principio de cada temporada,  estudia su plantilla, los objetivos que pretende conseguir, y en consecuencia planifica unos ciclos de entrenamientos, destinados a que cada uno de los jugadores se encuentre en plenitud de facultades en los tramos más importantes de la temporada. El objetivo, en los equipos de máximo nivel, es alcanzar picos de forma que posibiliten llegar al máximo de rendimiento en el momento de jugarse los títulos principales.

Para ello, cada jugador, es estudiado de forma única, y a parte del entrenamiento conjunto, se le establece una estrategia individual destinada en exclusiva a potenciar sus principales características. Y en esa estrategia se establecen períodos de intensidad, períodos de relajación y hasta períodos de descanso.

Pues bien, esta teoría parece valer para todos los integrantes de la plantilla azulgrana exceptuando a Messi. Y es que el argentino está siendo el recurso más utilizado por esta empresa, que es el F. C. Barcelona, haciendo de su utilización, a mi entender un sobre uso. Recordaremos todos como llegó Messi a la disputa de los primeros partidos de la temporada. Casi no había aterrizado en Barcelona, cuando se desplazó a Madrid para disputar la ida de la Supercopa de España, donde ya disputó los primeros noventa minutos con apenas dos o tres entrenamientos a sus espaldas. A partir de ese partido, todo ha sido un no parar.

El equipo, debido a la grandeza adquirida en estos últimos tres años se ha convertido en el rival a batir. Y ante él se presentan todos los contrarios con sus mejores galas, y con una actitud que les lleva a disputar los encuentros al doscientos por ciento de su capacidad. A este dato, que no es novedoso, y al que ya están acostumbrados los equipos grandes, se ha unido un hecho del que  yo no recuerdo precedentes. Me refiero a la utilización que las diferentes selecciones nacionales hacen de los integrantes de la plantilla azulgrana. Y así, la española, con convocatorias de hasta diez jugadores, la argentina, la francesa, la chilena y todas aquellas nacionalidades que componen la pequeña torre de Babel que es el vestuario azulgrana, reclaman a los jugadores para la disputa de los partidos más trascendentes y a la vez, también los intrascendentes.

Y aquí, nuevamente Messi, vuelve a no tener descanso. Conocido es le problema latente de rendimiento que tiene el argentino cuando juega con su país. Conocido es el estrés emocional con la que disputa sus compromisos nacionales, intentando demostrar en cada uno de ellos, que allí también, al igual que en su equipo de origen, es decisivo. Y así, cualquiera que sea el partido disputado, no existe descanso para él. Y viaja a los rincones más lejanos del planeta, juega los noventa minutos, y vuelve a viajar de regreso, para casi sin descanso aparecer nuevamente enfundado de azulgrana dispuesto a sobrepasar los marcajes de hasta tres o cuatro hombres que esperan encumbrarse anulando al mejor jugador del momento, y para mi de la historia.

Y Messi no quiere descansar. Reclama jugar siempre. Dice que él se entrena jugando, y que si no lo hace pierde su forma física. Pero creo que ahora realmente ha llegado el momento, en el que el gestor de estos recursos, Guardiola, se de cuenta, que uno de ellos está agotado, y que requiere un descanso. Ha de imponer su criterio, y si bien es cierto, que el equipo se ha montado para jugar con y para Messi, también lo es, que lo ha hecho pensando en él al máximo nivel. Sólo con una gestión adecuada de los tiempos de juego, en una fase del campeonato, en el que además los partidos pierden trascendencia se podrá recuperar a un jugador que este último mes se le ve deambular por el campo. Tampoco está situación sería nueva para el argentino. Recuerdo como en el Nuevo Sardinero dinamitó un partido y consiguió el histórico gol cinco mil de la historia del Barça saliendo desde el banquillo. 

Por otro lado, no sólo está siendo un recurso sobre utilizado en minutos, si no también en responsabilidad. Tanta es la dependencia del juego de ataque azulgrana de su aportación, que se ha convertido casi en un faro para el resto de jugadores. Y así, defensas contrarios y compañeros lo buscan de forma constante. Ya sea para una pared, ya sea para un desmarque, ya sea para un slalom, o ya sea para un sprint desesperado hacía portería, Messi está presenta en el noventa por ciento de los ataques azulgrana. Esa responsabilidad creo que tampoco beneficia en nada su rendimiento, ya que en aquellos partidos, en los que como ahora no está acertado, se desgasta psicológicamente, a no poder aportar aquello a lo que está acostumbrado, y por otro lado, aleja de sus responsabilidades al resto de los integrantes del equipo, acostumbrados a que el astro argentino “saque las castañas del fuego”, cuando las cosas van mal dadas.

Por tanto,  pequeños períodos de descanso tendrían un doble beneficio. Uno, individual, que permitiría al jugador una recuperación física y mental, y otro colectivo, que dotaría al resto de compañeros de ataque de más protagonismo y participación en el juego, y no como ahora, en el que muchas veces actúan como simples maniobras de distracción de ese foco central que es el argentino.

Esperemos que Guardiola recapacite, e imponga su criterio por delante de un genio, que entre todos están agotando, y tal vez como dice el argot popular "matando a la gallina de los huevos de oro"   


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martes, 25 de octubre de 2011

Regreso a los Cármenes. De Cruyff a Messi.

Después de treinta y cinco años el Barça regresaba a Los Cármenes. La nostalgia y los recuerdos de la infancia seguro que han aparecido en más de un culé de mi generación. Una generación que vio debutar a Cruyff contra el Granada en el Camp Nou, en una Liga, la de 1974, que iba a proporcionarnos la primera y única alegría en muchos años de barcelonismo. Por eso los granadinos , y su uniforme a rayas horizontales, siempre despertarán simpatías entre la afición azulgrana.

Recuerdos de triunfo, de superioridad, de saberse los mejores. No sabíamos entonces los jóvenes seguidores blaugrana que ese éxito iba a ser muy efímero, y que tardaríamos años, muchos años en volver a celebrar una Liga azulgrana. Tantos, que aquellos niños ya habían abandonado la adolescencia y se encontraban ya inmersos en plena etapa juvenil

Ahora con la madurez, volvíamos a visitar a los blanquirrojos. Nosotros y el Barça han cambiado mucho desde aquellos lejanos setenta. Unos, los aficionados, hemos dejado atrás las largas travesías en el desierto, sin nada que celebrar, y un pesimismo que nos marcaba. Otros, el equipo, ha sabido hacerse grande, y ha entendido que el éxito sólo es posible si se hace eterno y se disfruta de una forma constante.

Una nueva estrella luce ahora en el firmamento azulgrana. No es holandés, como muchos de los extranjeros que han vestido la camiseta desde entonces. Es argentino, adoptado en Catalunya, y ya desde hace mucho tiempo venía avisando que su nombre sería recordado. Es Leo Messi. Un Messi, que a pesar de la victoria por la mínima no guardará un grato recuerdo de su primer paso por este estadio. Y es que aunque cueste reconocerlo, la aportación del rosarino al juego del equipo ha sido casi nula. Ha estado irreconocible, con unas estadísticas en la que destacan hasta once perdidas del balón. Se le ve cansado, asfixiado diría yo, y reclamando a gritos un descanso.

Parece que cuando se habla de Messi, está prohibido afirmar que ha jugado mal. Pues hoy lo ha hecho. Cómo lo viene haciendo este último mes. Después de más de setenta partidos la temporada pasada, una Copa América, una pretemporada inexistente, y un sinfín de partidos de alta intensidad ya disputados en esta, lo lógico es que su condición física se resienta. Ha perdido frescura, toque y velocidad en la ejecución de sus acciones. Se hace previsible, y los defensas esperan sus regates anticipándose a sus acciones. Creo que debería descansar, y a partir de un reposo volver con la fuerza de siempre.

Y de ese ritmo cansino, se contagia el equipo. Hoy se ha visto un Barça muy espeso, que ha solucionado el partido a balón parado, después de un magistral lanzamiento de falta protagonizado por Xavi. La conducción del balón entre las dos líneas defensivas que los granadinos han colocado en su área distaba mucho de la velocidad necesaria para superarla. Todos los jugadores necesitaban más de un toque en sus evoluciones, y así, el ritmo del balón se ha ralentizado de tal forma que las aproximaciones a la meta de Roberto, han escaseado.

Y eso que el Granada ha cedido todo el campo y la posesión a los visitantes. Ha renunciado completamente a jugar con el balón con una estrategia premeditada. El Barça después de sus últimos éxitos seguro que es el equipo más estudiado estos últimos años. Y así, técnico tras técnico prueban diferentes alternativas para contrarrestar su juego. Una de las características principales de los azulgranas es su alto nivel de presión en la zona de creación del contrario, intentando el robo de balón en los primeros compases de su salida, posibilitando así coger a al defensa descolocada y con espacio para combinar. Fabri, el técnico local, previendo esta contingencia ha ordenado explícitamente a sus jugadores desprenderse del balón con celeridad, y no jugarlo en ningún momento.

Así, cualquier balón robado por sus defensas era jugado inmediatamente en largo, casi al patadón, buscando a su único punta, o simplemente rifándolo a la zona defensiva azulgrana, donde sus centrales lo recuperaban con facilidad. De esta forma el equipo no salía de su propio campo pero conservaba el orden defensivo necesario para afrontar siempre en superioridad los ataques azulgrana. De esta forma, se ha planteado casi un partido de balonmano en una única dirección, en la que el Barça intentaba mover de lado a lado el balón en busca de un hueco en el que penetrar.

Debería Guardiola buscar una estrategia alternativa a esta táctica aquellos días en los que como hoy el equipo no este fino en la elaboración. Una posible solución estaría en retrasar la línea de presión, y dejar jugar libremente al rival hasta el propio campo, de forma que, obligado a salir dejara metros a su espalda y se dieran opciones de ataque en superioridad.

En al segunda parte, en los últimos veinte minutos, cuando los andaluces han intentado salir en ocasiones con el balón controlado, se ha producido este hecho hasta en tres ocasiones. Y en las tres, la ocasión de gol ha sido muy clara para los azulgrana. Sólo la falta de acierto de Cuenca, que debutaba en Primera en un nuevo guiño a esa Masia recien inaugurada , Messi y Villa han impedido que se cerrará el partido, y que se llegará a los minutos finales con el temor que en una jugada fortuita o a balón parado el Granada consiguiera un tanto que hubiera impedido la sexta victoria de esta temporada.

Ha sido un partido atípico, extrañamente aburrido, casi apático y sin intensidad, que denota que este equipo sufre una saturación de compromisos fruto de su propia grandeza. Grandeza que le ha llevado a disputar ya dos competiciones. Grandeza que hace que el ochenta por ciento de sus integrantes sean reclamados por sus selecciones. Grandeza que le obliga a afrontar los partidos ante rivales hipermotivados. Ese es el precio que hay que pagar por perpetuar el éxito, y trabajar para que este no sea efímero, de forma que, las jóvenes generaciones culés, disfruten ahora de un sin parar de celebraciones que a sus padres y abuelos les estaba vetado. Y es que éstos disfrutaron de unos éxitos tan poco frecuentes que han hecho que aquel lejano 74, en el que el Barça iba camino de ser campeón y visitó por úlitma vez Los Cármenes, haya quedado retenido en su memoria.. Esperemos que esta temporada se repita la historia, y que los azulgrana hayan dado hoy el siguiente paso en la consecución de un nuevo título, su cuarto consecutivo. Y a ser posible, también, que el Granada esta vez consiga la permanencia, y así poder recibirnos nuevamente el próximo año. Apuesto por ello.
  
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domingo, 23 de octubre de 2011

El muro de Marcelino.

Nos cuenta la historia que en Gran Bretaña, el gran emperador Adriano, mandó construir un muro de ciento diecisiete kilómetros de largo con el objetivo de aislar a la parte sometida de la isla de los ataques de las belicosas tribus locales, los pictos, y actuar de esa forma como su principal arma defensiva.
Ayer Marcelino, el nuevo entrenador sevillista, se presentó en el Camp Nou, cual emperador romano de esa época, y simbolizando las defensas que éste mandó construir en su tiempo, montó un auténtico muro en la zona defensiva del equipo destinado a salvaguardarse de los ataques de las hasta ahora invencibles hordas blaugrana.
Venían los andaluces a tierras catalanas, con su estrategia de confrontación muy bien aprendida. Nueve hombres pertrechados en su campo, con la mayoría de ellos acumulados en su zona central, y un único elemento en punta, Del Moral, intentando aprovechar su máxima cualidad ofensiva, la velocidad. Se ha dado cuenta el técnico andaluz, que cada vez más el Barça explota la calidad de sus centrocampistas y que acumulando hombres en la zona central del ataque, y con rápidas transiciones de pase y apoyo, es capaz de sobrepasar las más pobladas defensas. Para ello, Pep, utiliza también el recurso de sus dos laterales, que muy abiertos en la línea de ataque, atraen también a algunos de esos defensores, para así, poder abrir esos pasillos interiores en los que tan bien se maneja el equipo.
Ayer, los sevillistas, no hicieron caso de esa trampa propuesta por los azulgrana, y dejaban llegar libremente el balón a la banda, de forma que los laterales azulgrana recibieran casi libremente y sin oposición. Ellos continuaban cerrados en su parcela central, forzando o bien el centro, o bien el pase hacia atrás. Con la primera de las soluciones se sentían seguros, ya que no disponen los azulgrana de jugadores expertos en el juego aéreo, al no disponer de la envergadura necesaria para ello. Con la segunda, el balón siempre acababa en zonas altamente protegidas por las piernas sevillistas, que en superioridad numérica podían ofrecer múltiples ayudas, evitando así los letales unos contra de los delanteros locales.
Y la estrategia les salió a la perfección. En la primera parte ahogaron tanto a los locales, que la producción ofensiva de éstos fue casi nula. Fueron tan nulas las aproximaciones blaugrana al área sevillista, que por primera vez esta temporada pudimos ver al mejor Valdés, que con dos intervenciones de mérito, puso uno piedra más para la consecución de su record de imbatibilidad, que minutos más tarde conseguiría.
A eso además favoreció la puesta en escena del equipo. Y es que esta vez Pep, sorprendió, no ya con la estrategia, ya que el 3-4-3 empieza a ser algo habitual en sus esquemas tácticos, si no con los hombres destinados a ejecutarla. Y es que con Keyta en el mediocentro y Adriano en banda, se limitaba en exceso el juego de combinación que caracteriza a este equipo, y se dejaba el peso de las evoluciones de ataque en prácticamente tres integrantes. Xavi, Iniesta y Messi.
Poco duró este primer plan de Guardiola, que no llegada la primera media hora de juego, estableció una nueva disposición de sus jugadores en el campo, pasando a un 4-3-3, y moviendo a Adriano al lateral y a Iniesta al extremo se buscaba un poco más de profundidad y fantasía en las alas de ataque.
Y así se empezó una segunda parte, en la que sólo ponerse el balón en juego se intuyó una mayor intensidad. Parecía que el gol, esta vez sí, iba a ser posible. Y es que a diferencia de los primeros cuarenta y cinco minutos, en las que apenas vimos intervenciones de mérito del portero andaluz, en esta segunda parte se convirtió en el máximo guardián de su muralla. Y así, Javi Varás, veinte y nueve años, de amarillo en homenaje al mítico portero ruso Dassaev, relevo de Palop en el marco sevillista, se convirtió en el héroe de la batalla. Reflejos, colocación, anticipación y sangre fría hicieron desesperar a los delanteros cules, que vieron su figura engrandecida y se mostraron incapaces de encontrar hueco por donde batirle.
Y eso que en esta segunda parte, el esquema de los blaugrana fue tornándose habitual con las entradas de Cesc, Pedro y Busquets. Pero el poco acierto de algunas de estas piezas de repuesto, Pedro jugó muy acelerado e impreciso, y la tardía incorporación de otras, Busquets apenas dispuso de cinco minutos para ejercitarse, no dieron en ningún momento al equipo la imagen a la que nos tienen acostumbrados. En este aspecto, Pep, creo que muchas veces se cierra a modificar su equipo sobre la marcha, y ayer, en mi opinión era uno de esos días en que más se necesitaban las evoluciones del de Badía, que por toque y envergadura podía ejecutar de forma más eficiente lo que la estrategia del técnico sevillista proponía.
Pero aunque el partido no fue brillante, tuvo el Barça una última oportunidad en forma de penalti. Pero no hay hazaña épica que se precié sin un final heroico. Y así, Javi Varás detuvo la primera pena máxima que ejecutan los blaugrana esta temporada cuando el reloj ya marcaba los agónicos minutos finales. Muchos fueron los minutos que Messi pasó dándole vueltas a la manera de ejecutar el castigo, ante la refriega que se montó previa a la ejecución. Le salió bien a los andaluces la estrategia de desestabilización.
Esperemos que este resultado de empate sin goles no deje huellas, y que, pese a la pérdida del liderato, el equipo afronte sus próximos retos con la máxima confianza. Y es que el próximo martes, una nueva batalla se presenta en el horizonte, ahora en tierras “enemigas”, a las que hay que acudir, también, orgullosos de ser quienes somos.
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jueves, 20 de octubre de 2011

El partido de los mil pases.

Casi mil pases, ciento seis intentos de ataques a portería,  dieciocho remates, dos postes, once jugadas dentro del área rival y doce asistencias, además de un tiempo de posesión, que aunque sea costumbre y parezca rutinario, alcanzó casi el ochenta por ciento, son los datos del caudal ofensivo de los azulgrana en el partido que ayer les permitió casi asegurarse el pasaporte a la verdadera Champions.

Caudal ofensivo que no produjo tantas satisfacciones en forma de gol como en otras ocasiones, pero que configuraron un partido lleno de detalles y gestos técnicos, que tomados por separado podrían conformar el mejor de los vídeos. Sólo haría falta acertar con la banda sonora de fondo, juntar diez o doce imágenes y combinaciones del partido, y regocijarse, sentado cómodamente en el sofá con cada una de las aportaciones que ayer nos ofrecieron los once titulares del cuadro azulgrana.

A veces oigo que el juego de esta Barça aburre, que es lento, que no es dinámico y que carece de profundidad. Incluso ayer, el equipo pasó por momentos de relajación en el césped, que hacían temer por un final parecido hace un mes ante el Milán, cuando los italianos, con apenas dos llegadas al área en todo el partido se llevaron un inmerecido empate. Pero nada más lejos de la realidad. Para mi ayer, el juego del equipo fue en algunas fases, de alta calidad.

Y es que el juego de los azulgrana en algunos momentos rozó la perfección. Fueron los primeros quince de minutos del partido una demostración de juego colectivo. Las rápidas combinaciones en zona de ataque rompían constantemente la cerrada defensa checa precisamente por el sitio donde más hombres acumulaban, el centro. Y es que a los que desde pequeñitos nos enseñaron que la mejor forma de romper una poblada defensa era abriendo el campo y atacándola por las alas, el actual Barça, está empeñado en demostrar en que la teoría es la contraria. Y así acumula hombres en la zona central, y con pases cortos y precisos a una velocidad endiablada va salvando defensores cuales conos puestos en un ejercicio de entrenamiento. Y así, una vez Villa con Iniesta, otra vez Messi con Alves, y seguidamente Iniesta con Messi dieron un “clinic” de juego de toque y apoyo. Lástima que únicamente una de estas tres combinaciones acabó como merecía. Pero como acabo!!!. Y es que el manchego estuvo sublime en la finalización despertando la admiración, creo yo, de hasta sus marcadores.

Es cierto que a partir de ese momento, el partido entró en una fase algo sosa, y pareció que los azulgrana bajaban el pistón de sus revoluciones de ataque. Fueron esos unos minutos los que permitieron ver a un equipo, el Viktoria Pilsen, con un empaque más serio del que se preveía, y con una valentía que muchos de los visitantes al Camp Nou no ofrecen. Llevó su línea de presión hasta la zona defensiva azulgrana, e intentó en todo momento salir con la pelota controlada desde su zona. Pero la calidad de unos y otros, en este partido, ha sido tan dispar, que únicamente nos percatábamos de la presencia de Valdés por su fosforescente indumentaria.

Pero en la segunda parte, nuevamente, en una primera media hora llena de ritmo y jugadas de ataque, el Barcelona sitió al rival en su área. Y eso que los checos seguían intentando jugar el balón en la salida. Pero ahora, la ambición del equipo, intentando finiquitar el choque por la vía rápida, no les permitía combinar ni conducir. Y así, tras cada intento de ataque fallido, la línea media azulgrana, con Busquets comandando las tareas de recuperación, y la línea defensiva, con Mascherano dando un cursillo acelerado de anticipación, llevó en esa primera hora, a unos índices de posesión por encima del noventa por ciento.

Y así, una vez, y otra, y otra, los delanteros azulgrana se plantaban en el área con posibilidades de fusilar al atareado portero visitante. Pero no era hoy el día de la vanguardia azulgrana. Y ya sea, una veces, por un último control defectuoso, otras veces por un tiro deficiente, otras por una parada del portero, un regate sobrante, o un pase de más, el marcador seguía bajo mínimos y la memoria seguía reproduciendo en el subconsciente culé el último gol del milanista Thiago Silva.

La segunda parte del partido demostró un hecho del que en ocasiones  genera dudas. Y es que Messi es humano, y como a cualquiera de nosotros, hay días en los que las cosas no nos salen del todo bien. Y no fue porqué no lo intentará. Hasta casi diría que lo hizo con obsesión. Parecía por su cara y gestos dispuesto el solo a destrozar a esos defensar que de forma repetitiva le impedían marcar el gol que buscaba. Y así, el argentino, pasó por una etapa de juego individualista, olvidándose de sus diez acompañantes en el equipo, e intentando una y otra vez llegar con el balón al fondo de la portería. Y casi lo consigue en una impresionante jugada, que de acabar en gol, hubiera puesto al estadio en pié y haciendo la ola. Y es que hacía tiempo que en una misma jugada no había visto tal cantidad de recursos. Conducción rápida, autopase, regate en corto y definición ante la salida del portero fueron los recursos presentados por el diez azulgrana que le valieron para aumentar sus estadísticas de disparos al palo.

Pasada esa primera hora, el cansancio físico empezó a hacer mella en los dos equipos. Y así unos, hartos de mover el balón de aquí para allá, chutar, driblar y pasar., y otros, cansados de perseguirlo, ofrecieron un último cuarto de hora con un menor ritmo de juego. Y fue casualmente en ese período cuando Villa, consiguió el segundo gol, su tercero ya en este edición de la Champions, después, como no, de recoger un rebote al enésimo intento de Messi por conseguir el suyo.

Se finiquitaba así un partido, y casi la fase de grupos en cuanto al objetivo de la clasificación. Está resultando este año algo aburrida esta fase preliminar del torneo, en las que el bombo ha sido benéfico con los azulgrana. Pero esperando batallas y enfrentamientos de más alto riesgo, siempre nos quedarán, cual artitas barrocos del siglo XVI, los múltiples detalles con los que los azulgrana adornan estos partidos. 

EL APUNTE
Quieres pasear luciendo los colores del Barça?
Aquí te presento el nuevo polo de paseo. Elegante!!!



martes, 18 de octubre de 2011

El huevo o la gallina

¿El huevo o la gallina? es un dilema que proviene de la expresión "¿qué fue primero: el huevo o la gallina?", ya que las gallinas ponen huevos y de ellos provienen los pollos. Esta expresión llena de ambigüedad condujo a filósofos antiguos a cuestionar el cómo se originó la vida y el universo. 

En el habla popular, la tan manida cuestión de "el huevo o la gallina" siempre sale a colación, cuando nos interrogamos por el origen de algo, y queremos establecer quien es el principal autor de un fenómeno concreto. 

Trasladada esta duda al ambiente futbolístico, y al intentar establecer quien es principal autor y artífice del mejor Barça de la historia, una pregunta subyace en muchas de las opiniones que se vierten al respecto, y así, cual huevo y gallina, Guardiola y Messi se postulan en cada uno de los vértices de esta dupla. Por un lado están los que defienden que es Guardiola el auténtico embrión de este equipo, y que ha sido el entrenador azulgrana el que le ha dado cuerpo. Por otro, están aquellos que defienden que nada tendría sentido sin la gran aportación de su gran estrella Messi, y abogan que nada se hubiera producido sin los impresionantes registros en número de goles y asistencias que suma cada temporada. Es la Messidependencia.

Repasando datos y estadísticas se pueden encontrar argumentos a favor y en contra de ambas teorías. A día de hoy, en el que está tan de moda repasar los índices goleadores del astro argentino, y enumerar los goles que le han permitido lograr la hazaña de superar a Kubala y sus ciento noventa y cuatro tantos, me he dato cuenta de un dato curioso, y es que de esos goles, ciento sesenta los ha hecho con Pep Guardiola como entrenador en tan sólo tres temporadas y cuatro meses. Por lo tanto, parece claro con este dato que ha sido Guardiola quien ha influido más en Messi que no al contrario. En cambio, dándole la vuelta a la tortilla y girando este argumento a favor del argentino, hay medios que opinan que sólo un jugador como Messi es capaz de interpretar e intuir que desea el técnico azulgrana de él en el campo, y que es él y sólo él, el que a partir de su ubicación en el terreno de juego como falso delantero centro, el que le ha dado una nueva dimensión a esa posición, y que por lo tanto, si bien es cierto que el Barcelona y Pep lo hacen más grande, él es el más grande por si sólo 

Por otro lado, y siguiendo con las modas, llevamos unos años afirmando que el rendimiento de Messi con su selección está a años luz de su rendimiento en el equipo azulgrana, y que por lo tanto esa es la prueba definitiva a favor de la autoría del técnico azulgrana como principal artífice de los éxitos cules. Si nos fijamos en los datos éstos también parecen que den la razón a este argumento, ya que mientras en el Barcelona firma unos números de ciento tres goles en los últimos cien partidos, en su selección ha estado casi mil días sin incrementar sus números en este apartado estadístico. Pero nuevamente aquí, también se pueden dar los argumentos contrarios, y están aquellos que dicen que realmente Messi si que juega bien con su selección, fue catalogado su mejor jugador en la última Copa América,  y que son el resto de integrantes del equipo los que están a años luz de sus compañeros azulgrana, y que por tanto la vara de medir el rendimiento individual no es la misma en cuanto a números estadísticos, pero si en cuanto a valoración individual de su juego. En los dos equipos es el mejor.

Siguiendo en Argentina, hace unos días se publicaba una interesante entrevista a Menotti, en la que hablaba de estos dos grandes referentesi.

Del primero decía:

“Yo digo que el 99,9% de los entrenadores viven envidiando el juego del Barcelona. Todos quisieran ser Guardiola. Pero la mayoría no sabe cómo se hace".

"Guardiola es más importante que sus jugadores. Él dice lo contrario, claro... ¡qué va a decir! ¿Soy el mejor? Tampoco se lo cree. Pero vamos a revisar quién era Piqué antes de Guardiola, quién era Pedro, quién era Busquets. Ni siquiera Iniesta era titular, era discutido. Ahora son unos fenómenos".

Y del segundo apuntaba:

"Yo creo que hubo cuatro reyes y el quinto no ha aparecido. Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Ahora estamos esperando al quinto, que será Messi o, de momento, no será nadie. Es el que está más cerca, pero no le vas a dar la corona a los cinco años. Para darle a Messi la corona habría que verle fuera del Barcelona, conseguir lo de Maradona en el Nápoles. Aquello era una banda y la convirtió en una orquesta".

Parece claro leyendo estas frases cual es la postura del afamado técnico argentino. 

Sólo los años, y la trayectoria de ambos mitos del actual Barça despejarán esta incognita, sólo resuelta cuando sus caminos se separen de forma definitiva y se pueda evaluar a partir de entonces cuales son sus logros y trayectorias. Podría suceder también que incluso entonces triunfaran por separado, y que el tan celebre problema filosófica quedará sin resolver.

Y vosotros que opináis.. ¿Guardiola o Messi?... ¿El huevo o la gallina?

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domingo, 16 de octubre de 2011

Un partido de momentos.

Se temía la visita del Racing de Santander al Estadi. Y más que por su potencial, y su empate ante el Real Madrid, por ver como el temido virus FIFA iba a afectar al equipo después de la multitud de kilómetros y minutos que han tenido que afrontar la mayoría de integrantes del once titular azulgrana.

Llevábamos toda la semana repasando estadísticas sobre los puntos que se pierden cada vez que se disputa una jornada post-selecciones, repasando la aportación goleadora de Messi en este tipo de partidos, y como su rendimiento se diluye debido a sus continuas decepciones con la albiceleste, y en definitiva, haciendo números de como estos partidos influyen en el rendimiento del equipo en la Liga. Y a los ocho minutos de partido, cuando Abidal empezó a calentar en banda, y el famoso biceps femoral, esta vez de Piqué, decidió hacer su aparición semanal, más de uno, temió que una vez más, la jornada no nos iba a ser propicia.

Pero nada más lejos de la realidad, ya que, el partido en si, no presento apenas dificultad para el Barça, que sin desplegar un gran partido, y muy lejos de las últimas exhibiciones en el Camp Nou, mostraron una imagen segura y sobria, que fue suficiente para doblegar al equipo cántabro. Equipo, que por otra parte, se presentaba en Barcelona, algo acomplejado, con continuas declaraciones y loas hacia el equipo local, intuyendo que la misión de rescatar algún punto era, parafraseando las ya míticas películas de Tom Cruise, “Misión imposible”

Y así, Hector Cuper, planteó un partido típico de un visitante al feudo azulgrana. Posicionó a su equipo en su propio medio campo, y esperó allí a que la inspiración de los centrocampistas y delanteros azulgranas se hubiera quedado en los vestuarios.

Y su oponente Guardiola, después de semanas haciendo gala de una gran imaginación táctica, y demostrando partido a partido las múltiples posibilidades que ofrecen sus piezas en cuanto a distribución en el campo, decidió esta vez, realizar un “revival”, volviendo al ya clásico 4-3-3 que le hizo grande, con un eje defensivo típico y añorado en el que después de muchos partidos Piqué y Puyol volvían a ser protagonistas, y con Messi, recordando sus primeros pinitos en el Camp Nou, actuando preferentemente de extremo derecha.

Por la derecha llegó el primer momento de partido. Después de once minutos insulsos y casi sin ritmo, Iniesta decidió que había que acelerar el juego del equipo, algo monocorde y tedioso hasta entonces, y se inventó una jugada en el área, combinando con el astro argentino, que rubricó su primer gol con pierna derecha, dejando así ya, para la historia sus 194 goles que lo igualaban con el mítico Kubala, e iniciando así la persecución del máximo artillero azulgrana, Cesar.

Supuso ese primer gol, un toque de corneta para los jugadores azulgrana, que entre ese minuto once, y el segundo gol de Xavi, desplegaron el mejor fútbol de la noche, con un mejor ritmo de balón que el demostrado hasta entonces, y con la intención de finiquitar el partido, y alejar los temores de un posible tropiezo.

Ya con un segundo gol de ventaja, la sensación de que el partido iba a dar para muy poco más se instauró en el césped. Unos, ante la maratón de partidos de los próximos veinte y cinco días, decidieron que mejor guardar fuerzas para afrontar con garantías choques más comprometidos. Y otros, vieron que a poco que se empeñaran en defensa podrían salir, al menos de su visita al feudo azulgrana, con un número de goles encajados mucho menor que sus antecesores. No olvidemos, que en este inicio de temporada, el global de resultados en campo azulgrana es de veinte y un goles a cero, y que la puntuación registrada por el equipo en estas primeras jornadas iguala los mejores registros de la era de Pep desde que se hizo cargo de las riendas de este equipo.

Con esas sensaciones se inició una segunda parte, que se disputó como un trámite más por el que hay que pasar, y que sirvió para ver evolucionar a cámara lenta, a un equipo, que a pesar de esa bajada de pistón en sus evoluciones, sigue haciendo gala de una solvencia y seguridad en sus acciones, que le muestra muy superior a sus rivales.

Sirvió, para ver, a un Thiago de pivote defensivo, en una media compuesta por tres jugadores que no llegan a los ciento setenta centímetros de estatura, y en que pareció de nuevo, al verlos evolucionar, que se quiso recordar un nuevo momento de la reciente historia de este equipo, rescatando de la memoria aquella media de la era Rickjaard en la que Deco, junto a Xavi e Iniesta, inauguró el nombre de la línea de centrocampistas azulgrana como la de los “tres pequeños”.

Sirvió, para ver, nuevamente a Messi marcar con su pierna derecha, y elevar de nuevo su registro goleador en esta Liga. Sirvió, para comprobar, que Villa, sigue algo opaco en este constante juego de circulación de balón en el ataque azulgrana. Sirvió, para comprobar, que a pesar de las continuas lesiones, con Cesc y Aléxis todavía en el dique seco, el equipo sigue teniendo recursos, y deja en un partido que se suponía peligroso, a dos jugadores, como Busquets y Mascherano, en el banquillo, en espera de futuros compromisos. Sirvió, en definitiva, para constatar que en esta Liga, nuevamente, el equipo está a años luz de la mayoría de sus rivales, y que puede afrontar sus encuentros desde una posición de seguridad envidiable.

Y sirvió también para constatar, que esta temporada una nueva regla ha aparecido en el reglamento de la Federación. Y es la obviedad del penalty en el caso de que el jugador al que se le cometa sea Messi. Empieza a ser preocupante la ceguera que hacen los árbitros en este tipo de jugadas. No olvidemos, que ya son cuatro, las penas máximas no pitadas a favor de los azulgrana (todas consensuadas por los diferentes medios deportivos), teniendo todas el común denominador de haber sido realizadas sobre este jugador, que se caracteriza además por su poco fingimiento en este tipo de jugadas. Siguen los azulgrana sin estrenarse en esta suerte del fútbol esta temporada, en un dato, que al menos a mi, me parece extraño, teniendo en cuenta el gran número de minutos que éstos pasan en el área rival.

Y así, entre un momento de pausa, uno de recuerdo, otro de polémica, y alguno que otro de alegría y regocijo se llegó al final de un partido que sigue dejando a los azulgrana al frente de una clasificación, en la que ya empiezan a observarse las primeras diferencias, de forma que, llegados a la jornada siete se intuye que nuevamente esta competición va a ser un lucha de dos, en la que el resto actuará de comparsas en busca de objetivos más modestos.


EL APUNTE
La nueva camiseta azulgrana corrige un pequeño defecto. Transpira mejor.
Ayer se estrenó ante la satisfacción de los jugadores.



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