Parece que Valladolid está siendo lugar habitual
de la reciente historia blaugrana. Así, a bote pronto me vienen varías imágenes
en la plaza pucelana, sin las que difícilmente se entendería la trayectoria de
nuestro equipo hasta nuestros días. El “Urruti
t’estimo” cantado por Josep Maria
Puyal, que nos dio una Liga de las de antes, de las que tanto con costaba
ganar. El debut de Puyol, que ahora
justo en la previa de un partido contra los blanquivioletas anuncia el final de
su trayectoria como jugador y capitán del equipo. O el gol salvador de Xavi, sin el cual no se entendería la
trayectoria del siempre discutido Van
Gaal. Todas ellas noticias positivas. Todas ellas noticas para la
esperanza. Qué lejos quedan estos hechos de lo comentado y leído este fin de
semana, después del estropicio que el mejor equipo de nuestra historia, y
posiblemente de la historia de este deporte “nos regaló” en la última jornada
liguera.
Parece que el
partido en tierras vallisoletanas, sea el inicio de un descalabro, que hace que
jugadores y afición hayamos perdido la ilusión y las ganas por ver y competir
en la Liga doméstica. Una Liga larga, muy larga, cómo no se cansan de repetir
unos y otros en sus declaraciones, y que obliga al esfuerzo continuo. Esfuerzo
que ahora, ni los que están en el campo, y por contagio, los que estamos fuera
parecemos con ganas de asumir.
Qué lejos quedan aquellos
días en los que en casa, esperábamos la hora del partido de los azulgrana
sentados mis hijos y yo ante el televisor. Enfundados ellos con sus camisetas recién
adquiridas y prestos a deleitarnos con el último pase de Xavi, la penúltima filigrana de Iniesta, el sinfín de subidas de Alves, y los innumerables regates de Messi. Sentados esperando que el espectáculo diera paso a los
goles. Comentando, riendo, vibrando, disfrutando. En definitiva, viviendo el
Barça como nunca lo habíamos hecho.
Ahora, el partido
semanal se convierte en un acontecimiento anodino. Una actividad más del fin de
semana que se ve o no en función del resto de actividades del fin de semana.
Sin ir más lejos para este último partido, y cómo ya viendo siendo norma
habitual fuera de los partidos de Champions, mi hija Marta dimitió de sentarse delante de la televisión. Ya no le
interesa el Barça, ya no le interesa ver a su Messi. Ni le preocupa casi lo que haga Neymar. Se aburre, y ante el aburrimiento sus actividades
adolescentes ocupan el pódium de sus preferencias. Ya hace tiempo que la última
adquisición en cuanto a camisetas, la de la senyera con el nombre de Xavi a la
espalda, descansa plegadita en un armario.
Mi hijo Marc, visceral y nervioso, no aguanta
ver al equipo por detrás en el marcador. Es ver adelantarse al rival, lo que es
norma habitual últimamente, y despotricar de forma vehemente. es ver al diez
argentino deambular por el césped y buscar el mando para cambiar de canal, en
busca de la tranquilidad o risas de las infinitas series que repiten sin cesar
en la actual programación digital. Es ver la falta de tensión e intensidad que
parece destilar este equipo en todos sus ámbitos (desde Zubizarreta hasta el último de los jugadores), y desesperarse
buscando las razones de lo que está sucediendo.
Son mis hijos de
una generación que no sabe lo que es vivir en la derrota. Desde que tienen uso
de razón y recuerdo futbolístico sólo han visto ganar, ganar y ganar. Y
parafraseando al ya fallecido Luis Aragones,
y volver a ganar, y ganar y ganar. Son de una generación que ha disfrutado cómo
ninguna otra de una hegemonía sin parangón, y que ahora parecen no asumir que
ésta puede estar llegando a su fin. Parece ser….
Y yo la verdad no
sé muy bien que explicarles. No sé si decirles que los ciclos son así, y que
aquello no podía durar siempre. No sé si decirles que ganar siempre es una
quimera, y que en todos los órdenes de la vida a épocas de bonanza le siguen
épocas de penurias en ciclos más o menos cortos. No sé si decirles que estamos
ante un bache temporal, que solucionado puede todavía llevarnos a una temporada
triunfal. No se….
Lo que sí sé, o
veo, o intuyo, es que el equipo ha perdido chispa, hambre, ganas y motivación
pro competir. No es sólo Valladolid.
No es sólo febrero. No es sólo este 2014. Toda la temporada está llena de
ejemplos de un desinflamiento progresivo, de un apagamiento gradual.
Y para mi esta
situación sólo tiene vuelta de hoja con una chispa que active a cada uno de los
integrantes de una entidad que ahora parece somnolienta. Una entidad preocupada
por el futuro, y que mira constantemente al pasado, y que ha dinamitado un
presente que allá por el mes de septiembre parecía esperanzador.
Hace falta
reaccionar, y así, ayer, sentado en el sofá y observando debates sobre el Tata y su nulo poder de transmitir una
pregunta se me pasó por la cabeza. Una pregunta que lance al aire sin esperar
ningún tipo de respuesta. Una pregunta absurda. Una pregunta temeraria….. ¿Y si
fichamos a Mourinho?......... Y mi
hijo, sentado a mi lado, se giró, y con los ojos en órbita casi me grita.. Papa…..
¿te has vuelto loco, o qué?????... Puede...., ¿verdad?
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4 comentarios:
Aunque no acaba de hacerme la idea, he de reconocer que me da cierto morbo ver cómo reaccionarian en la caverna si el Barça le fichase. ¿Te imaginas a Roncero, el cual estaba dispuesto a hacerle felaciones diarias gratis, echándole hasta los perros y echando pestes del portugués? Me dan ganas de tocarme solo de pensarlo...
Ante todo pido disculpas por no responder a la pregunta planteada, primero porque no concibo esa posibilidad, ni quiero pensar en las consecuencias y segundo porque me gustaría hablar de otras cosas.
Se habla por todos los lados, tertulias y demás de la cuestión de intensidad de los jugadores, cosa bien cierta y ya lo hemos oído casi todo. También hemos escuchado la mayoría de motivos que pueden llevar a esa falta de intensidad. A mi me gustaría resaltar uno que quizás se haya comentado pero no en la forma que a mi me gustaría subrayar. Es el aburrimiento. Me explico. Los jugadores del Barça están hartos de jugar contra defensas cerradas a cal y canto y no tienen la suficiente alegría como para abordar ese problema. El juego del equipo cuando es lento y sin alegría se convierte en lo mas vulgar y aburrido del mundo. Supongo que a eso se refería Clemente y últimamente Beckembauer. ¿ Qué hacer entonces? Pues intentar cambiar la forma de juego con el permiso de esos adoradores del famoso ADN Barça . Muchos estamos cansados de ver que cuando el Barça coge la pelota en el medio del campo ante un contraataque rival, Xavi espera a que sus compañeros se coloquen para empezar el típico rondo de balonmano, que insisto sin rapidez y desmarque no sirve para nada. Tenemos dos jugadores super rápidos como son Messi y Neymar. Aprovechemos esa rapidez. Neymar jugando pegado a la cal no creo que sea la mejor opción. Por lo tanto ¿ por qué no jugar con un 4-4-2 ?. Los espacios de banda pueden ser ocupados ocasionalmente tanto por los centrocampistas como por los laterales, que precisamente suben bastante. En el centro del campo Busquets, Cesc e Iniesta serían fijos y a Xavi hay que buscarle un sustituto, bien por su edad bien por que esta forma de juego necesita en algunos momentos algo mas de desborde que control.
Pues sí. Estás en lo cierto. O al menos coincido con tu apreciación. Hay un cierto hastío (jugadores y aficionados) en ver el mismo partido repetido semana a semana. La misma táctica, el mismo rival cambiado de camiseta.
Un 4-4-2 sería una buena alternativa. Messi y Newymar "a su bola" por la zona delantera, y cuatro centrocampistas alternando el pressing y tareas de contención. Me gusta!!!
Hola José Carlos. En primer lugar, decirte que me alegro de tu regreso. Pues, entiendo, que las que quisiera que fuesen las dificultades que te obligaron a dejar de escribir, ya deben, cuanto menos, de haber paliado.
En segundo lugar, yo lo que haría, obviamente, no sería fichar a Mourinho, sino algo que quizá pueda sonar más absurdo si cabe: vender a Messi.
Supongo que recordarás que siempre crítique la messianización del sistema de este equipo, ya que a juicio mío por beneficiar el juegop de un solo jugador, se perjudicaba el de todos los otros delanteros. Y, eso, también a juicio mío, redundaba en prejuicio del equipo.
incluso hará ahora alrededor de un año, puede que un poco más, también en este mismo blog afirmé que me gustaría que Messi se lesionase unos mesecitos para ver si así teníamos oportunidad de comprobar cómo reaccionaba el equipo.
Pues bien, este mismo año Messi se ha lesionado y, en efecto, la respuesta de los delanteros ha sido la prevista, lo que ha redundado -hasta el regreso de Messi- en beneficio del equipo y sus resultados. Y tal y como ya auguré en su momento, las cifras goileadoras de jugadores como Alexis o Pedrito han aumentado considerabilísimamente -también hasta el regreso de Messi-.
Antes del regreso de Messi éramos líderes y le llevabamos no sé si 5 puntos al Madrid, y ahora que nuevamente el astro Argentino hga acaparado el juego del equipo en sus botas, es el Madrid el que nos lleva 4 puntos creo que son. Además de que incluso el Atlético está por delante de nosotros y somos terceros.
Creo que esto debiera ser motivo suficiente para comenzar a replantearse una situación que no es nueva ni comenzó con la marcha de Guardiola, como mucho quieren creer, sino cuando el mismo Guardiola mesianizó el sistema de este equipo, infravalorando y castrando el juego y las posibilidades de acción de otros jugadores como en su día fueron Pedro y "el Guaje" Villa, y posteriormente Alexis y Tello; ya que la messianizaciópn del equipo tuvo lugar a mitad de la temporada en la que fichamos a Villa, cuando las cifras goleadoras de la V y la P del MVP descendieron estrepitosamente.
A día de hoy sí, a los hechos me remito, esté equipo juega mejor sin Messi que con Messi.
Ahora bien, ¿significa todo esto que considere a Messi un mal jugador? En modo alguno, lo considero el mejor jugador de fútbol que nunca ví sobre un terreno de juego.
Si bien en cuanto se acostumbró a que todo el juego pasara por sus botas e incluso llegó a recriminar insistentemente a aquellos jugadores - como Villa- que no le pasaban siempre el balón, comenzó a convertirse en el cancer del mejor equipo de fútbol que nunca existió: el Barca de Messi; tanto aquel que compartía dlantera con Eto´o, como el de la primera media temporada del MVP... hasta, insisto en ello, la messianización del equipo.
Y como sucede que considero que mientras él esté en el equipo, esta situación no va a poder revertirse, ya que ha sido consentido y endiosado por sus propios entrenadores, compañeros, prensa y afición, todos ellos ciegos durante este proceso a mi juicios, insisto en ello, creo que lo mejor que podemos hacer es venderlo por los 150 o 200 millones que nos de por él algún jeque, e invertir ese dinero en fichar los jugadores que realmente necesitamos fichar desde hace ya mucho tiempo. Empezando por un central de garantías, y un recambio para Xavi -ya que hemos "regalado" a Thiago al Bayer de Munich. Con ese dinero podrían hacerse muchas cosas. Además, buen equipo ya tenemos siempre y cuando, claro está, les permitamos sentirse jugadores y no simples marionetas del astro argentino.
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