Erich
Fromm es un famoso sociólogo alemán que con un estilo simple y directo
analiza las patologías producidas por la obsesión de tener, y propone priorizar
una orientación al ser.
Tener o ser son dos disposiciones que engloban
cada una de las circunstancias que rodean a un ser humano, y si bien es cierto,
que nadie está totalmente entregado a uno de estos polos, sí que en cada
individuo puede identificarse cierta predilección por cada uno de ellos, así
como una clara orientación general del global de la sociedad hacia el lado del
tener. En general la valoración de lo que tenemos, adquiere más importancia de
lo que realmente somos..
Estos dos
modos, tener o ser, traspasan todas las esferas de la vida en sociedad, no
reduciéndose a la problemática de la propiedad privada: el aprendizaje, la
memoria, la conversación, la lectura, el ejercicio de la autoridad, la fe, el
amor, son todas esferas en las cuales una persona puede orientarse por tener o
por ser. No todo se reduce a tener objetos, a tener posesiones; se pueden tener
hijos u optar por ser padres, se pueden tener amigos (miles de ellos en
facebook) u optar por ser cómplice de unos pocos, se puede tener un título de
nobleza, o por el contrario ser noble.
Cómo veis esa disyuntiva esta presente en todos
los ámbitos de la sociedad, y el deporte no escapa a ello. Ahora, en plena
disputa de la Eurocopa, asisto con incredulidad al debate continúo
generado por el juego de la selección española y la táctica de su entrenador.
España,
es una selección que se ha caracterizado, al menos desde que yo tengo uso de
razón, por la obsesión de TENER grandes títulos. El objetivo era conseguir algo
que la hiciera referente, y que aupará al deporte rey a la más altas cotas,
consiguiendo el reconocimiento de todos. Un título europeo en blanco y negro
era un bagaje demasiado pobre para sacarle brillo a un palmarés.
En ese camino en busca de la gloria, que yo
recuerde, las gestas no han sido muchas. En mi memoria está una hipnótica
goleada a Malta, que ante lo insólito
del hecho congregó a familias enteras ante el televisor mientras José Ángel de
la Casa se desgarraba la voz cantando cada uno de los goles. O una Eurocopa con Arconada, para mi el mejor portero nunca visto, héroe y villano a
la vez, que permitió ver por primera vez a mi generación, a la ahora llamada Roja en una final. O una remontada épica
en dos minutos ante Yugoslavia en el
Mundial de Corea, que nos ofreció la imagen de dos figuras totalmente
contrapuestas en todos los sentidos, como Camacho
y Guardiola abrazados en éxtasis ante
lo inesperado del hecho.
El resto, si mi memoria no me falla,
desilusiones, eliminaciones prematuras, y el paso infranqueable de los cuartos
de final. Y así, año a año, lustro a lustro, decenio a decenio la inquietud por
TENER aumentaba, y la ansiedad de los combinados que se presentaban a los
grandes eventos hacía que su nivel de competitividad bajara con respecto a las
prestaciones habituales de los jugadores en sus equipos de origen. No había un
patrón definido, no había un estilo de juega, no había una filosofía
establecida. No ERAN un equipo.
Con la llegada de la Eurocopa del 2008, y
después de desterrar por fin la “furia” como el elemento principal de identificación,
se empezó a gestar una forma de interpretar el juego. Forma que poco a poco fue
haciéndose petrea, y que acabó adoptando, como los buenos vinos, una denominación
de origen: el ”tiki-taka”.
Con ese estilo, el actual seleccionador, Del Bosque, ha llevado al equipo
español a cotas que muchos pensaban que ya no verían. Y a parte de la victoria
en el pasado Mundial de Sudáfrica 2010, si la memoria no me
falla, creo recordar que únicamente tiene dos derrotas en su palmarés. Un
equipo con un sello propio, y que lo identifica en el campo. Todas las
selecciones saben lo que ES este equipo.
Pero ahora, en un giro incomprensible, parece que
no es suficiente con SER. Parece que, al igual que en otros ámbitos se ansía más
el TENER. No gusta lo que se ES, y el único objetivo es volver a hacerse
con el título en juego y así TENER una Copa más que haga a esta selección única,
al ser la primera que encadena dos Europeos y un Mundial. Anda algo disgustado
el seleccionador con todo este debate, y creo que no le falta razón.
Fromm pronosticaba que el ansía del TENER era la verdadera causa de la crisis de la sociedad occidental, sus
malestares y el posible camino que terminará con la vida humana en este planeta.
Puede que ese sea el camino que han elegido algunos para su selección.
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