La maldición del nueve

Desde que Guardiola está en el banquillo cada uno de los portadores de este mítico número han abandonado el equipo. Será capaz Aléxis de romper con esta maldición?

Cesc Fábregas. Punto Final?

Después de tres años con noticias repetitivas sobre su contratación, parece que al final este año se dan las condiciones para su vuelta

La profecía de Van Gaal

Hace un tiempo, Van Gaal, hizo una profecía, queréis saber cual es?

Mourinho, una táctica diferente

Mourinho se caracteriza por explotar al máximo el entorno que rodea la disputa de un partdo.

Cruyff, dos inicios. Una historia.

La llegada de Cruyff al Barcelona supuso una revolución, tanto en su etapa como jugador, como en la de entrenador.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Los reyes del mundo.

En el año 1997 Leonardo DiCaprio se lanzó a la fama protagonizando “Titanic”, en una superproducción americana que narraba las primeras y últimas horas del gran transatlántico. Y en ese viaje funesto,  acompañado por Kate Winslet protagonizó una de las escenas emblemáticas del film, que mostrando a los protagonistas en la proa del inmenso buque, se encaramaba a su borde, y ante la inmensidad del océano gritaba una de las frases más celebres que se le recuerdan en su filmografía. “Soy el Rey del Mundo”.

Sirve esa frase para rememorar los éxitos de este año que finaliza, y que deja a la institución azulgrana como la más exitosa en todas aquellas disciplinas en las que participa. Diecinueve títulos enmarcan la trayectoria azulgrana de este año, dejando en la nada a sus rivales, que salen malparados en cualquier comparación. Cinco títulos en fútbol, cuatro en la sección de baloncesto, otros cuatro en la sección de balonmano, 3 en la de fútbol sala y 3 más en la de hockey cierran el ciclo anual más glorioso de la centenaria historia azulgrana, con unos guarismos que quedan lejos, muy lejos del sueño más optimista de cualquier seguidor blaugrana.

A todos estos guarismos conjuntos, y pasando ya únicamente a la sección de fútbol, no sólo son los títulos los que dan crédito al equipo. Y es que también durante este 2011, los galardones individuales se han sucedido de forma constante, llegando a protagonizar un hecho insólito en la historia de este deporte, como fue que tres integrantes de un mismo equipo, salidos además de su cantera, fueran los protagonistas del mas prestigioso premio otorgado a un futbolista, el Balón de Oro, que recogido por Messi, pero compartido por Xavi e Iniesta, ponen a los jugadores azulgrana en la cima del mundo futbolístico.

Cima repleta de jugadores azulgrana según ha constatado el prestigioso rotativo francés L’Equipe esta misma semana, nombrando por un lado al rosarino como el jugador más determinante del año, y a otros cinco jugadores azulgrana (Alvés, Piqué, Iniesta, Xavi y Busquets), en el once ideal de esta temporada, en una demostración mas de la atracción que el juego del equipo está despertando.

Juego cuyo dueño tiene un nombre. Pep Guardiola, que coronado a su vez como mejor entrenador del mundo, ha montado un equipo con un esquema de juego que en nada se parece a los visto hasta el momento. Platini, Van Basten, Bianchi, Menotti, y una larga lista de personalidades hablan y no paran sobre la excelencia del juego culé, y su forma de concebir este deporte. Son continuas las frases de elogio recogidas en torno a un equipo, que tras la disputa del último Mundial de Clubs asombró al mundo con un juego preciosista, y un esquema atípico. Este segundo título mundial azulgrana ha sido la espoleta que ha disparado un sinfín de frases de admiración entre la mayoría de los rivales a los que se enfrenta el equipo:

- “Hoy hemos aprendido a jugar al fútbol”   (Neymar)
- “No aspiro a que me fichen, sólo quiero que me den la oportunidad de jugar un rato con ellos” (Ganso).
- “Estamos ante la presencia del mejor equipo de la Historia” (Bianchi).
- “La final de Wembley ha sido legendaria” (Platini).
- “Sólo me siento delante del televisor a ver al Arsenal y al Barça” (Van Persie)
- “El Barça es el mejor equipo que he visto” (Wayne Rooney).
- “Si sigo por la tele un partido del Barça en sábado, el resto de fin de semana no presencio otros partidos, porque me aburro” (Van Basten)

Incluso, John Carlin, autor de 'El factor humano', la obra sobre Nelson Mandela que luego se convirtió en la película “Invictus”, cree que la tensa temporada 2010-11 todavía ha marcado más distancia entre Barça y Madrid y no sólo en lo referente a lo deportivo también en lo relativo a la imagen. Y es que no nos engañemos, pero dejando a parte títulos, premios individuales, reconocimientos colectivos y lisonjas varias, las victorias sobre nuestro máximo rival, y el papel secundario que a éste le toca ahora desempeñar es el mayor de los triunfos logrados. Ver como en estos tres últimos años, exceptuando la “mejor final de una Copa del Rey de la Historia”, el equipo blanco ha sido incapaz de derrotarnos, ver como las frases de admiración sólo tienen un color, ver como la mayoría de analistas hablan y no paran sobre la imagen de cada uno de los equipo, ver como marcadores abultados a favor de los blaugrana se pasean por los diarios de los mejores diarios deportivos europeos, y ver como en cierto sector madridista se empieza a reconocer a este equipo como superior, es para mi, el mayor de los hitos conseguidos.

Ahora empieza el cuarto ciclo de la era Pep. Y empieza con la consecución de un nuevo Balón de Oro, que reconocerá de nuevo a Leo Messi como el mejor jugador del planeta. Tercer galardón consecutivo, para un jugador que con apenas veinte y cuatro años está batiendo todos los récords imaginables, y que pese a algunos críticos, está llamado a marcar la mejor época de este deporte, y en el que sólo el tiempo y el análisis apaciguado y sin forofismo de los hechos, dejará ver la auténtica relevancia de este jugador mítico. Y empieza el ciclo con nuevos retos. Una nueva Liga, una nueva Champions, y una nueva Copa del Rey (veremos si será nuevamente la mejor de la Historia), están en el horizonte de un equipo, que si vuelve a repetir los éxitos de este último año, todavía podrá subir más alto, y desde la cumbre más alta jamás vista podrá hincharse los pulmones y a viva voz gritar nuevamente: “Somos los Reyes del Mundo


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jueves, 22 de diciembre de 2011

Aquellos maravillosos años

En un ejercicio de ciencia ficción, hoy me apetece pensar que estamos viviendo en los albores del año 2030, y con 65 años ya cumplidos y disfrutando de una bien ganada jubilación, me siento con mis nietos a ver ante la televisión, el intento por conseguir nuestro décimo título Mundial de Clubs. Observamos desde el sofá, también por la mañana, que un once pleno de canteranos aparece por el tunel de vestuarios, y pone nuevamente en juego la hegemonía mundial ante el equipo argentino de River Plate, que después de unos años oscuros en la primera década del siglo XXI, resurgió de sus cenizas para convertirse en un referente del fútbol sudamericano.

Mi nieta pequeña, como ahora hace mi hija, se enfunda una camiseta con el diez azulgrana a la espalda, y sentada en el suelo con las piernas cruzadas, con la espalda hacia delante y cerca del televisor aplaude enfervorizada presagiando que este año otra vez volveremos a reinar.

-         -  “Avi, la décima, nadie tiene más que nosotros, verdad?”
-         - “No, hija mia. Este club es único en el mundo, y desde que Guardiola creó un equipo jamás visto, no hemos parado de crecer y crecer hasta hoy.”
-         - “¿Guardiola? – ¿Quién es Guardiola, avi?”

Y mi memoria entonces, viaja en el tiempo, y en un ejercicio de nostalgia, una nebulosa invade mi cerebro y en éste se reproducen imágenes allí almacenadas y que creía ya olvidadas. Y en ellas, veo un joven técnico, que proveniente de un filial azulgrana, estampa su firma en un contrato ante las dudas de todos los eruditos y aficionados de aquella época, que veían como se ponía en manos de un novel un equipo que acababa de romper con uno de sus pocos ciclos gloriosos hasta entonces. Veo los primeros partidos, recuerdo las primeras crónicas, las primeras dudas, y los primeros resultados adversos. Me vienen a la memoria las primeras críticas, los “yo ya lo dije”, los “se veía venir”. Y también veo como poco a poco el fútbol empezó a fluir, y el juego del equipo empezó a maravillar.

-         Guardiola es el que invento esta forma de jugar que ahora ves, hija mía.
-         ¿Y ganó muchos títulos, avi?
-         Sí, ha sido el técnico con más títulos de la historia”. 8 Ligas y 6 Champions consiguió para el Barça
-         ¿Y los jugadores de aquel Barça, eran mejores que estos, avi?

Y nuevamente mis recuerdos vuelven, y veo a Messi, que con seis Balones de Oro ha sido el jugador más reconocido de la Historia. Más de cuatrocientos goles consiguió marcar con la camiseta blaugrana. Veo a Xavi, ahora director general del club, que también tuvo su reconocimiento, y que después de entrenar al equipo substituyendo a Pep, consiguió tres nuevas Champions. Y veo a Iniesta, dos Balones de Oro le contemplan, que ahora ejerce de directivo, junto al presidente, Piqué. Ambos supieron recoger lo mejor de aquellos maravillosos años, y lograron que los ciclos se superpusieran uno tras otro, hasta llevar al equipo a cotas jamás soñadas al inicio de este siglo. Y veo a Rafinha, Tello, Deulofeu, Montoya y Bartra, que fueron los que recogieron el testigo de ese inicio triunfal, y consolidaron la apuesta que se hizo por la cantera. Y también veo a Puyol, que con una estatua en la puerta de tribuna del club, a cincuenta metros de la de Kubala, se alza majestuoso alzando una Champions.

-  ¿Y avi, quien ese señor tan mayor que enfocan las cámaras?
-  Ese es Cruyff.
-  ¿Cruyff? ¿Ese jugó en el Barça?
-  Sí, y ahora es el presidente de honor desde hace 10 años.

Y ahora mi memoria, que ya empieza a fallar, viaja un poco más atrás, y refleja a un melenudo jugador aterrizar en el Prat, y darme mi primera alegría como culé. Y las primeras imágenes en blanco y negro, me repasan un cero a cinco en el Bernabeu, en una victoria atípica en aquellos lejanos setenta del siglo pasado, pero que en este siglo XXI se ha hecho muy corriente. Y las imágenes en blanco y negro, van tomando color, y el naranja, si, el naranja aparece en mi retina. Aparece en forma de “pinya” de jugadores, abrazándose tras la consecución de un gol. El gol que dio la primera de nuestras once Champions.

-         ¿Avi, avi…, y ese quien es?
-         ¿Ese?... Ah!!..., ese es uno, que había sido entrenador del Real Madrid, ahora es secretario técnico del Málaga. Mourinho se llama
-         ¿Y que hace ahí?
-         Ha venido a pedir jugadores, para que se los cedan en el mercado invernal.
-         Aaaah!!!.. No he oido nunca hablar de él.

Y el balón empieza a rodar. Los millonarios de River esperan atrás, el Barça mueve el balón, toque y desmarque, todos juntos se mueven como un ballet alrededor del esférico, que gira y vuela de lado a lado del campo, se mueve deprisa, pasa de un jugador a otro casi sin tiempo para reaccionar…. Y así, vestidos de azulgrana, los jugadores, ejecutan una sinfonía que no por muy vista en estas dos últimas décadas aburre. Y es que es tan bonito ver jugar al Barça.

-         Avi… Avi…
-         Shssss, calla nena…., que ha empezado el partido. Disfruta!!!!!!



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martes, 20 de diciembre de 2011

Fútbol 3.0

Evolucionar permanentemente es un objetivo primordial de los seres vivos. Se trata de un impulso inscrito en el genoma que determina avances y cada vez mayores grados de complejidad en los ámbitos biológicos y sociales. Los seres humanos poseen una necesidad imperiosa de evolucionar individualmente y como parte de una sociedad hacia logros propios y de la especie. Y así, todo aquello que lo rodea se ve implicado en esa necesidad de cambio, y con el tiempo, los avances en todos los ámbitos conocidos son constantes. Tecnología, ciencia, educación, …, y también cómo no, el fútbol.

Fútbol que en sus inicios , allá por los años 80 del siglo XIX, se implantó con un sistema de juego denominado “Piramidal”, que basaba la distribución de los jugadores de forma escalonada en el campo, y asemejándose a una pirámide, distribuía en un 2-3-5 a los integrantes del equipo. Era una formación que basaba su fuerza en la delantera, que formaban la base del equipo, el cual iba perdiendo fuerza hasta llegar al vértice de la pirámide que constituía el portero.  Este sistema de juego sobrevivió como formación dominante por casi 50 años y se podría catalogar como la primera versión consistente de un diseño táctico. El dispositivo era predominantemente ofensivo a la vez que desequilibrado. Con 5 atacantes por sólo dos defensas puros, y con posiciones estáticas, basaba en la conducción del balón y la fuerza física sus principales características. Y el predominio del ataque originaba resultados muy abultados en los que no era anómalo observar marcadores con tres, cuatro o cinco goles por equipo. Era el Fútbol 1.0.

Intentando contrarrestar esa sangría de goles, el fútbol busco otro camino, en el que ya no se buscaba únicamente perforar la portería contraría, si no que por el contrarío se intentaba proteger la propia de las acometidas del rival. Fueron llegando novedades y aportaciones con ese único objetivo de conseguir el cero como guarismo en contra. Así nació el sistema WM a principios de los años 30.  Este fue el primer sistema de juego considerado equilibrado con 5 defensas y 5 atacantes en donde se ponían en práctica otras formas de llegar a posición de gol y de construir jugadas. En este sistema predominaba la técnica y la inteligencia sobre la fuerza física. A partir de esta innovación, pequeñas e importantes variantes llenaron las pizarras de los entrenadores, para poco a poco ir dando paso al fútbol que nosotros hemos conocido. Surgió el cerrojo, el hombre libre, el catennacio, el 4-2-4, el 4-3-3, hasta desembocar en el llamado “Fútbol Total”, puesto en práctica por la naranja mecánica holandesa en el Mundial del 74. “Fútbol de pressing” es el nombre con el que Rinus Michel bautiza el estilo de juego que desarrollo mientras actuó como preparador del Ajax de Ámsterdam. Este tipo de fútbol marcó un antes y un después en lo concerniente a las tácticas conocidas hasta la fecha. Había nacido el Fútbol 2.0.

Poco a poco, y después de ese aire fresco proporcionado por la escuela holandesa, se intentó contrarrestar ese forma de juego limitando el número de delanteros, y nacieron tácticas que basándose en el “los equipos se arman desde atrás para adelante”, se dedicaron a eliminar delanteros y a poblar de integrantes las zonas defensivas y del centro del campo. Habían nacido el 4-2-2 y el 3-5-2 como variantes a ese nuevo concepto futbolístico.

Ahora, desde la llegada de la escuela holandesa al FC Barcelona de la mano de Johan Cruyff, que recuperando las enseñanzas de su técnico en aquel Mundial del 74 en el que Holanda deleitó al mundo, se están poniendo nuevos pilares para la creación de un nuevo concepto futbolística. Una nueva evolución táctica se está gestando en lo que para mi marca un nuevo paso en este deporte. El Fútbol 3.0 ha llegado.

Y cogiendo los conceptos básicos de su anterior versión, que recogía como fundamental que un equipo era la suma de sus individualidades actuando como una sola, primero Johan Cruyff recuperó la defenestrada defensa de 3, para así contrarrestar la falta de delanteros atacantes, consiguiendo superioridades en la zona defensiva, que posibilitaran construir el juego desde atrás, y salir jugando desde las posiciones más retrasadas. Un centrocampista creador, dos bregadotes, un artista en la media punta, dos extremos abiertos y un delantero centro puro constituían el primer paso de esa evolución.

Evolución en la que se gestó Guardiola, que en su etapa como entrenador azulgrana ha pulido hasta hacerla totalmente suya, construyendo un nuevo concepto futbolístico con el que pasará a la Historia. No hay defensas, no hay centrocampistas, no hay delanteros, incluso a veces, hasta diría que no hay portero. Once jugadores salen al campo con un único objetivo. Tener el balón, distribuirlo, pasarlo, y toque a toque, pase a pase, finta a finta, regate a regate, acercarse en bloque a la portería contraría.

Resulta curioso observar la disposición de los hombres de Pep en el terreno de juego. No hay posiciones fijas, no hay demarcaciones estáticas, todos se distribuyen en relación a la situación del balón en ese momento, y así, lo rodean en espacios tan cortos, que cualquier jugador que en ese momento este en su posesión tiene no menos de cuatro o cinco posibilidades para distribuirlo. Todo ello además, basado en una gran precisión técnica que posibilita que el esférico circule más rápido que cualquier contrario, se mueva a mayor velocidad que cualquier cerebro pueda procesar, y posibilita que éste llegué siempre a posiciones de ataque con ventaja. Ya sea en banda, ya sea por el centro, los azulgrana se plantan en oleadas ante las defensas contrarias, las cuales en muy pocas ocasiones pueden contrarrestar el flujo de juego que les ataca. Y así, un día con un defensa, otro con dos, un partido con tres centrocampistas, otro con cuatro. Un título con tres delanteros, otro con ninguno se ha construido una sistema táctico impredecible en el que manda el principal protagonista de este juego. El balón.


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lunes, 19 de diciembre de 2011

Esos locos bajitos

Valga el título de un tema que hace unos años puso de moda Joan Manel Serrat para expresar lo que se vio en Japón en la final de la última edición del Campeonato Mundial de Clubs. Fue ver como enfilaban los jugadores por el túnel de acceso al terreno de juego, y comprobar que lo que se nos iba a ofrecer iba a ser diferente a los visto hasta ahora, ya que en una apuesta de riesgo todavía no planteada esta temporada, el F.C. Barcelona iba a afrontar el intento de conquista de su décimo tercer título de esta historia interminable sin apenas delanteros en su equipo, y con todo su “arsenal” de “bajitos” en primera línea.

Sirve entonces una de las estrofas de la celebre canción del cantautor catalán para explicar lo que posteriormente se vio en el campo:

“Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar”

Esos locos bajitos que se incorporan”, y que desde un centro del campo lleno de jugadores, movían el balón a uno o dos toques a los sumo, lo distribuían, lo pasaban, lo movían de lado a lado, ante el desespero de su rival brasileño, que sin saber muy bien a quien marcar, a que jugador tomar como referencia esperaba en su campo buscando una mancha azulgrana a la que seguir. Y no la encontraba. Y cual magos., en un “nada por aquí, nada por allá”, de repente aparecían tres, cuatro y cinco de esos pequeños jugadores en las inmediaciones del área para bombardear a los sorprendidos defensas que se veían desbordados por la rapidez del juego de los ahora sí, delanteros azulgrana.

Con los ojos abiertos de par en par”, en los que se veía reflejada la ilusión, las ganas y el hambre por hacerse con un nuevo título. El ansía de ganar, de ser los mejores, de dominar, de jugar con el contrario, hace de este equipo un conjunto nunca visto. Ojos abiertos de Xavi, que tomó el mando del juego, y sin pausa dotó del tal ritmo al balón que aquel aparecía y desaparecía de las diferentes zonas del campo sin dejar apenas tiempo a los blancos brasileños de disfrutar de él. Ojos abiertos de Iniesta, que con continuos arranques y regates en corto desarbolaba a todo aquel que quisiera arrebatarle el esférico. Ojos abiertos de Busquets que desde la posición de medio centro defensivo dio un curso de cómo este puesto ha evolucionado, y que lo hace tan y tan diferente que al resto de jugadores que ahí desarrollan su juego. Y ojos abiertos de Messi, que como siempre, con la ilusión de un principiante disfrutaba del partido, regateaba, asistía, se ofrecía, y como no, marcaba, para convertirse, él también, en el siguiente jugador en marcar en todas las competiciones.

Sin respeto al horario ni a las costumbres”. En un horario anómalo,  se veía raro sentarse a ver al Barça por la mañana, con el café con leche y los croissants en lugar de la cerveza y el bocadillo de rigor. Y saltándose todas las costumbres establecidas, que dicen que a este juego hay que jugar con un portero, más o menos defensas, unos cuantos medios y más o menos delanteros, Guardiola diseño un esquema en el que no se veían delanteros (Ramalho lo definió como un 3-7-0), y con una sobredosis de centrocampismo revolucionó el fútbol atentando contra toda lógica, y demostrando que desde el dominio del balón y la paciencia de la posesión se puede llegar a portería sin ubicar a elementos específicos de ataque. Resultaba curioso observar a Dani Alves como hombre más en punta, esperando pases en profundidad que le permitieran llegar a la línea de fondo, y ya desde allí buscar a la estampida de medios azulgrana que llegaban tocando arrebato. Así llegó el segundo gol azulgrana, cuando después de una sinfonía perfecta de treinta y seis pases y casi dos minutos de posesión en la que todos los jugadores, exceptuando Valdés tocaron el balón, éste en un último toque preciso de Xavi toco las mallas de la portería brasileña.

“Y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar”.  Esperemos que la “cordura” no llegué nunca al banquillo azulgrana, y desde esta apuesta arriesgada el equipo siga deleitándonos y sorprendiéndonos. Un día sin defensas, como ante el Villarreal, otro día sin delanteros como ante el Santos, el Barça hace de la pelota su máximo valor y sólo entiende este juego desde la posesión de la misma. A veces se toman riesgos que a ojos del aficionado nos parecen excesivos, pero sólo se puede entender lo conseguido desde la valentía por afrontar cada encuentro con la necesidad de ganarlo, y posibilitando que todos los jugadores se sientan partícipes e importantes. Esperemos que nada cambie y que esta apuesta innovadora siga evolucionando y nos permita observar nuevas y diferentes formas de plantear un partido. Esperemos que no haya antídoto para el juego culé, y que aquellos que intentan domesticarlo, con tácticas ultradefensivas desde el terreno de juego, o con declaraciones peyorativas desde los más rancios púlpitos, se rindan a la evidencia, y reconozcan de una vez por todas que están viendo las evoluciones del mejor equipo nunca visto.

Y ahora cerrado un nuevo ciclo, el tercero de la era Pep, comienza el cuarto, que tiene en su punto de mira la consecución de un triplete que marca el nuevo reto de este equipo, posibilitando así el cierre de un sextete que marcaría un nuevo hito en la historia de este deporte, al ser el único equipo que consigue todos los títulos puestos en juego en una temporada natural.

Ciclo que se cierra, con una Liga, una Champions, una Supercopa de España, una de Europa, un Mundialito de Clubs, un Zamora, un Balón de Oro, uno de Plata y otro de Bronce, que ponen la nota de este equipo cerca del diez. Claro que viendo las declaraciones de nuestro máximo rival, y el nivel de la valoración de sus logros, quizás deberíamos cambiar la escala de valores y dejar el diez como símbolo de valoración intermedia, y cambiando las costumbres puntuar a este equipo con un veinte, de forma que se exprese de forma contundente la diferencia existente en los logros de unos y otros en el ciclo que ahora se cierra.

Por cierto, que a este paso, a Messi sus rivales también le recordaran con una frase de Serrat y le acabarán cantando..."Niño, deja ya de jo*** con la pelota".

EL APUNTE

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jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Copa Toyota?

Acaba de finalizar la semifinal de esta edición del Mundialito de clubs, y el Barça con un partido cómodo en cuanto a resultado, y que se ha saldado con un contundente cuatro cero a su favor ha sellado su pase a la final, donde el Santos como representante del otro gran fútbol le espera, y donde el alter-ego de Messi, Neymar, tiene la oportunidad de demostrar al mundo que las distancias entre estos dos cracks no son tan lejanas como incluso él, con sus continuas declaraciones llenas de elogios hacia el crack argentino quiere hacer ver.

Lleva ya unos días el Barça en Japón preparando el asalto a la conquista del que sería su segundo trofeo intercontinental, y que le dejaría a un paso de acercarse a los números de los equipos que con cuatro galardones como el AC Milán, y con tres como Peñarol, Nacional,  Real Madrid y Boca Juniors comparten los lugares más altos de un ficticio pódium.

Fue este trofeo creado en el año 1960, y desde esa fecha fue considerada la competición internacional de clubes con mayor jerarquía a nivel mundial, por lo que el equipo que lograba conquistarla era reconocido con el título honorífico de campeón del Mundo. Repasando su historial hay un hecho que llama la atención, y es la gran igualdad que existe entre el número de títulos conquistados por los representantes UEFA (24), y los representantes de la CONMEBOL (22). Y digo que llama la atención, porqué a priori siendo el fútbol europeo aquel en el recalan las principales figuras del resto de continentes sería lógico pensar una abrumadora superioridad de sus representantes. Y no sólo no se da ese hecho, sino que además, si atendemos al historial por países, vemos como los clubes argentinos dominan claramente las estadísticas con un total de 8 títulos conseguidos.

Según mi visión este dato se produce por el carácter que desde Europa se le da a esta competición, a la que no se le da el mismo valor y peso que en Sudamérica. Así, los clubes europeos en su mayoría lo ven como un mal que han de sufrir en su ya cargado calendario y como un trofeo menor que apenas prestigia su palmarés. En cambio, los equipos sudamericanos desde que se proclaman campeones de la Copa Libertadores ponen sus miras en esta competición como el primer objetivo a lograr. No hace falta recordar, como en las negociaciones de Neymar con el Real Madrid para su incorporación, se ponía como primer condicionante que el astro brasileño pudiera estar presente en la disputa de este título. Aunque también es de recibo decir, que este hecho va cambiando de forma paulatina, y así las últimas cuatro ediciones han sido conquistadas por equipos UEFA.

Aquí, en nuestra liga, entre los dos grandes, se da además la circunstancia de dar un valor totalmente subjetivo a este torneo dependiendo del derecho a participar en él. Y así, lo que para el perdedor y no participante significa Copa Toyota, para el ganador pasa a denominarse Mundial de Clubs. Lo que para el perdedor significa enfrentarse a equipos sin ningún nivel, para el ganador significa hacerlo contra los máximos representantes del fútbol mundial. Lo que para el perdedor significa un torneo casi oficioso, el ganador lo vende como la constatación del más grande de los trofeos conseguidos, y que lo coloca en la cúspide del estamento futbolístico.

Independientemente de estas consideraciones subjetivas, objetivamente un trofeo al que sólo se tiene acceso después de haber conquistado una Champions, por todos reconocido como el trofeo más prestigioso a nivel de clubs, y en el que se han nombrado como a mejor jugador a nombres como Eto’o, Messi, Rooney, Kaká o Deco no puede caer en el saco de “torneillo” sin mas.

Todavía recuerdo, otras participaciones del Barça en el lejano oriente en épocas pasadas, que como tales, y adaptándose al rol del equipo de entonces se saldaban con disgustos y derrotas. Yo todavía no he olvidado a Rai, aquel virtuoso 10 del Sao Paulo, que desmontó mi primer sueño de ver este trofeo vestido de azulgrana, y como después de una exhibición remontó un tempranero gol de Stoichov que parecía ponía una autopista hacia su consecución.

Todavía no he olvidado, como aquel equipo llamado a marcar una etapa más longeva en cuanto a predominio futbolístico, y todavía comandado por los mejores Ronaldinho y Deco, sucumbió ante un desconocido, para mi, SC Internacional, iniciando con esa derrota el inicio del fin de un ciclo, que en aquello ocasión si que finalizaba.

Y todavía recuerdo, como en Abu Dhabi, el escudo de Messi en un partido agónico, me hizo saltar del sofá en una fría tarde de invierno, en las postrimerías de un agónico partido que todos veíamos nuevamente perdido, y que sólo un milagroso Pedro, con un gol al límite del tiempo reglamentario consiguió llevar a la prórroga ante el férreo Estudiantes argentino. Y mi cerebro sigue proyectando en mi retina aquella imagen de un Guardiola exhausto, roto y emocionado, que dándose cuenta de lo conseguido rompió a llorar en el centro del campo mostrándose inconsolable ante el abrazo de sus compañeros del cuerpo técnico y jugadores.

Ahora, después de certificar nuevamente el derecho a jugar esta final, y ante la perspectiva de cerrar un nuevo título que proyecte al equipo nuevamente a la consecución de un nuevo sextete, me resisto a admitir la devaluación de una competición, a la que sólo se accede después de la disputa de más de setenta partidos. Ahora sólo espero, que a partir del domingo, la camiseta azulgrana luzca un nuevo logotipo en su pecho, y que así, podamos presumir de ser nuevamente Campeones del Mundo.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

El otro Dream Team.

Despertaba esta semana la prensa catalana con portadas en sus medios digitales con continuos elogios hacía el último partido del equipo, y con artículos que destacaban el juego desplegado en el último clásico por parte del primer equipo azulgrana. Los Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué, Valdés…, ocupaban la boca de los aficionados en cada tertulia, en cada conversación, en cada polémica que hacía referencia al clásico de nuestra Liga.

Muy pocos fuimos conscientes que otro gran clásico se había disputado esa jornada. Un clásico que también se había saldado con victoria, y que aupaba a otro equipo azulgrana de fútbol a la primera posición de la tabla clasificatoria. Se trata del equipo femenino que representa al Barça en la Superliga, nombre con el cual se denomina a la máxima competición en este apartado.

Este equipo, esta llevando a cabo una campaña superlativa, ya que tras la disputa de catorce jornadas ligueras su bagaje es inmejorable, al no haber cedido ni un solo punto en cada uno de los partidos disputados, y a la vez, haber conseguido la victoria ante su máximo rival de esta temporada. El Athétic de Bilbao.
Pero para llegar hasta aquí el camino no ha sido fácil. El primer partido de fútbol femenino que jugó un equipo del FC Barcelona fue el día Navidad de 1970, con motivo de un festival benéfico. El encuentro enfrentó en el Camp Nou a las chicas azulgranas, entrenadas por el mítico Antoni Ramallets, contra la UE Centelles.
Fue durante los años 1980 y 1990 cuando la  entidad apadrinó al Club Femení Barcelona, que utilizaba los colores, distintivos e instalaciones del club,  pero no constaba como una sección oficial del equipo.  No fue hasta el año 2001 cuando el FC Barcelona incorporó definitivamente el fútbol como una sección oficial, con motivo de la creación de la Superliga.  Las azulgranas lograron acceder a esta categoría la temporada 2003/04, tras proclamarse campeonas de la liga de Primera Nacional y superar la liguilla de ascenso, con Natalia Astrain en el banquillo.

Un hecho en la temporada 2004/05 provocó que se escribieran las primeras líneas sobre esta sección, y que poco a poco sus partidos adquirieran interés. El fichaje de la internacional mexicana Maribel Domínguez acaparó incluso espacios de portada, ya que considerada en aquella época como la mejor jugadora del momento, venía al Barça con la intención de aupar al equipo a los lugares más altos de la clasificación.

Sin embargo, el revuelo mediático producido no se tradujo en los resultados deportivos esperados, y así, tras finalizar varias campañas en la zona media de la tabla, la temporada 2006/07 el equipo vivió uno de los momentos complicados de su historia, al descender a División Nacional, por lo que el club se planteó incluso la disolución de la sección. Sin embargo, a partir de ese momento el equipo inició una progresión cualitativa, coincidiendo con la llegada al banquillo de Xavier Llorens, que en su primera temporada logró regresar a la Superliga.

La temporada 2008/09 las azulgranas finalizaron la liga en sexta posición y alcanzaron las semifinales de la Copa de la Reina. La siguiente campaña mejoraron un puesto la clasificación liguera -quintas- y cayeron nuevamente en las semifinales de Copa, pero conquistaron la primera Copa Cataluña del club, rompiendo la hemegonía de cuatro títulos consecutivos del RCD Espanyol, equipo que durante ese período era el gran dominador de la competición, y que contaba con las mejores jugadoras. Fue la temporada pasado cuando el Barça completó una de las mejores temporadas desde su creación, con un cuarto puesto y. La temporada 2010/11 el FC Barcelona femenino completó una de las mejores temporadas de su historia, con un cuarto puesto en la Superliga, y conquistando nuevamente la Copa de la Reina, 17 años después. Las azulgrana se impusieron en la final al RCD Espanyol.

El auge del fútbol femenino cada vez es mayor, y así como antes se veía extraña la disputa de partidos de estas características, ahora es normal observar en muchos campos, como ya desde la base la competición femenina se extiende, y con cada vez más practicantes, se convierte en una opción más como deporte.

Ante el aficionado neófito como yo, todavía le resulta extraño el juego desplegado, al observar diferentes pautas de juego entre sus practicantes y sus contrarios masculinos. Y es que creo que aquí recae el error del observador. La mujer, como tal tiene sus características físicas, que le confieren a la hora de hacer deporte, particularidades que las diferencian. Y así, como por ejemplo, en una partido femenino de tennis, la estrategia, el planteamiento y la forma de desplegarse en la pista es diferente a sus congéneres masculinos, en el fútbol ocurre lo mismo, y el juego se adapta a las características en las que la mujer destaca. Más toque, menos desplazamientos en largo, menos cuerpos a cuerpo configuran un juego algo diferente. Uno tiene la sensación de observar aquellos grandes partidos de la competición masculina de los años 70, donde las evoluciones de los jugadores contrastan con las actuales, sobre todo en la velocidad de ejecución.

Y es que la reciente práctica por parte de la mujer de este deporte hace que se encuentre lejos de los avances de sus competidores masculinos. Pero estoy convencido que las distancias cada vez se acortaran. Con métodos de entrenamiento que hacen que hasta edades de infantiles se compartan equipos, seguro que dentro de unos años la relevancia de este deporte supera a la actual, y no están lejos de repetirse imágenes como la que hace  dos temporadas mostró San Mamés, donde en un último partido de Liga, el Athétic de Bilbao se jugaba el título ante un campo abarrotado.

EL APUNTE

Por otro lado, a su vez, el materia, como ingrediente principal para una correcta práctica deportiva también evoluciona, y así el Barça, ha configurada a su vez una equipación especial para su público femenino. Aquí os dejo un enlace para que la veáis.

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Fin de ciclo

Hace tres años el Rubin Kazan visitaba el Camp Nou en uno de los partidos de la liguilla previa de la Champions. Hace tres años, en aquel partido, en dos jugadas aisladas, este desconocido equipo ruso batió al vigente campeón de Europa que defendía título por primera vez con Guardiola de entrenador. Hace tres años, ese mismo equipo paseaba un sextete como único conjunto capaz de lograrlo en una misma temporada, y que le certificaba como el once más glorioso que nunca había existido en tan corto espacio de tiempo. Y hace tres años, un analista deportivo acuñó una frase que a fuerza de repetirla se ha convertido en un tópico, y en uno de los trading topics más recurrentes en la red social más activa: twitter. Es el #findeciclo.

Tamaño análisis se realizó al albor de una única derrota, de un único partido, en el que por primera vez, los azulgrana salían derrotados esa temporada. Desde que esa afirmación salió a la palestra, que dicho sea de paso, le ha supuesto al periodista una mal ganada y poco merecida fama,  los azulgrana han acumulado la nada despreciable cifra de dos nuevas Ligas, una Champions, dos supercopas de Europa y dos más de España. Y en ese periodo de tiempo, la frase profética aparece y aparece a cada tropezón azulgrana.

Para asegurar la caída culé, el Real Madrid contrató “al mejor entrenador del mundo”. Al entrenador que había conseguido que los de Guardiola no se pasearan por el Bernabeu con una Champions más en su palmarés, que acercará los números blaugrana a los míticos números blancos en esta competición. Mourinho había finiquitado la “obsesión” azulgrana, y a partir de esa victoria, se certifico su pase al las filas merengues con el objetivo de acabar con la hegemonía de los catalanes. Y nuevamente, como un Nostradamus cualquiera, el cual predijo todas las catástrofes mundiales de su época hasta el año 3797, según la cual será el último año de la humanidad,  un paisano del médico y consultor astrológico francés volvía a pronosticar que ahora sí, la hecatombe azulgrana había llegado, y que el ciclo merengue, bajo el mando del “mejor entrenador del mundo” había llegado.

Y el “mejor entrenador del mundo”, en su ciclo blanco, si que es cierto, que conquistó una Copa del Rey, precisamente ante su máximo rival. Si que es cierto, que llevó a su equipo más lejos que ningún otro en una última década nefasta en la más prestigiosa de las competiciones. Si que es cierto que aguantó hasta el límite las acometidas culés, y les hizo luchar al máximo por cada torneo conquistado. Pero a su vez, también lo es que su bagaje ante el rival al cual debía destronar, es paupérrimo. Un punto de nueve posibles le contemplan en Liga, además de una eliminación en Copa de Europa, amén de la pérdida de la última Supercopa en el mejor trofeo de la pretemporada veraniega, por no hablar del mítico cinco a cero con el que debutaba en un clásico la pasada campaña.

Y aún así, antes de este último clásico, y después de la primera derrota azulgrana en la Liga, el fin de ciclo volvió a salir a la palestra, y sin ningún rubor por sus defensores se defenestraba al equipo culé, sin atender a ningún análisis de rigor.

Y llegó el partido, y “el mejor entrenador del mundo”, planteó un partido físico, calcando el esquema que le dio su último título. Cuatro atrás, un único centrocampista de creación y jugadores rápidos y físicos es su apuesta continua en cada partido. Su oponente, al igual que cada año, deslumbró tácticamente, y así como después del mítico dos a seis de su debut, en le que descubrimos a Messi de falso delantero centro, y vimos como Eto’o también podía jugar en banda, mostró una nueva apuesta táctica con una defensa en acordeón, en la que cuatro y tres hombres variaban sus posiciones en función del resultado y las posiciones tácticas de su rival.

Y así como su oponente tiraba de libreta y de innovación, “el mejor entrenador del mundo” siguió con un esquema totalmente rígido durante todo el partido, Ningún cambio táctico que planteará dudas a Guardiola. Sólo sustituciones de hombre por hombre, posición por posición fueron sus respuestas ante el descontrol generado en su once en la segunda parte. Nula autocrítica posterior y reparto de culpas a algunos de sus jugadores fueron sus argumentos. Argumentos que a la vez recordaban episodios ya pasados como posibles causas de actuaciones condicionadas de sus jugadores. Y la suerte como único factor determinante fue la palabra más repetida en una comparecencia, que esta vez, sí, protagonizo en primera persona, y con un tono mucho más acorde al que se supone a personas que representan instituciones de tan alto nivel.

Y digo yo, que ahora, ¿después de esta derrota, después de la demostración táctica de Guardiola, después de la enésima victoria azulgrana, después de la nueva demostración de superioridad del equipo catalán, si aquellos, que hace ya tres años pronosticaron el fin de ciclo azulgrana por una única derrota ante un desconocido equipo ruso,  deberían hacer ahora lo mismo y analizando lo dicho, establecer que el fin de Mourinho como técnico blanco está próximo? Seguro que los futuros premios del Balón de Oro si que romperán con el ciclo del portugués y nombraran esta vez sí,  a Guardiola como “el mejor entrenador del mundo”.

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domingo, 11 de diciembre de 2011

Territorio de Pep.

El Bernabeu, territorio en otras épocas casi inconquistable, se está convirtiendo en esta época de Guardiola como líder culé en uno de los terrenos más asequibles. Y es que en su cuarta temporada en el banquillo, todavía no conoce el técnico de Santpedor la derrota en tierras merengues.

Y eso que este último clásico tuvo un inicio que puso al Real Madrid en la rampa de lanzamiento para conseguir su primera victoria, cuando a los veinte segundos de partidos, Victor Valdés, en un fallo incomprensible, pero repetido en cada temporada, dejo franco un balón a la delantera local, para que Benzemá logrará adelantar a los blancos en el marcador, y poner el encuentro en una situación propicia para los intereses madridistas.

En una situación típica esta temporada, a los azulgrana les costó entrar en el partido, y empezar a calentar motores, y en unos primeros viente minutos bastante espesos, y con continuas pérdidas de balón, estuvieron a merced del rival, que con algo más de acierto por parte de su máxima estrella, CR7, podrían haber dado un casi definitivo golpe sobre la mesa.

Pero fue reponerse los azulgrana de su resaca inicial, y empezar la sinfonía habitual de los de Pep en el Estadio de La Castellana. Guardiola ejerció de entrenador, y después de una semana discutiendo sobre el esquema con el que el Barça se presentaría al partido, en el que principalmente se planteaba la conveniencia de jugar con una defensa de tres o de cuatro hombres, Pep, visto el poco control de su equipo en estos primeros compases, optó por cambiar su idea inicial, y adelantando a Alves a la posición de extremo, y retrasando un poco a Busquests para ayudar en labores defensivas y salidas de balón, casi diría que jugo con una defensa de tres hombres y medio, donde el de Badia hacía de hombre ancla y se desdoblaba en una doble misión, y así, por momentos central, por momentos pivote defensivo, ofrecía por un lado seguridad defensiva y a la vez la tan necesaria superioridad azulgrana en el centro del campo.

Y los pequeños azulgranas empezaron a tocar. Toque, toque y toque en una película ya vista muchas veces por el aficionado culé. Toque, toque y toque con un Xavi estelar comandando cada acción de ataque. Toque, toque y toque, con un Iniesta que de menos a más finalizó el encuentro con acciones dignas de las mejores repeticiones a cámara lenta. Toque, toque y toque, con un Cesc que demostró después de unos primeros cuarenta y cinco minutos espesos que lo suyo es jugar en este equipo, ofreciendo llegada y pegada en una segunda parte apoteósica. Toque, toque y toque, con un Messi, que se ofrecía, que asistía, que corría de banda a banda del ataque, y que defendía como cualquiera, en acciones inclusive cerca de su propia área. Y toque, toque y toque de Valdés, que después de un primer error, que habría hecho que cualquier otro recibiera un balón con un temblor en la piernas, seguía distribuyendo el balón desde la portería con pases precisos sin preocuparse en la más mínimo por su primera acción del partido.

Y así, con el paso de los minutos, primero Aléxis, incansable toda la noche, y demostrando, hoy sí, que su fichaje puede haber sido un gran acierto para este equipo, y a continuación Xavi y Cesc, sellaron los tres goles de los visitantes.

En mi opinión, no fue el resultado del partido lo más trascendente. Fue la sensación nuevamente de superioridad que ofreció el Barça. Sensación de seguridad en sus fuerzas, en su juego y en su manera de entender este deporte. Se sabe hasta la fecha mejor que los blancos, y sale a disputar cada encuentro con una ventaja anímica, que pesa como una losa en los jugadores del Real Madrid. Estos, al contrario, disputan estos encuentros atenazados. Nadie parece ser el que es. Casillas se vuelve vulnerable, y ya no parece ese portero imbatible de las grandes noches merengues. Marcelo y Pepe juegan sobre-excitados y sin ningún tipo de sentido táctico, únicamente preocupados por morder y hacerse sentir defensivamente, pero sin ningún tipo de criterio a la hora de jugar el balón. Xabi Alonso queda perdido entre la maraña de jugadores azulgrana que lo rodean y sobrepasan con continuas triangulaciones. Y CR7 parece hundido y confundido cada vez que se enfrenta a la defensa catalana, donde la visión de Piqué y Puyol, enormes anoche, parece que le atenace y revolucione, ofreciendo, poco, muy poco, en cada clásico disputado.

Y a su vez Mourinho, no acaba de dar con la tecla que pueda desactivar el juego culé. Unas veces cerrado atrás, otras veces con presión asfixiante, otras veces con trivote, en ocasiones con mediapunta y tres delante, sigue sin encontrar la fórmula de desbaratar un concepto futbolístico que está haciendo historia. Se encuentra impotente el luso para contrarrestar los planteamientos de Pep. Por supuesto no estoy en la cabeza de Mou, pero en mi opinión le puede la grandeza del Madrid, la cual no le deja plantear los encuentros como a él le gustaría. Cerrojazo atrás, con salidas fulgurantes al contragolpe creo que es su arma. Pero el rechazo que esta generó la temporada pasada entre afición y prensa, hace que no se atreva con este concepto de juego, e intente salir a disputarle el encuentro a los de Guardiola en un tú a tú, con un concepto de juego diferente al que él realmente cree. Y así, año a año, partido a partido la superioridad azulgrana crece, y la obsesión merengue por acabar con la hegemonía del actual campeón también aumenta, y tal como dijo, el mismo Mou en una previa de Champions, donde como entrenador del Inter de Milán, intentaba evitar el pase a la final soñada por todo culé en el Bernabeu, jugar con una obsesión es el primer paso para salir derrotado.

Y ahora, finalizada la jornada, y después de dar por casi sentenciada esta Liga, vemos al Barça situado nuevamente al frente de la clasificación a la espera de que la próxima semana, unos, los blancos intentes recuperar el sitio perdido con la disputa de su partido pendiente en Sevilla, y otros,los blaugrana se traigan de Japón su segundo Mundialito de Clubs. Mundialito que irán a disputar con la confianza que da esta victoria en el campo y territorio de su máximo rival. El territorio de Pep.


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viernes, 9 de diciembre de 2011

Los superheroes

Después de la disputa del Mundialito no ha tardado en salir Mourinho a la palestra para desmitificar los logros cules, y así aquello que en su día fue "un torneo que hay que ganar" o "para llegar aquí se han de jugar cincuenta y siete partidos", ha pasado a convertirse en "dos partidillos".  Y eso que parecía que esta temporada el tono de sus declaraciones había bajado, y como a veces recuerdan en un famoso programa de la televisión catalana, Crakovia, el luso se había Guardializado. Y es que parece que después de la sucesión de clásicos de la temporada anterior, al portugués alguién le ha aconsejado que el camino a seguir no era el correcto.
Y en esa sucesión de encuentros de alto nivel, Guardiola y Mourinho, Mou y Pep, alcanzaron cotas de protagonismo, muy por encima de la que habitualmente los técnicos adquieren, en un deporte, en el que, como a los propios entrenadores les gusta decir, los protagonistas han de ser los jugadores
Parece la historia de Pep y Mou sacada de los míticos comics de superhéroes en los que a cada héroe surgido le aparece un antagonista que le da valor y sentido a su existencia. Así, por ejemplo, no tendría sentido la existencia de Superman sin la de Lex Luthor, que obsesionado con acabar con el planeta obliga al de Krypton a la utilización de sus superpoderes. No entenderíamos a Luke Skywalker sin el concurso de Darth Vader, o sería imposible recordar las hazañas de Mazinger Z sin hacerlo también de los monstruos construidos por el Dr Infierno y el siempre misterioso Barón Ashler.
Y así, Mou y Pep, Pep y Mou se mueven en nuestra liga como esos personajes de cómics, en los que, cada uno con un papel muy marcado, se lanza a la conquista de los grandes trofeos de la competición.El máximo objetivo de Mourinho desde su contratación es acabar con la hegemonía y el poder blaugrana, que amenaza con teñir de esos colores tierras que por historia y tradición han sido habitualmente blancas. Guardiola, como defensor de la posición lograda persigue defender el terreno ganado, e intenta que el tan manido “fin de ciclo” sea una frase de “ciencia ficción”, que sólo se recuerde como un anhelo perdido por parte de sus oponentes.
Uno, educado, siempre elegante, comunicativo y discreto. El otro, enfurecido, a veces en chándal, mediático y en ocasiones insolente, marcan dos pautas de comportamiento completamente antagónicas, pero con un alto poder de.convocatoría, que hace de sus seguidores legión, y de sus palabras auténticos dogmas de fe.
Pep y Mou, Mou y Pep. Dos personajes que se necesitan y complementan. Dos personajes tan diferentes, pero a la vez tan cerca uno del otro. Dos personajes que visto lo sucedido desde la llegada del portugués se necesitan y retroalimentan. Dos personajes, en definitiva, que han hecho que un Barça-Madrid se convierta en algo que va más allá de los noventa minutos, y que  vive cada una de las apariciones de los técnicos en rueda de prensa como  un asalto más de los partidos.
En una situación antes nunca vista, además, cada uno de ellos ha configurado a sus equipos de una personalidad, y una forma de ser, que los identifica como propios. Pep, ha hecho del Barça una exaltación del juego de toque, una oda a la técnica y una marcada apuesta por el juego vistoso y de ataque. Mou, en cambio, ha configurado un Madrid contundente, férreo, agresivo y feroz. Pep remarca la catalanidad de su obra, en un claro intento de mostrar con orgullo los valores de La Masía, y la excelencia de la escuela de fútbol azulgrana. Mou, por su parte, se ha rodeado de afines, y de jugadores de confianza, que le siguen sin reparos y que ejecutan sus órdenes sin discusión.
Son dos formas de entender este deporte. Dos formas de llegar a lo más alto. Dos formas de triunfar. Pero, como en la mítica serie de películas de “Los inmortales”, en esta lucha por el poder, sólo puede quedar uno. Y así, como en esos cómics de leyenda, el triunfo de uno de los protagonistas condenaba al fracaso de su oponente. Hasta ahora, al igual que en la ficción salvo derrota puntual, el vencedor siempre ha sido el mismo, pero así como Superman desbarataba cada plan de Luthor, así como Maninguer Z  destrozaba cada máquina construida por el Dr. Infierno, y así como Luke Skywalker mutilaba cada intento de conquista de Darth Vader, éstos siempre se volvían a levantar, y aprendiendo de las derrotas anteriores, configuraban un plan mejorada para acabar con la hegemonía de su oponente. Tendrá Mou esta temporada configurado el suyo, o por el contrario, podrá Pep desmontarlo y seguir reinando como hasta ahora? De momento, como en los cómics, el bien sigue triunfando!!!!

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martes, 6 de diciembre de 2011

La loto Pep.


Pendientes del intrascendente duelo de Champions, que certificará el pase del Barça como primero de grupo a los octavos de final de esta competición, se ha iniciado la semana del Clásico. Semana que viene antecedida del último partido de los azulgrana, ante un Levante, que como equipo revelación de esta Liga, se presentó en el Camp Nou como cuarto clasificado, y como habitualmente está pasando esta temporada recibió una nueva “manita” ante una nueva demostración del poder ofensivo de este equipo, que en la actual temporada está mostrándose inflexible en su estadio, alcanzando el hito, de ser el primer equipo que llega a estas alturas de la competición sin haber encajado un solo gol en los encuentros disputados como local.
Fue este, ante los valencianos, el vigésimo cuarto partido disputado esta temporada, en el que Guardiola presentó a su vez su vigésimo cuarta alineación diferente, en un año, en el que ha diferencia de los anteriores con Pep en el banquillo cada vez se hace más difícil, por no decir imposible pronosticar el once titular azulgrana que aparecerá por el túnel de vestuarios a la disputa del encuentro que corresponda.
Y así, una vez con defensa de tres, otra con la tradicional de cuatro, en ocasiones con cinco centrocampistas, con sorpresas de un único defensa nato y con la inclusión y explosión de jóvenes valores de la cantera, cada partido de los azulgrana se torna único, con un equipo titular pensando única y exclusivamente como el mejor para la disputa de cada enfrentamiento de forma individual.
Ya se intuía a principios de este curso futbolístico, que Pep, con las incorporaciones de Cesc y Aléxis, más la consagración de Thiago como jugador del primer equipo, debería cambiar su forma de gestionar el equipo. Se ha caracterizado el de Santpedor en sus tres primeros años en el banquillo en ser un entrenador no muy proclive a mover sus piezas titulares, y a una vez constituido este once, hacerlo duradero a lo largo del campeonato, obligándose a variarlo sólo de forma puntual ya sea por lesión o bajadas de rendimiento.
Ahora, con una pléyade de internacionales sentados a su espalda a la espera de saltar al césped se ha variado los planteamientos. Y lo que en su día fue inamovible, posibilitando al aficionado recitar de memoria el exitoso once azulgrana, ahora se torna voluble. Es consciente Pep, que la calidad y estatus de sus hombres no les permite grandes períodos de ausencia, que si se produjeran, seguramente provocarían más de una polémica en el vestuario. Y así, en una especie de ruleta ficticia,  los minutos de van repartiendo entre la mayoría de los integrantes de la plantilla buscando que todos ellos se sientan partícipes del equipo.
Con esta forma de gestión, el entrenador azulgrana está consiguiendo sorprender en muchas ocasiones a su rival, que pronosticando la aparición de ciertos jugadores, monta un esquema preparado para contrarrestarlo, y ve como la disposición de los azulgranas en el campo tira a la basura el trabajo táctico preparado durante la semana. Y así, Guardiola, en su ánimo de innovar y sorprender hace del cambio su principal arma esta temporada.
Pero no todo está siendo positivo en este primer tercio de competición. No hay que olvidar que actualmente el equipo se encuentra a seis puntos del su máximo rival, que ha planteado este año como el definitivo para el asalto a la hegemonía blaugrana. Los números como visitante del equipo están muy lejos de los que muestra como local, y a su vez están a años luz de los mostrados en la temporada pasada, en la que se estableció el récord de número de partidos consecutivos ganados como visitante
Y es que ese continuo va y viene de los jugadores (a excepción de Valdés y Messi), provoca que éstos no acaben de coger del todo ni los automatismos que un juego como el del equipo azulgrana requiere, ni el punto de forma óptimo que sólo se alcanza con la disputa asidua de los noventa minutas. Y así, el equipo parece haber bajado las revoluciones en cuanto a la velocidad de circulación del balón, pareciendo a veces espeso para superar las cerradas defensas contrarias a las que se opone. Defensas que no dejan de ser muy diferentes a las que se nos presentaban en temporadas anteriores, pero que eran desbordadas con paredes a velocidad supersónica y precisión milimétrica.
Hay que recordar que las últimas Ligas conseguidas por el equipo, tanto en esta época gloriosa que nos está tocando vivir, como en la predecesora que comandaron Rickjaard y Ronaldinho, los once azulgranas eras como los estribillos de las canciones, que de tanto repetirlos quedaban insertados en la memoria. Ahora, el reto parece otro. Y en ese reto el equipo afronta esta semana un partido en el que con toda seguridad la vigésimo quinta alineación de la temporada salga al Bernabeu con el objetivo de hacernos disfrutar nuevamente de una exhibición ante un equipo que acumula ya catorce victorias consecutivas, y que se acerca a pasos agigantados a su récord histórico en esta estadística. Puede ser precisamente el clásico, la oportunidad de los blaugrana de truncar el intento de lograrlo.
Once jugadores que Pep pondrá en el campo. Once jugadores que llenaran esta semana pronósticos y quinielas. Once jugadores que se dibujaran en las diferentes pizarras imaginarias que cada aficionado tiene en mente. Y yo como el resto, también tengo mi apuesta. Valdés, Alves, Puyol, Mascherano, Abidal, Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc, Villa y Messi. ¿Cuál es la vuestra?
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