La maldición del nueve

Desde que Guardiola está en el banquillo cada uno de los portadores de este mítico número han abandonado el equipo. Será capaz Aléxis de romper con esta maldición?

Cesc Fábregas. Punto Final?

Después de tres años con noticias repetitivas sobre su contratación, parece que al final este año se dan las condiciones para su vuelta

La profecía de Van Gaal

Hace un tiempo, Van Gaal, hizo una profecía, queréis saber cual es?

Mourinho, una táctica diferente

Mourinho se caracteriza por explotar al máximo el entorno que rodea la disputa de un partdo.

Cruyff, dos inicios. Una historia.

La llegada de Cruyff al Barcelona supuso una revolución, tanto en su etapa como jugador, como en la de entrenador.

viernes, 30 de marzo de 2012

Matando el fútbol

“Entre todos lo mataron y el sólo se murió”, podría ser un uso del refranero popular muy adecuado para lo que estamos viviendo últimamente respecto al trato que se le da al deporte rey.

Estamos asistiendo los culés, en estos últimos años a las páginas más gloriosas de nuestra historia, no ya sólo en títulos, sino en espectáculo y reconocimiento. Pocos son los partidos disputados en el Camp Nou en los que el juego ofrecido no valga el precio de la entrada. Pocas son las semanas en las que las exhibiciones dadas por el equipo no sean portadas en Europa, e incluso en los medios informativos del máximo rival. En un ejercicio de memoria histórica a veces recreó una escena de finales del siglo XIX, cuando en un bar londinense se marcaron las reglas básicas de este deporte. Si ahora sus creadores vieran la propuesta  ofrecida por el Barça, creo que llegarían a al conclusión que precisamente esa era su idea de juego aquel día.

Hace pocos días que la estrella azulgrana Leo Messi se convirtió en el recordman azulgrana en cuanto a goles conseguidos. Con motivo de dicha efeméride, televisiones y radios rescataron imágenes de archivo, y el ya fallecido Cesar recibió un merecido póstumo homenaje. En algunas de sus entrevistas se le hacía ver el gran valor de su gesta, y él, haciendo gala de una humildad que todos sus compañeros corroboraban decía que el mérito estaba en los actuales goleadores y no en él. ¿La razón?. Lo resumía en una sola frase: “En mi época se jugaba a ganar, ahora se juega a no perder”.

Y es que después del infausto Mundial 90, en el que el espectáculo se resintió, y la mayoría de los encuentros podrían clasificarse como auténticos bodrios, parecía que los órganos dirigentes tomaron conciencia del pírrico interés que muchos de los partidos tomaron para el aficionado. Un Mundial en la que la mayoría de los encuentros apenas mostraban acciones de ataque y que alzó un monumento al juego defensivo y de presión. ¿Alguien puede recordar un solo encuentro digno de mención en esa edición mundialista? Mi memoria no ha guardado ningún dato de esa edición. Bueno, uno sí, Schilacchi fue su estrella y máximo goleador. Este también puede ser un dato significativo de vulgaridad, no?

Pues bien, parece que aquello fue la espoleta necesaria que despertó la necesidad de que algo debería de cambiar, y que el camino que estaba tomando el juego se alejaba de su concepción original. La búsqueda del gol. Y poco a poco, técnicos y jugadores, organismos e instituciones variaron estrategias y reglas en aras a favorecer un juego más dinámico. El objetivo máximo era incrementar el tiempo de juego real que en ocasiones quedaba por debajo de los veinte minutos por parte. Y se consiguió, y poco a poco el juego volvió a ser protagonista.

Ahora, un nuevo fenómeno aparece en escena, justo cuando la propuesta futbolística es la más atrayente. Un nuevo fenómeno que trata de contrarrestar el dominio azulgrana con armas, que se alejan del auténtico protagonista de este deporte: el balón. (qué me permita Lobo Carrasco robarle su principal teoría)

Ruedas de prensa, polémicas, tácticas ultradefensivas y campos en deplorable estado son las armas que ahora se plantean para destronar a los Messi, Xavi, Iniesta y compañía. Jugadores que episodios puntuales a parte, únicamente tienen un propósito una vez fuera del túnel de vestuarios. Jugar, jugar y jugar. Y si puede ser marcar un gol tras otro que haga que el aficionado, que no olvidemos que es el gran sustento de todo este circo, salga del campo o desconecte el televisor satisfecho con el espectáculo ofrecido.

Cada vez son mas las visitas azulgranas en las que el terreno de juego no ha sido tratado como debe. Hasta ahora, el no regar la hierba o el dejarla crecer de forma concienzuda eran las tácticas más utilizadas. Ahora, en una vuelta más a la tuerca, parece ser como ocurrió en Mallorca y Milán que el terreno es tratado de forma “concienzuda” para que ofrezca el peor de los estados.

Y es precisamente en la época en la que el juego de mi equipo más me enamora, cuando se ponen más impedimentos para su práctica. Pero si hasta en las competiciones de Veteranos que todavía disputo el primer ruego de los dos equipos es pedir el riego del campo. La circulación rápida del balón es la máxima expresión de este juego, y el principal propósito de unos jugadores ya pasados los cuarenta.  ¿Porqué no ha de serlo entonces de los verdaderos profesionales?

Mucho se habla estos días de árbitros, de adulteración de la competición, de polémicas y disputas. Para mi, la auténtica adulteración de un partido está en el control del único elemento en el que realmente el factor humano puede tener incidencia: el césped.  Si existe reglamentación en cuanto a medidas máximas y mínimas del campo, peso y material del balón, aforo de los estadios, publicidad a presentar, indumentaria…, ¿porqué no existen normas mínimas en cuanto al estado del terreno de juego?.
 
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jueves, 29 de marzo de 2012

Respeto al Barça

Empate sin goles fue el resultado que registró el Barça en su encuentro de ida de la actual edición de la Champions. Empate que deja a los dos equipos con sensaciones encontradas, y a su vez contradictorias. Por lógica, aquel que actúa como local, interpreta la victoria como el único resultado posible y satisfactorio, y es el visitante el que normalmente busca un resultado digno que le permita dirimir el final del emparejamiento en su propio estadio.

Desde este punto de vista, ayer, los rojinegros, deberían haber mostrado disconformidad con el resultado obtenido, y a su vez los blaugrana deberían pensar que les separa únicamente la victoria en un casi inexpugnable Camp Nou, del paso a semifinales. Pero me resultó extraño comprobar cómo en el seguimiento de declaraciones y opiniones del partido, las sensaciones son del todo opuestas. Parecían los italianos haber alcanzado una victoria al no ser derrotados por Messi y compañía. Parecían los milanistas orgullosos de haber mantenido virgen su portería. Mostraban los de Allegri y sus pupilos un talante de optimismo visto lo acontecido en el encuentro. El juego y el escenario planteado había dado como resultado el más típico de los resultados cuando un equipo italiano entra en liza: los dos roscos.

Por el lado culé, sin embargo, después de dominar el balón, el campo, las oportunidades, y cualquier concepto estadístico que se precie, marcar las tablas precisamente en aquel que tiene más valor dejo un sabor agridulce. Un sabor a trabajo inacabado y a oportunidad perdida. Oportunidad que se gestó en unos primeros cuarenta y cinco minutos muy loables, y en los que Xavi, pudo poner la estocada a un equipo, que contrariamente a las declaraciones de su entrenador en las vísperas del partido, realzó un planteamiento al más puro estilo Mourinho, cada vez que éste ve delante al cuadro azulgrana.

Es tan grande el respeto que los azulgrana se han generado en Europa, que ya nadie se atreve a plantear un partido de los que antaño se denominaban de poder a poder. Ante el televisor, se podía apreciar como el segundo equipo con más historial en cuanto a Copas de Europa se refiere, planteaba una estrategia no muy diferente a las que el día anterior la cenicienta de estos cuartos de final le propuso al Real Madrid. Dos líneas muy juntas dejaban hacer a los azulgranas en tres cuartos de campo, esperando que cualquier balón largo fuera recogido por Ibrahimovic, y éste pudiera aguantarlo hasta que el resto de sus compañeros abandonara sus trincheras defensivas. Sólo la abismal diferencia de calidad entre chipriotas e italianos hizo que el resultado fuera otro.

Es tan grande el respeto al Barça, que ya nadie propone un juego en un terreno propicio para ello. Me recuerda cada visita azulgrana a aquellos años de Copa Davis, en las que los locales no tenían ningún tipo de impedimento a la hora de elegir el tipo de pista en la que plantear las eliminatorias. Verdaderos esperpentos se veían en cuanto al suelo escogido, rayando a veces lo absurdo. Tuvo que poner freno la FITA a estos desmanes y homologar sólo una serie de superficies aptas para la práctica correcta del tenis. Digo yo que algo deberá hacer la UEFA, la FIFA o a quien corresponda, porqué de seguir así no será extraño ver en algún encuentro de los azulgranas campos de minas como propuestas de juego. Así de paso igual alguna estrella azulgrana se tuerce ella sola el tobillo y deja de ser un inconveniente.

Es tan grande el respeto que se le tiene al Barça, y a su estrella Leo Messi, que parece que los partidos se plantean con el único objetivo de que éste no marque. Lástima que esta temporada los acompañantes del argentino en la línea de vanguardia no están lo todo acertados que deberían, ya que de ser así podrían aprovechar el abandono de sus marcadores, que se lanzan en ocasiones a unos cinco contra uno a la búsqueda del diez azulgrana. Búsqueda que intenta acabar por todos los medios con su juego sin importar las maneras.  La temporada pasada Eduardo Inda desde su altavoz de director de Marca, lanzó una frase que le hizo tristemente famoso. Había que parar a Messi “por lo civil o lo criminal”. Parece que poco a poco las formas civilizadas se van abandonando y la criminalización de las entradas va en aumento. Seguro que Inda en su próximo video blog, muestra la entrada de Nesta a la altura de la cintura, como un ejemplo práctico de forma efectiva de detener al fenómeno azulgrana.

Queda esperar al martes, y con la incertidumbre que da siempre un empate sin goles afrontar la vuelta con el optimismo de saberse superiores. Una victoria separa a los azulgranas de su quinta semifinal consecutiva. Semifinales, que siguiendo el patrón previsto ya tienen a sus otros tres integrantes definidos. Cuatro nombres históricos formaran un cuadro de lujo. Un cuadro digno de esta competición que hasta la fecha ha tenido más parecidos con la ya desparecida Copa de la UEFA que con la verdadera Copa de Europa. Bayern de Munich, Real Madrid, Chelsea, y esperemos que el Barça configuraran una simbólica final four. Esperemos que el fútbol acompañe a sus hermanos del basket, que aunque no es el tema de este blog, hay que resaltar también que esta semana se han ganado el acceso a su duodécima fase final. Ningún otro equipo ha logrado una regularidad tan grande en Europa. Basket y fútbol también van de la mano.

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martes, 27 de marzo de 2012

Pasado vs Presente. Milán vs Barça

Barça y Milán disputan esta semana un duelo de históricos. Un duelo, que vistos los diferentes emparejamientos que dejó el bombo en el último sorteo celebrado, se puede decir que es ya todo un clásico europeo. y uno de los más "glamourosos"  de cuantos se disputan. Los caprichos del sorteo, han vuelto a poner a los rossoneri en nuestro camino. Todavía recuerdo cómo la temporada pasada, Pep temía a los italianos, e incluso se pronunciaba sobre su respeto ante la leyenda que envuelve a este equipo. Hoy, después de años de éxitos, y de una trayectoria ilusionante en las últimas ediciones de la máxima competición europea los culés, nos mostramos ilusionados ante la posibilidad de disfrutar de una eliminatoria con aires de verdadera Champions.

Llevan los azulgranas una trayectoria espectacular en este torneo en el último quinquenio. De superar a los italianos, sería el sexto año consecutivo que veríamos a los catalanes en cuartos de final. Cada temporada, me gusta revisar el discurso de inicial de nuestros técincos en las horas previas al Gamper, y ver que hay una única consigna que se repite como objetivo: llegar a final de temporada con las ilusiones intactas en todas las competiciones y competir hasta el final. Y no se puede negar que en su actual trayectoria lo estamos consiguiendo..

Por el contrario los italianos, repasando su trayectoria en el último lustro, presentan un bagaje muy pobre en la competición ya que son la antitesis de su rival. Huérfanas han quedado las semifinales del más prestigioso torneo de clubs de su presencia en este tiempo de dominio azulgrana.

Me ha resultado curioso repasar estos días la trayectoria del Barça estos últimos años, concretamente los últimos veinte, y ver como es de lejos el equipo más laureado tanto en competiciones nacionales como internacionales. Y es que en ocasiones, escuchando ciertas opiniones, o leyendo ciertos comentarios, se habla del F.C. Barcelona despectivamente, y se tacha su actual trayectoria de moda. Cuatro Champions y diez Ligas son unos números que nadie ha podido superar en Europa en casi un cuarto de siglo. Benditas sean las modas perennes y duraderas pensamos hoy los culés.

Esta semana, dos de los grandes saltaran al césped de San Siro. Dos equipos que a pesar de las claras diferencias que hoy los definen, tienen puntos en común en su historia y trayectoria.

Llegan hoy los azulgranas a Italia con la tripleta de jugadores más decisiva que se recuerda en Europa en los últimos años. Una tripleta que ha copado galardones y nominaciones a todos los premios individuales otorgados. Una tripleta, cuyo nombre de pila es Messi, y por apellidos lleva las firmas de Xavi e Iniesta. No se recuerda en Europa una conjunción tal de jugadores desde que los famosos holandeses Van Basten, Gullit y Rickjaard dominaron Europa a las órdenes del Milan de Sacchi.

Pero no sólo ese es el punto de unión entre aquel legendario equipo y el ahora azulgrana que busca seguir escribiendo la suya. Aquel equipo también estuvo formado por hombres de la casa. Tenía su principal valor en los Maldini, Baresi y Costacurta, que formados en las categorías inferiores supieron entender como nadie la idiosincrasia de su club y sus necesidades de grandeza. Hoy el Barça, en una vuelta más a la tuerca que hace de La Masía su máximo valor se presenta a la eliminatoria con más de un ochenta por ciento de su plantilla proveniente del fútbol base, en un intento, así, de perpetuar un modelo que lo está haciendo grande, muy grande.

Y siguiendo con los paralelismos entre aquel A.C Milan històrico y el actual Barça, no podemos dejar de lado a sus técnicos. Sacchi y Guardiola. Ambos han marcado una evolución en la concepción de este deporte. Quien no recuerda el famoso “achique de espacios” que propuso el italiano, y que ejecutado de forma magistral por su última línea defensiva ahogaba a los contrarios en una presión que los maniataba. Algo cambio en el fútbol después de que aquel equipo conjunción de italianos y holandeses se paseará por Europa.

Ahora es el tiempo del Barça Su propuesta de fútbol es diferente, y ha cautivado con ella a la mayoría de aficionados y técnicos de este deporte. Con una concepción del fútbol diferente ha logrado conjugar de forma perfecta ataque y defensa. El balón marca la posición del equipo, y a partir de su posición en el campo los jugadores se mueven en bloque en torno a él. No hay posiciones estáticas, no hay jugadores con puestos fijos. El orden en el caos es su aportación. Queda pendiente bautizar esta forma de juego.¿Podría ser Fútbol 3.0?

Un equipo que fue y que intenta volver a serlo, se enfrenta hoy a su imagen en este siglo XXI. Veremos que depara la eliminatoria y si tal como ayer Pedro recordaba en rueda de prensa, conseguimos dar un nuevo pasado hacía ese anhelado triplete. Los mimbres están puestos. Llega la hora de disfrutar al máximo!!!

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lunes, 26 de marzo de 2012

Me gusta el fútbol

Pensaba que el fútbol era otra cosa. Pensaba que disfrutar de este deporte era hablar de tácticas, jugadores, caños, vaselinas, paradones, golazos. Pensaba que sentarse ante el televisor y disfrutar de un programa deportivo era repasar los mejores momentos del fin de semana.

Todavía recuerdo en mi niñez, como el lunes era el único día donde en casa me dejaban quedar hasta tarde a ver la televisión. Era el día que daban “Estudio Estadio”, y era para mí el mejor momento de la semana, televisivamente hablando. Un resumen de cada partido, con sus mejores jugadas, los goles de los partidos y poca cosa más. Tres o cuatro minutos por encuentro, uno detrás de otro en pequeños bloques de a tres. Y al final, muy al final del programa, el archifamoso ex-árbitro Ortiz de Mendívil repasaba las jugadas conflictivas del fin de semana. Era “La Moviola”, y a lo sumo sólo ocupaban ese espacio tres o cuatro jugadas.

Poco sabíamos entonces de ruedas de prensa. Pocas entrevistas a jugadores se veían en pantalla, y poca, muy poca trascendencia se le daba al entrenador en esos programas.

Ahora, los partidos duran y duran. Se puede decir que duran semanas, meses y hasta años. Estoy cansado de escuchar como se hace todavía referencia al arbitraje de Obrevo en una semifinal de Champions ante el Chelsea de hace ya… ¿cuantos años?.. ¿Cuatro? Estoy cansado de oír hablar del viaje del Barcelona a Pamplona la temporada pasada, o del arbitraje que sufrió el Barça en Milán hace ya casi un trienio. Sin ir más lejos, el último partido blanco en Villarreal ha sacado a relucir las imágenes del partido azulgrana en Pamplona, y las reacciones y valoraciones del banquillo culé al detalle cuando le fue anulado el gol del empate al chileno Aléxis Sánchez. Lo que no fue noticia en su día, hace ya dos meses, se torna ahora acontecimiento de primera plana.

En una semana en la que Messi ha batido el récord histórico de goles con el Barça, en una semana en la que Cristiano Ronaldo ha batido las marcas goleadoras de Puskas, en una semana en la que los culés van a dilucidar su pase a semifinales en la máxima competición nada más y nada menos que ante el Milán de Ibrahimovic, Seedorf, Robinho y otras grandes estrellas, las estrellas no son ellos. Las estrellas son Mourinho y su “troupe”, las estrellas son el Comité de Competición y sus criterios, las estrellas son Pardeza y Butragueño justificando todavía no sé el que.

La noticia no está en la victoria a domicilio del Barcelona en Mallorca, donde Messi volvió a superar otro récord, y se coronó como máximo goleador en Liga en una sola temporada. La noticia no es que Benzema e Higuaín en la delantera blanca volvieron a formar dupla de ataque, demostrando que tal vez sea el binomio más poderoso de Europa. La noticia no es que el Málaga está en zona Champions, la noticia no es que el Zaragoza parece no rendirse y seguir reclamando un lugar en la Primera División.

No, la noticia es la rueda de prensa de Guardiola posterior al partido contra los bermellones, en las que tirando de ironía y sutileza atizó a todos los organismos rectores de la competición. La noticia el “quien sabe donde” está Mourinho, que haciendo mutis por el foro ha desaparecido de las ruedas de prensa. La noticia está en la posible ruptura de relaciones entre Casillas y su técnico por discrepancias en cuanto a la concepción del juego, y la forma de entender este deporte.

En una semana en la que el fútbol de Primera División ha estado presente cada día en pantalla. En una semana en la que se han disputado tres jornadas ligueras. En una semana llena de detalles que comentar. Detalles como el golazo de Messi en Sevilla. Detalles como las genialidades de Coutinho en el Espanyol. Detalles como el regreso de Kameni a Cornellà, el resurgir del Villarreal, la bajada de rendimiento del Atlhetic de Bilbao, la sin razón del papel del siempre “pupas” Altético de Madrid, la lucha de Emery contra su destino como entrenador che,….

En una semana de fútbol, las principales líneas editoriales, han gastado su esfuerzo en comentar el “menosprecio” de Pepe al árbitro del partido y su “hijo de puta” ha alcanzado cotas de máxima audiencia. En una semana de fútbol uno de los principales artistas ha sido un portavoz de Mourinho que ha inundado la red con tweets de dudoso gusto. En una semana de fútbol la figura ha sido un octogenario que ha saltado a las principales portadas por su criterio dispar a la hora de aplicar sanciones y reglamentos. En una semana de fútbol las acciones más comentadas han sido las entradas de Sergio Ramos y los gestos de Cristiano Ronaldo. En una semana de fútbol la imagen más repetida en televisión ha sido la de Rui Faria saliendo del banquillo rumbo al túnel de vestuarios. En una semana de fútbol, la máxima atención ha recaído en Mourinho y su cuerpo técnico,  precisamente cuando éstos han optado por desentenderse de ellos.

En definitiva, en una semana con más de cincuenta partidos de Primera División, con más cuatro mil quinientos minutos disputados, con más de ciento cincuenta puntos en juego, la atención se ha centrado en los escasos cuatro minutos de batalla campal en el Madrigal.

Y eso… ¿es fútbol?



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viernes, 23 de marzo de 2012

Un central prometedor

Se acerca el final del segundo trimestre escolar, y época de notas. Recordad que entreno a un equipo de infantiles, que justamente este año han iniciado el primer curso de la ESO. Tengo por costumbre, intentar saber cual es el rendimiento escolar de mis jugadores, y procuró estar al tanto de los posibles problemas que éstos puedan tener.

Con la última reforma educativa, en la que se instauró la ESO, el primero de sus cursos suele ser rompedor en cuanto a las exigencias que se les demandan a los alumnos. Alumnos que ven, como pasan de seis años de apenas esfuerzos, a tener que empezar a dedicar horas al estudio. Horas que han de compaginar con los entrenamientos, con los partidos, y con el cansancio que éstos provocan. Horas que a veces se abandonan y que dejan sus expedientes muy lejos de lo que deberían ser.

A veces, en charlas informales en la grada, o en la intimidad del vestuario, intentó hacerles ver la importancia que tiene una buena formación. El futbolista no sólo es fútbol, no sólo es jugador, es ante todo persona. Los chicos, en ocasiones se justifican poniendo sus ojos en las estrellas del momento. Me hablan de Messi, me hablan de Valdés, Piqué o Puyol, y de la nula necesidad que han tenido éstos de tener un brillante expediente académico. Yo por mi parte, les intento hacer ver que estamos hablando de casos únicos y diferentes, y que probablemente ninguno de ellos llegue a alcanzar este estatus. Mis palabras, creo que a menudo caen en un saco sin fondo, y como se dice vulgarmente “entran en un oído para salir por el otro”. Tal vez, desde este artículo puede hacerles entender lo que les quiero decir con un caso concreto: el de mi padre.

Mi padre fichó por el F.C Barcelona a la edad de 14 años, y fue quemando allí etapas hasta finalizar su período juvenil. Era un central de futuro, titular en todas las categorías, alcanzando incluso la capitanía en sus últimos años de juvenil. De allí, pasó a formar parte de la extinta Espanya Industrial, denominación que por aquel entonces tenía el filial azulgrana.

Entre el portero y Olivella.
Cómo refleja la foto adjunta, en la formación de aquel equipo formaba tandem defensivo con  Ferrán Olivella. Para los que no sepan quien es dicho central, les diré que Olivella ha sido uno de los grandes capitanes de la historia del club y uno de los jugadores que más partidos ha disputado, alcanzando la cifra redonda de 500. Según la web del F. C. Barcelona, “este central Fue un defensa de gran categoría, muy seguro y sobrio, y con una excelente colocación.  Destacó de muy joven, y en la temporada 1955-56 fue uno de los artífices del ascenso a Primera División del filial barcelonista, el España Industrial.”  Ese es el equipo de la foto adjunto, y junto al portero posan mi padre y Olivella.

A pesar de ese prometedor futuro, y de unas expectativas grandes para alcanzar un puesto en el primer equipo azulgrana, Agustín, que así se llama mi progenitor, seguía estudiando y trabajando. Estudiaba Comercio y trabajaba como tornero en la extinta Hispano Olivetti. Su jornada empezaba a las cinco de la mañana, y acababa bien entrada la tarde. Estudios, trabajo, entrenamientos, partidos y viajes definían su día. Lo fácil hubiera sido centrarse en su carrera futbolística y dejarse llevar por la vida fácil que ésta le podía dar. Pero pensó que ya llegaría el momento en que a lo mejor el fútbol fuera su profesión.

Pero llego un día, con veintidós años, en las que un delantero le fracturó el tobillo de mala manera. Hay que entender que en esa época, los medios médicos y los conocimientos no eran los de ahora. Aquel tobillo nunca se recuperó del todo, y su paso al primer equipo se truncó. Creo recordar que únicamente jugó un amistoso, del cual queda un recuerdo en casa en forma de foto central del Mundo Deportivo.

Siguió jugando en la España Industrial, después llamada Condal, pero su oportunidad había pasado. El tobillo no daba para más. Su futuro prometedor había acabado.

¿Qué hubiera sucedido entonces, si al contrario de lo que hizo, hubiera dejado sus estudios y trabajo? ¿Cuál hubiera sido su futuro? Sólo la constancia de sus años de juventud, en la que fue capaz de conjugar, estudios, fútbol y trabajo, le permitió una vez acabado su periplo blaugrana  disponer de un buen puesto profesional que ejerció hasta su jubilación, y de disfrutar a su vez de un deporte que todavía le encanta. El Europa, Turó de la Peira y otros equipos más modestos de Barcelona fueron su destino.

Espero que después de leer esta pequeña historia personal, mis niños recapaciten, y piensen que sí, que el fútbol es importante. El fútbol es deporte, compañerismo, competición, y ofrece un conjunto de valores y experiencias a veces únicas. Pero todas ellas deben ir acompañadas de una buena formación, que es la que al final les dará una verdadera salida en el mundo real al que se deberán enfrentar.

Y para finalizar, y como sé que a mi padre le hará ilusión verse por Internet, aunque él, ahora con setenta y seis años no sabe muy bien que es eso, dejo aquí unas fotos donde se le puede ver en el periplo que acabo de explicar. A que son chulas papi!!!!!

Despjejando un corner.

En su época cadete.

De juvenil.



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jueves, 22 de marzo de 2012

Y el Madrid…¿Qué? ¿Otra vez campeón de Liga?

Con un lema casi idéntico, en los años 90, la marca Mitsubishi promocionó su último modelo. En un lugar remoto e inaccesible habitaba un anciano pastor, que totalmente incomunicado se había quedado en épocas remotas, en las que situaciones políticas aparte, se recordaban, como las de un Real Madrid referencia y triunfador en todos los ámbitos. Eran los años en los que reinaba en la Liga el Dream Team de Cruyff, y en Europa cualquier otro que no fueran los blancos. Eran los años del inicio del cambio en cuanto a la infinita hegemonía blanca se refiere.

Si esta misma pregunta, que hoy utilizó como título, se hubiera lanzado hace apenas cuatro días, casi se podría asegurar que el noventa por ciento de los encuestados hubieran contestado de forma afirmativa. No hace falta ir muy atrás en el tiempo, para recordar encuestas en periódicos afines al madridismo en las que se preguntaba por las preferencias de la fecha para proclamarse campeón. El pasillo blaugrana o salir victoriosos y con el título en la mano del Camp Nou eran las dos únicas opciones que se contemplaban. No existía tercera opción. La perdida de la Liga no era una posibilidad contemplada.

Tampoco nos engañemos, y pensemos que en lado opuesto del puente aéreo la visión era muy diferente. El título se veía como una quimera, y el único deseo era que al menos este fuera sufrido y peleado. El Barça históricamente se ha caracterizado por bajar los brazos de forma pausible cada vez que la dificultad de la empresa le ha exigido un esfuerzo. No ha sido raro, en la vida del culé veterano, observar como en los meses de diciembre o enero se daban por finiquitadas las posibilidades en esta competición, y se volcaban las vistas en otros esfuerzos. Parece que la llegada de Cruyff, y la semilla que entonces germinó, con las épicas remontadas que dieron tres de las cuatro ligas conquistadas, ha quedado latente, y ahora el equipo de Pep, ha recogido el guante lanzado por su entrenador, y parece empeñado en demostrar que ellos también son capaces de remontar.

Ahora, en poca más de tres días el panorama ha cambiado tanto, que casi me atrevería a decir que son mayores las dudas en territorio blanco que culé. Los blancos han perdido el cuarenta por ciento de la ventaja adquirida y han dado alas a sus perseguidores, que ya ven las espaldas de su rival. En un símil automovilístico muy utilizado por Casillas, se podría decir que los azulgrana han vuelto a aparecer de forma clara en su retrovisor, y la imagen de este espejo se agranda a pasos agigantados.

Y el Real Madrid, con Mourinho al frente, que ya se veía ganador del título se encuentra ahora en una nueva tesitura. Lo ha de volver a ganar. Y todo aquello que hasta el sábado pasado eran parabienes, buenas formas, palabras y gestos suaves y alabanzas al contrario y al estamento arbitral, ha saltado por los aires con los primeros resultados adversos.

Desde la distancia, y desde el otro lado de la barrera, se ve a un equipo desquiciado, fruto de la fuerte presión de su entrenador. Un equipo que no sabe gestionar la presión y que se desboca en protestas y gestos violentos a la mínima que la situación se torna complicada.

En su último encuentro ante el Villarreal, después de que éstos empataran cuando apenas quedaba tiempo para la reacción, en una escena muy semejante a su último partido ante el Málaga, se dispararon todas las alarmas, y se hizo patente el increíble estado de nervios que se ha instaurado en la Casa Blanca. Estado que tiene un único responsable: Mourinho.

El portugués nuevamente se hizo expulsar una vez las tablas se alzaron en el marcador. Nuevamente desvió la atención hacia su persona, y colapso el raciocinio de sus jugadores, que de una forma algo barriobajera ofrecieran diez minutos finales no dignos de un equipo de élite. Patadas, protestas, gestos, intimidación fueron las reacciones de un equipo, que hasta la fecha sólo se veía fuera de sí en sus enfrentamientos contra los culés.

Y así, hoy, el tema es Mourinho. La noticia es el acta del árbitro. Las crónicas son el repaso de cada una de sus decisiones. Y así el luso, intenta que un tupido velo pase por un análisis de su alineación algo esperpéntica que ayer presentó en El Madrigal. Y es que cada vez que un partido se torna decisivo, salen a relucir sus verdaderos conceptos tácticos, que lejos de promulgar un juego abierto y de ataque, se encuentran más cerca de la presión defensiva y el resultado ajustado. Nuevamente, como ya ha sucedido en otras ocasiones el “trivote” saltó al césped, y el esperpento de ver juntos a Lass y Khedira volvió a repetirse. El resultado fue un ir y venir del balón sin ningún sentido, y una total perdida del control del juego. Sólo las faltas y jugadas de estrategia hacían presagiar el gol blanco. Gol que por otra parte llegó en la única jugada trenzada del equipo.

Y ahondando un poco más en la herida, ¿qué decir también de los refuerzos blancos de esta temporada? Varane, bautizado como el nuevo Hierro apenas ha tenido minutos, Cointreau, que de tan polivalente todavía no sabe muy bien cual es su sitio, Sahin, ausente, Altintop, negado y Callejón, cuya imagen más significativa ha sido una escena curiosa en un calentamiento, apenas han tenido minutos. Su aportación a la temporada es casi nula y todo el esfuerzo de la misma están recayendo en doce o trece jugadores que parecen haber llegado al último tercio del campeonato con las fuerzas al límite.

Quedan diez partidos, un mundo, y ahora el Barça, está a un único partido de depender de si mismo. Veremos como gestiona esta situación el técnico luso. Veremos si el abuelo del anuncio es capaz de reconocer a su Madrid en este final de Liga, no ya sólo en el juego, sino también en las formas. La Liga ha vuelto. Viva la Liga!!!!!


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miércoles, 21 de marzo de 2012

Messi ya es leyenda.

Parece empeñado el Granada en estar presente en la historia culé. Si ya fue el rival en el debut del otro gran genio azulgrana, Johan Cruyff, ayer fue el invitado de lujo que asistió a la nueva gesta del argentino Leo Messi. Gesta que supuso que éste batiera los registros renovados de leonés Cesar, convirtiéndose así de forma definitiva en leyenda blaugrana. Se le podrá discutir en algunos foros su supremacía mundial, igualando en un debate algo absurdo sus prestaciones a las de la estrella merengue Cristiano Ronaldo. Se podrá poner en duda su hegemonía en la historia de este deporte, en la que todavía no se le pone al nivel de Pelé, Maradona, o como dijo el propio Romario la semana pasada, a él mismo. Este debate es gratis y meramente subjetivo, pero lo que a partir de hoy no se puede discutir es que Leo acaba de convertirse en leyenda azulgrana, y como nos recordó Pep en la rueda de prensa posterior al partido, ahí se va a quedar de forma infinita.

Tres goles sumó ayer el argentino que hacen que no sólo supere los registros de toda la historia culé, sinó que además se superé a si mismo, batiendo la marca que estableció la pasada temporada con cincuenta y tres goles en todas las competiciones. Todo ello, cuando como mínimo le quedan trece partidos por disputar y con tan sólo veinticuatro años a sus espaldas. Su límite es infinito y su superioridad total.

Me hizo ayer mucha gracia un tweet que se lanzó en esta red social que alababa a Messi, indicando que es el único jugador que tiene unas prestaciones superiores en el campo, que las que tiene su simulación en el famoso juego de la Play. Y lo bueno de esta afirmación es que,  además de ocurrente, es cierta.  Ni en una simulación online el jugador es tan determinante como en la vida real.

Si el partido se torna intrascendente, ahí está Leo para ir aumentando su cuenta goleadora con un afán de superación no vista hasta ahora. Si el partido se vuelve bronco, el rosarino baja al centro del campo y se encarga él mismo de trasladar el balón hasta la zona de peligro. Si el partido se torna incierto, y el resultado se ajusta, sólo hay que buscar al diez azulgrana, y esperar que en alguna de sus jugadas convierta en trámite aquello que a otros les cuesta tanto conseguir: el gol. Decía Jorge Valdano, en sus tiempos de tertualiano en Canal +, que el área contraria es la zona donde a la mayoría de jugadores se le apagan las luces. Messi debe llevar faros alógenos de última generación.

Y es que desde aquel lejano gol contra el Albacete, que supuso su estreno como realizador en la historia blaugrana, sus números van creciendo de forma exponencial año tras año. Hemos visto goles de todos los colores y gustos. Con la izquierda, con la derecha, de cabeza, en carrera, regateando al portero, de vaselina, de caño, driblando a todo el equipo contrario, con la mano, de tacón. Hemos visto dobletes, hat-tricks, pokers y repokers…. Y los vemos semana tras semana, día tras día, con una regularidad que deja muy, muy lejos al resto de candidatos a esa ficticia corona que él ostenta sin discusión.

Cuesta encontrar algo negativo en tan superlativo jugador, pero a mi entender lo hay. Es tal ts superioridad, es tal la confianza que sus compañeros tienen en él, es tan grande su presencia en el área contraria que parece que los partidos se van a decidir con sólo entregarle a él el balón. Del total de partidos en los que Messi ha marcado desde que es jugador culé, únicamente en uno el Barça ha finalizado derrotado. Uno!!!!!.

Este dato revelador, que de sobra deben conocer sus compañeros hace que su búsqueda en el campo sea constante, y que actué como el único faro de referencia una vez se llega al área rival. “Cómo la enchufe ganamos seguro”, debe ser la máxima en la mente del equipo.

Pero este dato por si sólo, revela también, que las derrotas se producen únicamente cuando las defensas contrarias son capaces de tapar al argentino. Por lo tanto, la Messidependencia existe y es real. Y no siendo perjudicial, ya que si tienes la suerte de tener al mejor jugador de todos los tiempos, lo lógico es que dependas de él, si que hace que en ocasiones los partidos de compliquen como consecuencia de cierta relajación. “Pse, ya la meterá Leo”, deben pensar inconscientemente sus compañeros.

Este último partido reseñado, es una prueba más de este hecho. Un partido ya resuelto a los quince minutos de juego, con una ventaja de dos goles en el marcador, a punto estuvo de ponernos de los nervios. Se dio el partido por finalizado muy pronto y se relajaron las marcas y presión. De ello, se aprovecharon los andaluces, que viendo espacios muy grandes entre las líneas azulgranas lograron acercarse al área. Y esta temporada, a diferencia de las anteriores, la línea defensiva azulgrana ofrece menos garantías. Es menos contundente, y mucho menos rápida.

Alvés, Piqué, Pujol y Adriano están llamados a ser el cuarteto defensivo estrella, en este final de temporada en el que está prohibido perder. Deberá la línea media hacer muy bien su papel e intentar que las aproximaciones sean las menos. No pinta bien el juego azulgrana cuando el esférico merodea cerca de su área. Ahí está la clave de esta temporada. Ahí, y en seguir surtiendo de balones a Leo, que al ritmo actual tiene en su mano superar los cincuenta goles en una campaña liguera, y traspasar la línea de los setenta en una temporada. A los aficionados nos queda sólo sentarnos y mirar, aplaudir y esperar a que este pequeño jugador nos muestre todo lo que le queda por dar.

Sshhhh!!!!... Juega Messiiiiiiii!!!!!!!



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martes, 20 de marzo de 2012

El reto de Pep.

Estos días Guardiola me recuerda a mi madre. Y me lo recuerda por ese mensaje de pesimismo que parece empeñado en transmitir. Y es que mi “señora mama”, en mi época de estudiante, ya hace mucho de eso, tenía una táctica para motivarme que he de decir que se me hacía muy pesada.

Yo era un poco vaguete a la hora de coger los libros. Era consciente de mi capacidad y sabía que no necesitaba de muchas horas ante los libros para hacer un buen examen. Y así, iba dejando pasar los días dejando que las fechas de las evaluaciones se acercaran. Jugaba, entrenaba, callejeaba, y justo antes de los días de exámenes me agarraba una maratón de silla y escritorio y allí me lanzaba para superar las diferentes asignaturas sin mucha dificultad.

Pues bien, mi madre, que supongo estaba harta de verme ir de aquí para allá haciendo caso omiso a lo que para ella era mi principal tarea, sólo paraba de repetirme que así nunca lograría aprobar un curso. Ya fuera BUP, COU o en mis años de Universidad el discurso era el mismo. “No lo vas a conseguir”. “Es imposible que así puedas hacer nada”.  El tono no era el que ahora utiliza Guardiola, claro. El tono era mucho más duro, y las broncas eran a veces importantes.

Yo no lo entendía, como ahora tampoco entiendo a Pep. Pero si siempre aprobaba, si la nota mínima de casi todas las pruebas era un Notable. ¿Por qué dudaba mi madre? ¿Por qué siempre se ponía en la peor de las situaciones? Y eso que soy descendiente de aragonesa, y por lo tanto, no se le puede aplicar a la señora Nati el axioma del pesimismo catalán.

Ahora con el Barça en el mejor momento de la temporada. Con casi la totalidad del equipo a tope, exceptuando el triste caso de Abidal. Con la imagen de un Madrid que parece vulnerable. Con las estadísticas de los equipos de Mourinho en la mano, que dicen que el último tercio del Campeonato es donde peor rinden. Con las evidentes muestras de pesadez que muestran en su juego los merengues en este último mes. Con todos estos datos, que indican que la remontada es posible, ahora sale Pep a la palestra, y día tras día, rueda de prensa tras rueda de prensa se encarga de repetir la misma cantinela. “No lo vamos a conseguir”.

Con un equipo que ha ganado trece títulos de dieciséis posibles. Con un equipo que si de algo ha dado muestras estos años, desde que Guardiola es su entrenador es de no rendirse. Con una afición que parece haber abandonado esa aureola de pesimismo que la ha perseguido de forma perenne, y que se muestra al lado del equipo incluso estando a diez puntos de los blancos. Con los tres mejores jugadores del mundo en la alineación titular en plena forma. Con todos esos datos, que nuevamente parecen indicativos que soñar es posible, Guardiola, que supongo habrá hablado con mi señora madre, no deja de repetirnos. “No lo vamos a conseguir”.

Yo espero que las palabras de Pep, sean una estrategia. Estrategia que se basa, a mi entender, en lanzarles un reto a sus jugadores. Jugadores que no paran de repetir que ha llegado el momento de disfrutar, que ha llegado la hora de la verdad, y que se están dando todos los condicionantes para que la remontada sea un hecho.
Estrategia que a su vez se basa en un discurso, que de no conseguirse el objetivo deseado acabará con un “ya lo decía yo”. Y en eso también os puedo hablar por experiencia, ya que las pocas veces en las que una asignatura se me atravesaba y la maldita Química me traía por la calle de la amargura, la frase más repetida al llegar a casa y presentarme en la cocina con el boletín de las notas era un estridente..”Veeees, ya te lo decía yoooooo”.

Y es que con ese discurso siempre se jugaba con ventaja. Si aprobaba, nada ocurría, y por lo tanto, parecía que los toques de atención y la “motivación” por hacerme coger los libros habían tenido su efecto. Si por el contrario, el suspenso era la nota final, la bronca ya estaba asegurada, y su valor de profeta aumentaba de cara a futuras convocatorias. Ella siempre tenía todas las cartas, y a mí sólo me quedaba una solución: aprobar.

Por lo tanto, y al hilo de esta comparación espero dos cosas. Una, que los jugadores del Barça se tomen las palabras como el reto que son, y al acabar la temporada se planten ante su técnico y tal como hacía yo en casa le digan: ¿Ves cómo no era tan difícil de conseguir?.

Y otra, que mis hijos no lean este post, ya que mi discurso actual con ellos ante los exámenes no se aleja mucho del que me enseñó mi progenitora, y no paro de darles la tabarra con la necesidad de aplicarse con tiempo y no dejar las tareas para el último momento. Claro que la genética ha jugado su papel, y en este caso, su comportamiento no difiere mucho del mío.

Por lo tanto, espero que por un lado el final sea feliz y está temporada acabe con el preciado sextete, y un Notable como mínimo en el boletín final de cada unos de mis hijos.



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lunes, 19 de marzo de 2012

Un hilo de esperanza

Después de la derrota en Pamplona parecía que el sueño de conquistar una cuarta Liga consecutiva llegaba a su fin. No ya por los diez puntos de diferencia en la clasificación, que también, sino por las continuas muestras de irregularidad y mal juego que los azulgranas estaban dando en cada desplazamiento. Sólo hacia falta, además, observar el calendario y ver como en unos exigentes meses de febrero y marzo, las visitas al Vicente Calderón y el Sánchez Pizjuán suponían dos enfrentamientos muy duros para las prestaciones del equipo como visitante.

Pero desde entonces, los azulgranas han encadenado una racha victoriosa, en la que sumando todos los choques se ha conseguido triunfar de forma consecutiva en siete ocasiones. Y se ha hecho con solvencia, y con unos registros que no dejan lugar a la duda. Veintiún goles a favor y sólo cinco en contra son los números de este resurgir azulgrana.

Resurgir no sólo en números, sino en sensaciones. El equipo vuelve a mostrarse con la misma imagen de superioridad de estos tres últimos años. No deja espacio para la sorpresa, y encadena actuaciones a cual más espectacular. Los partidos de Leverkusen en casa, y su último desplazamiento en Liga, demuestran que la cabeza y piernas de los jugadores han recuperado la frescura que parecía perdida.

La ha recuperado Xavi, que después de superar unos problemas físicos que limitaban su rendimiento, ha cogido nuevamente el timón del centro del campo, y a la dirección le ha sumado capacidad goleadora.

A la par, la ha recuperado Iniesta, que de rotura en rotura no acababa de coger el ritmo de competición, y que muestra nuevamente su poder en cada intervención. Su velocidad de penetración y de desborde es tal , que a veces parece incluso que supere en prestaciones al auténtico número uno en esta escala de valores: Messi. El argentino, si de sensaciones hablamos, es el que más ha notado el final de este período de estrés.

Ahora, con los pequeños descansos que el calendario y las tarjetas le han proporcionado parece que ha vuelto con todas sus fuerzas intactas, y ya son catorce los goles marcados en sus últimas apariciones. La porra que marca la fecha para que sea leyenda blaugrana está lanzada. Sólo queda sentarse y esperar. Y él, pasito a pasito, gol a gol, nos va dejando muestras de una clase infinita. Una clase que deja su sello en imágenes cómo las de su último gol, en las que un caño y una vaselina dentro del área conjugaron uno de los mejores goles de su carrera. Y van….. doscientos treinta y uno!!!!

Y poco a poco, parece que otros jugadores van uniéndose a la causa y vuelven a su mejor nivel. El último partido de Pedro, parece certificarlo. Completó el canario, para mi, el mejor partido de esta temporada. Sólo se le negó el gol. Seguro que la perseverancia de su juego, y la confianza que Guardiola le deposita, otorgándole la titularidad en casi todos los partidos de este resurgir, harán que seguramente de aquí a pocos días, estemos hablando de su reencuentro con la red.

A pesar de ello, muchos dábamos por enterradas ya las opciones en esta Liga desde aquel partido del Sadar. Diez puntos se veían como una distancia insalvable, teniendo en cuenta, además, que el rival de los azulgranas en el Campeonato no daba muestras de flaqueza. Semana tras semana las victorias se acumulaban en su casillero, hasta llegar a las doce de forma consecutiva. Récord de goles, de victorias, de puntos eran las portadas semanales en los periódicos que siguen la actualidad madridista. Sueños de pasillo eran los deseos de una afición, que veía así la forma, de devolver en un solo golpe, la superioridad culé de estos tres últimos años.

Y así, claro, la remontada por mucho juego y mejora que ofreciera el equipo se veía como una quimera. Nos consolábamos los culés, al menos en lo que a mi se refiere, con la posibilidad que daba el doblete en Champions y Copa, que de conseguirse firmarían una nueva temporada es-pec-ta-cu-lar!!!.  Mirábamos semana tras semana la clasificación, y el calendario, y veíamos que aunque lo peor ya ha pasado para nosotros, era difícil imaginar hasta cuatro pinchazos de nuestro más directo rival.

En un análisis más técnico, también es cierto que intuíamos una cierta sospecha de cansancio, en un equipo, que a pesar de contar con múltiples variantes, basa casi todo su juego en la capacidad de cuatro o cinco de sus jugadores. Parecía que ya no apabullaba, y se intuía que en cualquiera de sus desplazamientos podía llegar ese tropiezo, que al igual que ocurre en baloncesto, redujera la diferencia por debajo de la barrera psicológica de los diez puntos.

Y ha sido en esta última jornada, en el último minuto, en el noventa y uno. Justo en aquel instante en el que los blancos suelen marcar, cuando éstos han recibido el primer aviso de esta segunda vuelta liguera. Un obús de Cazorla se coló por la escuadra de Casillas e hizo que ya sin tiempo de reacción, los merengues ofrecieran su primer síntoma de debilidad.

Ahora, empieza otro campeonato, que aunque todavía difícil hace que las esperanzas culés vuelvan a escena. Hacen que las imágenes de aquel milagroso Tenerife vuelvan a nuestra memoria. Hacen que repasemos la trayectoria de los equipos de Mourinho, y veamos como éstos flaquean en el último tercio del campeonato. Hacen, que en definitiva, asomemos nuevamente la cabeza, y pensemos que otra vez es posible soñar.

Pero no se lo diré a Guardiola, no sea que se enfade y piensa que le contradecimos. Porqué ya se encarga él de recordarnos que esta Liga no la vamos a ganar. Aunque seguramente, cómo dice mi colega blogero Juan Portillo habrá que leer este mensaje de Pep, entre líneas.



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miércoles, 14 de marzo de 2012

Jaque a Guardiola

El liderazgo consiste en la capacidad o habilidad que tiene una persona para influir, inducir, animar o motivar a otros a llevar a cabo determinados objetivos, con entusiasmo y por voluntado propia. El famoso autor John C. Maxwell dice que liderar es hacer mejores personas en un área determinada. Un líder trabaja con la gente aunque puede no hacer lo mismo que estas tienen que hacer, así como un hombre de avanzada edad incapaz de luchar puede ser el líder de un grupo de guerreros, no porque sea el mejor luchador o porque lo haya sido en el pasado sino porque los guerreros son mejores gracias a su guía y dirección.

En sentido más específico se podrían identificar diferencias importantes en la manera de ejercer el liderazgo. Algunos líderes pueden influenciar a otros apoyados en sus cargos y con características y actitudes que generan entusiasmo e identificación de parte de los seguidores. Este es el caso del actual técnico azulgrana, Pep Guardiola, el cual ha sabido conjugar perfectamente las tres principales características de esta forma de ejercer su mandato: (1) Toma de decisiones democráticas; (2) Orientación hacia metas y resultados, y (3) Integración grupal. Guardiola ha sabido estimular y permitir la participación de sus jugadores en las decisiones importantes que puedan afectarlos. Ha sabido también proponer metas retadoras y a la vez, exigirse a sí mismo y a los otros el cumplimiento de las mismas. Se ha mostrado el mejor en anticipar las dificultades y preparar estrategias alternativas para lograr que  las metas se conviertan en resultados concretos. En definitiva, ha generado un espíritu de equipo, donde sus integrantes se sientan unidos por las metas comunes y se sientan participes y exponentes de la misión y visión en la cual están involucrados

Por todo ello, ahora Pep, en un momento de duda sobre su continuidad se siente prisionero de su propio influencia. Son continuos los mensajes que le llegan desde todas las áreas apremiándola para que haga pública su continuidad. Es patente la zozobra incluso en sus propios jugadores, que llegan a poner en duda la continuidad de este ciclo de éxitos si la respuesta del de Santpedor es negativa. Esta semana están siendo elocuentes las declaraciones de Alves, Xavi y Messi. Todas ellas tienen una misma orientación, un mismo significado, un mismo propósito. Piden la continuidad de su técnico, de su líder, sin el cual no se ven preparados para seguir. Le piden un esfuerzo más.

Las últimas declaraciones de esta semana me dan que pensar que la salida de Guardiola del Barça, si ahora se produjera será traumática. El vínculo entre él y sus jugadores es tan grande que la pérdida del jefe, del guía, dejaría al grupo descabezado y con un grado de desconfianza tal, que pondría muy difícil la labor del posible substituto en el banquillo culé. No me gustaría ser yo el nuevo técnico azulgrana, y asumir ese reto. Sólo baste recordar como fue el año vivido por Bobby Robson después del final de la era Cruyff. Después de un año en el que se ganaron todos los títulos posibles, a excepción de la Liga, con un equipo en el que brillo con luz propia el brasileño Ronaldo, con partidos espectaculares tanto en casa como fuera, las críticas fueron constantes y hasta crueles. Y eso, que venía de los dos años más funestos de Johan como entrenador. ¿Qué pasaría ahora después de la catarata de éxitos que estamos viviendo? ¿Cuáles serían las exigencias al nuevo técnico?. Definitivamente, el banquillo culé, después de Pep, no será un terreno fértil para la tranquilidad.

Y esta situación también la ven los rivales de los azulgrana, que vuelcan sus esfuerzos en desgastar al técnico azulgrana, en un intento más de hastiarle, y promover su marcha. Está llena la historia de imperios y personajes carismáticos que hicieron crecer a sus pueblos y sus naciones bajo su mando. El imperio del Alejandro Magno, Atila rey de los hunos, Anibal azote de los romanos, Saladino y la reconquista de Jerusalén…  Todos ellos líderes y guerreros sin par que después de llevar a sus huestes a los mayores logros, tras su fin, dejaron a sus ejércitos divididos y sin un mando único, siendo ese el primer paso hacia su destrucción. La no correcta gestión de su sucesión desembocó en el fin precipitado de sus creaciones.

Ahora Guardiola ha creado un imperio, en el terreno futbolístico se entiende. Lleva tres años de forma consecutiva reinando, y apenas encuentra rival. Sólo el Real Madrid parece ponerle en dificultades, pero la diferencia de títulos entre uno y otro es abismal. Todavía no han encontrado los blancos la fórmula para acabar con el dominio culé, aunque si es cierto, que probablemente esta temporada sus logros serán mejores que en los tres años anteriores. Pero la ascendencia de los de Pep en Europa sigue siendo predominante. Sólo hace falta ver la retahíla de adjetivos que genera cada aparición de los azulgranas en la máxima competición. El objetivo, por tanto, es claro, y cual partida de ajedrez, las piezas blancas vislumbrar que la forma más rápida de cambiar las tornas es arrinconar a la principal figura rival y posicionarse para el “jaque mate”.

Veremos si el mando culé, sabe mover sus piezas y salvaguardar al Rey, para que éste siga reinando.



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