La maldición del nueve

Desde que Guardiola está en el banquillo cada uno de los portadores de este mítico número han abandonado el equipo. Será capaz Aléxis de romper con esta maldición?

Cesc Fábregas. Punto Final?

Después de tres años con noticias repetitivas sobre su contratación, parece que al final este año se dan las condiciones para su vuelta

La profecía de Van Gaal

Hace un tiempo, Van Gaal, hizo una profecía, queréis saber cual es?

Mourinho, una táctica diferente

Mourinho se caracteriza por explotar al máximo el entorno que rodea la disputa de un partdo.

Cruyff, dos inicios. Una historia.

La llegada de Cruyff al Barcelona supuso una revolución, tanto en su etapa como jugador, como en la de entrenador.

martes, 31 de julio de 2012

Marc Bartra. Una solución de presente.


Cuando desde hace ya unos años los gemelos Bartra despuntaban en las categorías inferiores del Espanyol y Barça, poco podían imaginar el excelente futuro que el fútbol le deparaba a uno de ellos. Defensa, Marc, delantero, Eric, se ubicaban en zonas contrapuestas del campo, hasta que los condicionantes separaron las carreras de ambos hermanos. Uno, machacado por las lesiones, se saca hoy el gusanillo del deporte Rey, jugando en un equipo cercano a su pueblo natal, Sant Jaume dels Domenys. El otro, está llamando a las puertas de la gloria, y está cerca de cumplir el sueño que todo chaval tiene cuando se enfunda por primera vez la camiseta del equipo en el que desean triunfar.

Son ya varios los años que los asiduos del fútbol base azulgrana oímos hablar de este central. Despuntando en el Juvenil A y posteriormente en el filial barcelonista, siempre se ha visto a Marc como uno de los más firmes candidatos a llegar al primer equipo. Y este año, en el que la posición de central ha tenido fuertes contratiempos parece que ha llegado el momento de dar el salto. Y el chaval parece consciente de lo que se juega, y de momento, en cada una de sus apariciones ha dado muestras de poseer cualidades para no desentonar en la zaga azulgrana.

Rápido, con un excelente toque de balón. Visión de juego y temple pueden ser sus virtudes más destacadas. A ello hay que unir un estimable juego aéreo, sobre todo en las jugadas de estrategia de ataque. Todas ellas son características que requiere un zaguero azulgrana, el cual vive muchas veces en inferioridad numérica contra los atacantes, y se ve en muchos de los contraataques contrarios, expuesto a frecuentes uno contra uno. Intuición en el corte, rapidez de ejecución y robo de balón deben ser los máximos valores de los guardianes de Valdés. Y todo ello lo aúna este jugador de apenas veintiún años de edad.

Si que es verdad, que viendo su complexión, extremadamente delgada, hace sufrir en aquellas acciones en los que la contundencia y el choque frontal han de dejar de lado la exquisitez técnica. No lo veo todavía haciendo frente en un ir a por todas, a delanteros tanque tipo Drogba o Ballotelli. Esas tareas todavía deberán ser propiedad de los dueños absolutos de los dos puestos centrales: Piqué, Puyol y Mascherano.

Y supongo que él es consciente de esta limitación, y a ella se está aplicando desde el inicio de la pretemporada. Puede dar Messi buena cuenta de ello, que recibió una tarascada sólo empezar los entrenamientos. Deberá Marc estar algo más comedido y hacer valer sus galones delante de otras presas, no sea que ante tal ansía de demostrar sus fuerzas, de un disgusto al corazón de más de un seguidor azulgrana.

Parece estos días unánime entre prensa y seguidores que la ascensión del tarraconense es un hecho. Es más, parece que todos ansían ver un nuevo valor de la cantera asentarse en el primer equipo, y más en una posición tan proclive a generar productos de la casa como es la de central. Hartos estamos los seguidores azulgranas de experimentos en esa zona. Muchos han sido los disgustos y fiascos vividos en las últimas décadas, y desde Koeman, no se conoce fichaje que haya dejado su huella en el Camp Nou. Anderson, Bogarde, Christanval, Txigrinky son claros ejemplos, que puestos a tomar riesgo, mejor echar una mirada al otro lado de la calle, en la que hay jugadores habituados a jugar según los parámetros de riesgo que impone el esquema táctico blaugrana.

Se habla de Bartra como un clon de Piqué, pero yo si fuera él me revelaría contra ese papel asignado. No por la calidad del personaje clonado, sino, por su extrema juventud. Y es que con sólo tres años de diferencia entre los dos, mal lo tiene Marc si ha de esperar su oportunidad al declive de Gerard.

No estamos hablando de una promesa en ciernes, no estamos hablando de un juvenil. Estamos ante un jugador ya casi hecho al que le falta constatar su calidad ante contrarios de más envergadura. Sólo esa prueba dirá si la apuesta es acertada y si estamos ante el cuarto central del equipo. Sin olvidar, que su complexión, que como ya he comentado puede ser un handicap en según que lances del juego, es a su vez, su mejor arma para desenvolverse en otras posiciones de la defensa. No olvidemos que hace ya más de un año debutó en el Vicente Calderón actuando de lateral derecho. Ahí puede tener otro de sus máximos valores.

Las próximas semanas le espera su gran oportunidad. Con  Con Puyol  y Piqué lesionados, y un Song que parece, por lo mostrado en el partido de Champions no adaptarse muy bien a esta posición, estamos ante el kilómetro cero de la trayectoria de Bartra en el once titular. Puede que ahí tenga su prueba definitiva que le abra las puertas de forma perenne del vestuario azulgrana.


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sábado, 28 de julio de 2012

Indignado con el Barça


Después de un mes de esperar con ansía el inicio de la pretemporada azulgrana, en la que he matado el tiempo leyendo sobre los posibles refuerzos. Después de casi treinta días viendo desfilar en la prensa nombres de posibles centrales o medio centros que refuercen al equipo, en uno de los pocos puestos que le queda por reforzar. Después de cuatro semanas leyendo en blogs críticas y comentarios ácidos contra Mourinho y el Real Madrid. Después de todo eso, me despierto hoy con una noticia indignante que pone a mi equipo, el Barça, a pie de los caballos.

Un equipo que se llena la boca hablando de catalanidad, una institución que se declara la máxima representación de Catalunya más allá de nuestro territorio, un club que hace de su eslogan de “més que un club” su bandera, me deja hoy sin argumentos, cuando leo que le da la espalda a la máxima competición que hoy por hoy se puede disputar en nuestra tierra.
  
Es bien sabido las dificultades que la Federación Catalana de Fútbol tiene para poder cuadrar un mínimo calendario, para poder organizar una competición que le hace especial ilusión. Han sido varios los formatos que se han intentado, han sido varias las propuestas que se han presentado, y todo hay que decirlo, el éxito ha sido más bien escaso. Parecía que este año, el formato era el idóneo. Una SuperCopa que enfrentara a los dos máximos representantes de nuestro fútbol, Espanyol y Barça, unida a una final con aquellos equipos que se habían ganado el derecho de compartir cartel con los dos grandes, eliminaba fechas y facilitaba la disputa de un partido de interés, en unas fechas en las que el aficionado anda con mono de ver partidos de intensidad.
  
Pero el Barça, ese equipo en el que me siento representado, no sólo por ser el equipo de mi ciudad, anuncia a tres días vista, que no va a acudir con su primer equipo a la disputa de la competición. Y los motivos que alega, son del todo incomprensibles, al menos para mi.  Por un lado, dicen que el calendario está muy cargado, en una disculpa no creíble, ya que éste estaba confeccionado mucho antes de que los azulgrana aceptaran participar en esta competición. Se añade al argumento, el no poder disponer de los internacionales que todavía disfrutan de las vacaciones. Argumento del todo banal si se tiene en cuenta que esta limitación también se conocía cuando se había adquirido el compromiso de participar. También se pone como excusa el riesgo de lesión que un partido de este tipo puede acarrear. Argumento del todo irrisorio, ya que en un deporte de élite, un jugador, está expuesto a este riesgo desde el primer entrenamiento hasta el último amistoso que disputa. ¿O acaso cualquier partido de la pretemporada no tiene el mismo riesgo que este que se iba a disputar? ¿Es el Paris Sant Germain, el Hamburgo, o cualquiera de los próximos rivales un equipo débil que dejará jugar a los azulgrana? ¿No será, que al ser está una competición oficial, los beneficios que se reparten no son los mismos, que en esos bolos veraniegos que se organizan para enseñar el equipo por Europa?
  
Mal, muy mal el Barça. Nos hemos pasado dos años hablando de señorío, hablando de buenas y malas maneras, y nos hemos erigido en muchos de los capítulos de estas dos últimas convulsas temporadas como los buenos de la película. Pues ahora, haría bien esta directiva, esta secretaría técnica y este nuevo cuerpo técnico, en mirarse el ombligo, y ver que la decisión que hoy han anunciado hace mucho daño a la imagen de la institución. No valen las excusas, no valen las disculpas. Casi 17.000 entradas habían sido vendidas. Entradas que se tendrán que devolver. Tres equipos habían planificado sus entrenos, teniendo en cuenta la disputa de ese partido. Y el Barça, como máximo representante del fútbol catalán, y como el espejo en el que se miran instituciones y aficionados ha tomado una decisión que debería darles vergüenza.
  
Estoy indignado. Me era indiferente si el Espanyol nos ganara, me era indiferente si el equipo jugaba de cine o no. Me gusta tener una competición con el nombre de Catalunya. Me gusta que los equipos catalanes puedan dirimir quien es el mejor. Y el Barça ha roto con todo esto. Y ha roto con una falta de respeto y compromiso no dina del que dice ser el mejor club del mundo. El mejor club del mundo no se comporta así.


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miércoles, 18 de julio de 2012

Últimos fichajes


Todavía recuerdo como con mi padre acudía de pequeño al Mercado de Sant Antonio, los domingos por la mañana con el objetivo de hacerme con los cromos que le faltaban a mi colección. Allí en la esquina de las calles Tamarit y Compte de Borell nos encontrábamos todos para intentar completar aquellas colecciones con los últimos fichajes.

Eran éstos los cromos más difíciles de conseguir. No había manera de hacerse con las últimas adquisiciones, y el bolsillo de mi progenitor lo sufría ante mi insistente demanda de “las añoradas pesetas”, para hacerme con unos cuantos sobres que me depararan la suerte de conseguirlos. Pero “los repes” se acumulaban y la colección seguía sin completarse.

El mercadeo de la oferta y la demanda estaba a la orden del día, y allí el más “espabilao” hacía negocio. En mi memoria guardo lo que tuve que pagar por un último fichaje azulgrana, que después no llegó ni a enfundarse la camiseta, pero que ya lucia posando en ella en las colecciones de postín. Tarantini!!!!!!. Cien cromos a cambio de uno, o veinte pesetas era la oferta. Cien cromos!!!.. Se había vuelto loco aquel niño?.. Esa era mi moneda de intercambio. Cómo se atrevía a pedirme tamaño disparate. Lo mismo debía pensar mi padre de los cuatro duros que debería de soltar por un trozo de papel, así que  alejándose de forma sibilina, me dejó allí solo en la negociación, no fuera que al final mi cara de pena le obligará a saltarse el estricto control económico de mi señora madre, y acabará apoquinando el montante final de la oferta. Allí se inventaron las cláusulas de rescisión.

Pasaron los años, y el niño se hizo adulto, y con el recuerdo de haber disfrutado de muchas mañanas de domingos por aquella zona, inculqué a mi hijo la misma afición. Y allí con los papeles cambiados, regresé a aquella esquina. Los cromos plastificados habían substituido a los de papel. Los euros a las pesetas y las demandas se habían disparado. Papà, que este niño me pide 30 euros por Saviola del Sevilla!!!!...... Menos mal que aprendí también de mi padre ese arte de desparecer en el momento oportuno, y Saviola ingreso en el álbum de mi hijo sin muy bien saber cómo. Mi hijo aquí me supera, y en el arte de buscarse la vida para lo que le interesa tiene ya casi un “master”

Ahora, ya con mis hijos rondando la adolescencia y juventud, deberé esperar a que éstos me den descendencia para convencer a la siguiente generación de las delicias de ese momento. Espero que tarden. Mientras tanto, me imagino aquella esquina el próximo invierno, y veo un álbum sin apenas novedades, sin apenas movimientos, y con las páginas de las últimas incorporaciones prácticamente vacías.

Apenas jugadores de renombre han copado el mercado. Apenas una incorporación que genere ilusión. E incluso en un episodio que nada tiene que ver con otros periodos estivales, la rumorología apenas alienta al comprador. Sólo Modric en el Real Madrid, y Javi Martínez en el Barcelona, ocupan páginas en los principales periódicos. Y sus propietarios, emulando a aquellos niños que buscaban hacer su agosto, se descuelgan con ofertas del todo desfasadas, y que nada tienen que ver con el contexto económico actual.

En un análisis detallado de estos fichajes, Miguel Rico, en uno de sus artículos tasó al jugador navarro en aproximadamente cien millones de euros. Cien millores de euros!!!. Se ha vuelto loco ese niño!!! Cláusula, IRPF y sueldo generaban tal cantidad. Creo que es un precio del todo excesivo para un jugador que viene a ser suplente de Busquets, y que este año todavía tendría  por la novedad, el papel de estrella, pero que en el futuro no sé si dada la juventud y calidad de su competidor se ganaría el puesto de titular indiscutible.

Y es que según fuera su evolución, no sería de extrañar que en futuras ediciones, Panini o Ediciones Este, se sacaran de la chistera el típico “Elige al que quieras…”, para colocarlo en el mismo espacio del álbum. Y así como en ocasiones te entra la duda y no sabes muy bien con quien quedarte, aquí creo que la apuesta es clara, no?


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lunes, 16 de julio de 2012

Tito. Kilómetro 0.


Hoy estamos en el kilómetro 0 de la andadura de Tito Vilanova como entrenador azulgrana. Andadura que se inicia con un pesada carga,  como es la de hacer olvidar a Guardiola en la dirección del equipo azulgrana. Suceder en el cargo a una persona que ha conseguido unos logros excepcionales es todo un papelón. Guardiola se ha ido, y tras de sí ha dejado una gestión excepcional y la consecución de metas nunca antes conseguidas. Además, tras su marcha deja un engranaje casi perfecto, no únicamente en lo que hace referencia a su proyección deportiva, sino que además ésta se encuentra en perfecta armonía con todo aquello que se desarrolla fuera de los terrenos de juego.

Tito se va a encontrar en sus inicios con un hecho del todo inevitable como es la comparación. La sombra de Pep es tan, tan alargada que le va a ser difícil a su sustituto desligarse de ella. Se le comparará en el banquillo donde la manera hiperactiva de dirigir un partido de Pep le hacía único. Se le comparará en rueda de prensa, en un espacio donde su antecesor hacía gala de unas dotes de comunicador y saber estar inigualables. Se le pedirá la misma dedicación, implicación y cohesión. Se esperará de él un comportamiento similar, y todo ello llevará a la exigencia de repetir resultados. Una tarea de titán, si se tiene en cuenta que los hitos del Barça de estos cuatro últimos años no han sido conseguidos por nadie en la historia.

La gente puede pensar que quien llega no les puede enseñar nada, puesto que su anterior jefe era un genio. Tratamos de crear una leyenda sobre el antecesor y olvidamos todas las cosas que hacen imperfecto su carácter. Sólo nos acordamos de lo bueno. Se crea la figura de un superhéroe y la persona que viene tiene que aprender a gestionar esto”, explica Douglas McEncroe, director de Douglas McEncroe Group, consultora especializada en desarrollo del liderazgo.

Existe, por tanto el riesgo de que el sucesor llevado por esa vorágine de opinión que espera de él un mimetismo absoluto con su antecesor, se abandone a su imagen y deje de lado sus criterios para así generar un proyecto del todo continuista., y olvidándose de su propia filosofía no se atreva a aplicarla por el miedo a unos resultados iniciales titubeantes. Es por ello, que en mi opinión Tito va a navegar, sobre todo en los primeros meses de competición en el filo de una navaja muy fino, que puede hacer que al mínimo traspié se empiece a dudar de su valía, ya que la tan manida paciencia y apoyo que tuvo Guardiola en sus orígenes no será así ahora.

Recordemos que Pep, vino al Barça a liderar un proyecto novedoso, que después del famoso periodo de “autocomplacencia” había sumido al club en una de sus cíclicas crisis de resultado. Y con el carácter que le define, y que ha demostrado en este periplo de cuatro años, demostró mano de hierro y guante de seda con los restos de aquella plantilla. Eliminó lo que el creía perjudicial y mimó al máximo las piezas que el pensaba le iban a llevar a lo más alto. Y así, después de unos inicios titubeantes, aguantados por “ser vos quien sois” pudo plasmar su idea y regalarnos lo nunca visto en la historia del fútbol.

No sé si ahora con Tito se daría la misma situación. A Vilanova no se le espera que rompa con nada, no se le exige innovación, no se le pide que cambie. Únicamente existe el deseo latente en todos los organismos, desde directiva, pasando por jugadores y llegando a los aficionados de que continúe la estela dejada por Pep. Evidentemente, si algo ha funcionado bien, hay que valorar los aspectos positivos. “Merece la pena que quien suceda en un cargo tenga un gran respeto por la labor realizada por su antecesor. A veces, la tendencia es querer demostrar lo que vale uno, dejar la impronta personal... y realizar cambios sólo por el mero hecho de cambiar”, señala Manuel Bermejo, profesor de IE Business School.

Y en cambio, seguro que con un análisis con tiempo, analizando la era Guardiola desde la distancia, encontramos situaciones que no han funcionado del todo bien, y por lo tanto mejorables. ¿O no es cierto, que todos en ciertos momentos hemos echado de menos, en los últimos años de Pep una mayor rapidez en la circulación del balón? ¿O no es mejorable la forma de atacar las defensar ultraconservadoras a las que se ha tenido que enfrentar el equipo en esta última temporada? ¿O, a su vez, no es un poco dañino para el conjunto el trato diferencial que se le ha dispensado a Messi, y su omnipresencia en cualquier combinación de ataque? ¿O la defensa de tres, no ha resultado a veces utilizada con un riesgo excesivo e innecesario?

La respuesta de esos interrogantes son para mi el verdadero objetivo del ahora entrenador azulgrana. Formado y educado en un estilo que no admite discusión, deberá poco a poco ir cogiendo las riendas del equipo, e intentar hacer valer sus criterios y forma de ser en aquellos puntos en los que se veía en desacuerdo con su compañero.

Como explica Manuel Bermejo, autor del libro “Hacia la empresa familiar líder: una visión práctica y optimista”, “muchas veces la empresa familiar se vuelve muy conservadora. Mira demasiado hacia el pasado y mantiene un respeto casi atávico por la tradición. Este planteamiento puede hacer que acabe desenfocada en un nuevo escenario, donde las prácticas exitosas hace cinco o diez años quizá ya no lo sean ahora. Insistir con esas mismas prácticas puede ser muy peligroso”.

En el equilibrio entre el conservadurismo y la innovación tiene Tito la llave de su éxito. Esperemos que la carretera que hoy comienza discurra por miles de kilómetros, y que el que hoy marca el inicio sea la pauta de un nuevo ciclo que complemente al vivido hasta hoy.


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viernes, 13 de julio de 2012

En clave blaugrana.


Ya hace un mes que se acabaron los focos de la pasada temporada, y estamos a pocas horas de que vuelvan a encenderse. Está siendo un verano “sin noticias en el frente”. Con una Eurocopa que ha absorbido la información de clubs, y una crisis galopante que hace que  la ciudadanía giré su interés a las páginas económicas de los medios de comunicación,  las noticias en clave blaugrana se han reducido a meros apuntes que apenas han generado audiencia, y las tertulias antes futboleras, han pasado a centrarse en una prima de riesgo, que a mi, sinceramente es un concepto que todavía me cuesta entender.

 Y no sólo el Barça y su entorno andan algo perezosos en cuanto a noticias de postín. Las consecuencias del precario estado económico que nos rodea se están haciendo sentir en el global del mercado futbolístico, y así el acostumbrado ir y venir de jugadores y cambios de cromos de estas fechas ha quedado prácticamente en nada. Si incluso el Real Madrid, máximo animador de los periodos estivales no ha movido ficha, y a día de hoy se encuentra con una plantilla idéntica a la que finalizó el pasado ejercicio. Sólo a nivel europeo parece que el Paris Sant Germain, y su jeque particular al mando, tienen el poder económico para mover piezas, y así nos hemos despertado hoy con las contrataciones de Ibra y Thiago Silva por el equipo de la capital francesa. Habrá que estar atentos a las evoluciones de este equipo, llamado a ser por plantilla uno de los puntales europeos de la próxima temporada.

Y en el Camp Nou, a mi me da la sensación, que por primera vez en muchos años el equipo arranca con una plantilla que da la sensación de tener menores prestaciones que la de la temporada anterior. La marcha de Keyta, por ahora no reemplazado por ningún fichaje de renombre, la enfermedad de Abidal, cubierta por el emergente Jordi Alba, que deslumbró en la Eurocopa, pero todavía se le tiene que ver rendir al máximo nivel en una temporada de setenta partidos, y la acumulación de un año mas en algunos de los puntales del equipo, como Xavi y Puyol son los principales factores que restan respecto al equipo que el pasado año finalizó la era Guardiola.

Y no sólo es que no haya habido movimientos, sino es que incluso la rumorología ha estado en estado de hibernación. Sólo con nombres de centrales de perfil secundario, y medios centros con futuro, se ha ido alimentando la curiosidad del aficionado. Únicamente el nombre de Javi Martínez parece destinado a aliviar las portadas diarias de los periódicos, en una negociación, que vista desde fuera parece más para la galería que un esfuerzo real de contratación.

Y es precisamente en esa posición que ocupa el vasco, la de medio centro, donde el equipo azulgrana necesita reforzarse urgentemente. Sólo Sergi Busquets, titular indiscutible y uno de los mejores en el mundo en esa posición, parece a día de hoy preparado para actuar en ese espacio del campo. No es fácil llegar al nivel de Busquets. No hace falta recordar como el de Badía ya ha “jubilado” a dos de los mejores jugadores del mundo en esa posición. El primero, Touré Yaya, que en vista de ser el destinatario de los minutos que dejaba libres un debutante, optó por buscar suerte y dinero en otro equipo. El segundo, Mascherano, para muchos, cuando se le fichó, el arquetipo perfecto de mediocentro defensivo. Qué poco duró en esa posición en el equipo, y que gran central ha ganado el fútbol con su reconversión.

Por lo tanto, la nueva incorporación deberá ser consciente de su papel secundario, y de las pocas posibilidades que tendrá de desbancar al para mi, junto a Messi y Valdés, más titular del once azulgrana.

Mucho se ha hablado de los centrales, en un fichaje que para mi no tiene sentido. Con Puyol (cada vez más renqueantes), Piqué, Mascherano, y las incorporaciones de Muniesa y Bartra, esta posición está más que cubierta. No entiendo la búsqueda de un refuerzo en esta posición, si de verdad se tiene confianza en los canteranos. Con cinco integrantes para únicamente dos puestos, y con los tres “mayores” en plenas facultades, los minutos pueden repartirse de forma equitativa para que los emergentes chavales del B, adquieran experiencia en Primera División. A ellos hay que unir a Montoya, que por primera vez ofrece un relevo de garantías a Alves en el lateral derecho, y que ha demostrado en sus breves apariciones muy buenas condiciones para ese puesto.

Y en la delantera, el análisis de la situación no varía en demasía con el que se hacía el pasado año, con Messi omnipresente, insustituible, incalificable, nuevamente este año el debate se centrará en quienes serán los acompañantes del argentino en el ataque azulgrana. Villa, Aléxis, Cuenca, Tello y Pedro generaran un “overbooking” difícil de gestionar. Sin olvidar a Cesc, convertido en la pasada Eurocopa en el mejor falso nueve Europeo. Resultó curioso ver el once ideal del Torneo y ver situado al de Arenys como la punta de lanza de ese equipo. Y aún así, parece que se encuentran deficiencias que solventar, y un posible refuerzo está en la recamara. Yo lo tengo claro. Sólo hace falta cruzar la calle y traerse de vez en cuando del campo anexo al Estadi, a un chaval que juega con el siete a la espalda, y que ayer en el Europeo sub-19 llevó a la selección española a su enésima final de la categoría.

Es por lo tanto, este nuevo Barça, un equipo marcado por el nivel de sus emergentes canteranos. Ya es hora de que se repita una situación análoga a la que Pedro y Busquets protagonizaron hace ya cuatro años. Si es así, la calidad de la plantilla azulgrana lejos de resentirse habrá aumentado de forma exponencial. La pretemporada que en breve comienza tiene este aliciente.

Mientras tanto, ya nos iremos animando con las noticias procedentes de la Federación y sus esperpentos. Siempre viene bien poder echarse unas risas ante la depresión que provocan las portadas y teletipos de las principales agencias, en un verano en el que la estrella emergente queda lejos del ámbito deportivo. El banquillo de la Moncloa acapara a día de hoy toda la atención.


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martes, 10 de julio de 2012

Un señor feudal.


En la época medieval los señores feudales lo dominaban absolutamente todo. Suyas eran las tierras, los caseríos y lo que en ellos había, hasta sus inquilinos, sobre los que tenían todos los derechos y éstos les debían honrar como lo que eran: sus amos. El señor de la villa ejercía sobre los villanos, fuesen siervos o libres, una autoridad patriarcal y una jurisdicción privada.

Bajo esta jurisdicción, el señor feudal  podía dictar órdenes y leyes, impartir justicia, controlar todos los servicios, cobrar impuestos por estos servicios e imponer tributos y sanciones. Y a su vez, establecer amnistías y excepciones a su libre albedrío como máximo mandatario y único responsable de su servidumbre.

Pues este sistema de gobierno que parecía que había desaparecido a finales del siglo XVIII, parece que vuelve a resurgir hoy con la decisión del presidente de la Federación Española de Fútbol. Decisión que impone el perdón a Mourinho y a Tito Vilanova por el famoso dedo en el ojo que puso rúbrica a la última edición de la SuperCopa.

Cual gran mandatario, amo de sus dominios, y cómo poseedor de sus derechos sobre ellos, José María Villar otorga su perdón a los máximos protagonistas del hecho. Y así, con esta última acción, se cierra el círculo a la cadena de despropósitos que el famoso dedazo ha dado a lugar. Y se cierra sin sanción alguna para la acción más vergonzosa vista a un integrante de un banquillo.

Puede que haga falta recordar la sucesión de los hechos, y cómo después de la agresión se tardó unos cuantos meses en hacer pública la sanción definitiva, que ante el pasmo y sorpresa de todos únicamente fue de dos partidos para el agresor, Mourinho, y uno para el agredido, Vilanova. Con ello, no sólo casi se equiparaba la acción de agresión y reacción de los dos protagonistas, sino que a su vez, se creaba un precedente único, según el cual el precio por acercarse al banquillo contrario y agredir a uno de sus integrantes tenía una condena ínfima.

No contentos con esto, ahora, bajo la celebración de la renovación de su cargo, que entiendo que es algo que únicamente celebra el homenajeado, el señor del reino se muestra magnánimo y proclive al perdón. Perdón que en ningún momento manifestó el técnico luso, por lo que ni el arrepentimiento de una acción provocada en caliente puede usarse como atenuante para tanta disculpa.

Llevo leyendo estos días, a raíz de las celebraciones de la Eurocopa por los integrantes de la selección, artículos sobre lo importante que es que estos jugadores sean conscientes de lo que representan, y de cómo su imagen se proyecta a millones de persones que en muchas ocasiones se identifican con sus acciones y formas de ser. Hace pocos días, escuché una entrevista a Johan Cruyff, en la que recordaba divertido las cartas que le hacían llegar miles de madres, instándole a que se cortara su melena sementera, ante la imposibilidad de llevar a sus niños al barbero.

Pues bien, Villar, ex-jugador, y ahora presidente o señor de la Federación parece no andar muy por la labor, y con su magnificencia da la imagen de que todo vale, y que por muy grave que sea el hecho, las consecuencias pueden ser mínimas.

A mi, la verdad es que me es indiferente si Mourinho está o no en el banquillo, pero me da cierta rabia, o asco como diría el luso, ciertos tics y acciones que parecen que nos devuelvan a épocas ya olvidadas. No logro quitarme de la cabeza la imagen de Villar, corona en ristre y larga capa, alzándose de su trono y proclamando a los cuatro vientos el perdón de los condenados, esperando así el agradecimiento y servilismo de sus súbditos. Me parecen gestos fuera de época y que nada tienen que ver con la modernidad actual.

Ahora, esperaremos a Mou en el Camp Nou. Sin rencores. O sí. Esperemos que no se ofenda y se enfrente al público, como parece ser que lo hizo hace pocos días con una aficionada, cuando ésta cante a coro el grito de guerra culé: “Força Barça”


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viernes, 6 de julio de 2012

Eliminemos el Balón de Oro.


Hablaba en mi último artículo sobre el debate generado en esa carrera alocada por conceder el Balón de Oro. Y apoyándome en mis criterios finalizaba mí escrito con el nombre del que para mí debería ser el ganador sin excepción: Leo Messi.

Pero uno de los comentarios recibidos en este mismo espacio me hizo reflexionar y plantearme escribir nuevamente sobre ello. Dicho comentario abogaba por la eliminación de cualquier premio de carácter individual en  un deporte de equipo. Defendía el comentario que el éxito siempre debería ser de un equipo, y que el juicio de la importancia de un jugador respecto a otro es harto complicado, debido a que sus prestaciones siempre vendrán condicionadas por el resto de jugadores que le acompañan. Finalizaba su participación con una frase lapidaria en la que apuntaba que los deportes de equipo son la más clara demostración que “el todo siempre es más grande que la suma de sus individualidades”.

¿Cómo evaluar quien es mejor? ¿Qué criterio se sigue? El Balón de Oro es la prueba principal de lo variable que resultan los méritos del ganador. En épocas no muy lejanas hubo verdaderas aberraciones en el nombre del ganador. Y es que los años de Mundial y Eurocopa hacían que éste fuera siempre un integrante de la selección ganadora, dejándolo todo a expensas de siete partidos. De esta forma, jugadores con temporadas gloriosas quedaban al margen por un mal papel de la selección que representaban. No hace falta recordar nombres, pero así a bote pronto, Sammer o Cannavaro son los principales ejemplos. O Owen, que descabalgó al mejor Raúl en el último momento, haciéndole además así la competencia en su equipo, en aquella época en la que el Real Madrid fichaba según la tasación del valor del Oro.

A raíz de este comentario, me fui fijando en muchas de los argumentos que diferentes opiniones daban en diferentes medios, y muy pocos hablaban de calidades individuales como criterios para conceder tan deseado premio. Qué si la conquista de la Liga, hoy según Florentino Pérez la mejor de la historia. Qué si la Eurocopa debería pesar más que cualquier otro título. Qué si Messi fuera del Barça era un jugador mediocre que no aportaba nada a su selección, y que sus prestaciones en blaugrana tenían mucho que ver más con la calidad de Xavi e Iniesta que con las suyas propias. Y así, entre unas opiniones coherentes, otras dudosas y otras totalmente demenciales, cada vez me acordaba de mi “Anónimo” particular y le tenía que dar la razón. Eliminemos ese premio!!!

Para los premios individuales ya existe la Bota de Oro, el Zamora, el Pichichi y todos aquellos que se basan en datos plenamente objetivos. Nadie puede dudar que este año Messi es Pichichi y Bota de Oro, y nadie puede decir que Victor Valdés no merece el Zamora. Aquí no hay discusión. Ahora, sería plantear quien es el merecedor del Guante de Oro, y seguro que aquí ya empieza el debate.

Por ello creo que se debería empezar a plantear la entrega de tan prestigioso trofeo a nivel de equipos, y así al final de cada año, y de acuerdo a un criterio de puntos, establecer el mejor equipo del año, y otorgar un Balón de Oro gigantesco al mismo. Puntos que se podrían dar en función de la participación en todas las competiciones estableciendo valores diferentes según se consigan.

Así, y teniendo en cuenta este criterio, el F.C. Barcelona y Real Madrid se encontrarían en la disputa de este nuevo premio que ahora defiendo. Con un título cada uno, y con la Liga merengue con más peso que la Copa del Rey azulgrana, y habiendo alcanzado ambos equipos las seminales de Champions, los próximos seis meses serían apasionantes para ver quien se hacía con la SuperCopa y el máximo número de puntos en Liga. De esta forma, cada partido contaría en una competición paralela en un todos contra todos ficticio, que al final del año premiaría al mejor, y con ello, a los jugadores que lo han hecho posible.

Sería esta la forma de valorar de forma justa quien es el mejor, contando los Balones de Oro conseguidos a partir de los triunfos de los equipos en los que ha participado. Claro que así, se acabaría el debate, y a veces, sólo a veces, es tan bonito discutir….


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miércoles, 4 de julio de 2012

Un Balón de Oro muy volátil.


Faltan todavía seis meses para la entrega del Balón de Oro, y el debate sobre quien debe ser el ganador se está haciendo cada día más pesado. No hay día en el que ya sea en radio, prensa o televisión no surjan voces reclamando ya a un ganador, en una disputa bastante cansina, y en la que para mi, sino sucede nada anormal en los cuatro meses de temporada que irán de agosto a diciembre, el ganador está escrito a comienzos de cada año.

Y es que parece que olvidamos lo que realmente se premia con la entrega del prestigioso esférico dorado. No se trata del jugador que más títulos tenga, no se trata del jugador más goleador, no se trata del jugador más estético. Simple y llanamente se trata del jugador más determinante y con más calidad en un terreno de juego. Y en esa disputa hay uno que destaca sobre manera sobre el resto: Leo Messi.

Ahora, después de la Eurocopa y con la renovación del título de la selección española, los forofos y voceros representantes del Real Madrid, han cambiado el objetivo al que encumbrar. No hay que irse muy lejos en las hemerotecas para ver como desde los principales foros blancos, y una vez finalizada la Liga, ya se hacía presión para que en el mes de mayo le fuera entregado el Balón de Oro al máximo exponente del equipo merengue: Cristiano Ronaldo.

El mérito, era haber conseguido la Liga BBVA y haber logrado la increíble cifra de cuarenta y seis goles, superando el record establecido en la anterior temporada. En este debate, poco importaba que su compañero Casillas, al que ahora se quiere casi evangelizar tuviera los mismos méritos en cuanto a títulos conseguidos. Nada tenía que ver, que otro jugador hubiera batido los registros goleadores de Ronaldo, llegando a la exorbitante cifra de la cincuentena en Liga, y sobrepasando los ochenta en toda una temporada. Un hito no conseguido nunca hasta la fecha en la historia de este deporte.

Y hablando de hitos. La selección española ha conseguido ahora uno, encadenando la conquista de dos títulos europeos y un Mundial entre ellos. Aprovechando la efeméride se ha abierto el debate sobre si este equipo debe considerarse el mejor de la historia. ¿No sería entonces lógico pensar, que el hito de Messi es equiparable y que también nos encontramos ante un caso análogo? ¿La hazaña de Messi no le convierte en el mejor de la historia?. Al igual que “La Roja”, nunca nadie había conseguido tanto.

Y a partir de esta hazaña, y viendo que los números de Ronaldo en esta Eurocopa no han sido todo los buenos que deberían, por mucho que dos buenos partidos le pusieran de nuevo en la antesala de recogida del premio, ahora el debate se desvía, y aquello que tanto valía hace, recordémoslo, apenas cuatro semanas, ahora ya ha perdido brillo. Y de golpe, el portugués desaparece de las quinielas, y son Casillas e Iniesta los nuevos candidatos a promocionar. Y en este debate, parece que tenemos que entrar todos, ya que una de las principales cualidades de estos dos jugadores es que son españoles, y ante ello no hay oposición posible. Los éxitos de la selección están por encima de cualquier otro logro, y el valor de pertenecer a ella supone la principal virtud para llevarse el deseado premio.

Y en esa disputa, como no, se otorga a Casillas el placed del máximo mérito. Portero que con paradas decisivas ha logrado llevar a su selección hasta la final merece ya hoy el preciado tesoro. Y digo yo. Si la virtud por la que llegar a conseguir el premio es la conquista de la Eurocopa, y si el mejor jugador del torneo ha sido Andrés Iniesta, ¿no sería lógico entonces pensar que esas dos premisas juntas ya dan el nombre de un ganador?

Y en esas estamos. Que si Ronaldo, en una obsesión continua por aparecer solo en las fotos. Que si Iniesta, al cual se le debe el premio negado en el 2010. Que si Casillas, porque ya va siendo hora que un portero se una al mítico Yashin en la lista de galardonados, y porque su trayectoria así lo dicta. Trayectoria de más de diez años en la élite es uno de los argumentos más repetidos. ¿Acaso cuatro semanas atrás esa trayectoria era menor? ¿No importaban entonces los méritos y números del portentoso portero de Móstoles?

Y así estaremos los próximos seis meses. Seis meses en los que, como decía al principio, si nada extraño ocurre, un pequeño argentino, con el diez a la espalda y casi siempre vestido de blaugrana, nos va a regalar un mínimo de diez goles mensuales, Nos va a obsequiar con cintas, slaloms, caños, y triangulaciones que nadie, no lo olvidemos, nadie es capaz de realizar. Y no olvidemos que desde hace tres años, las votaciones de este premio recaen no sólo en periodistas, sino que son los propios entrenadores y jugadores los que más peso tienen en la decisión. Y aquí la decisión es unánime. Sólo hace falta escuchar que dicen cuando hablan. Leo ya tiene preparado en su museo particular el espacio para recibir allí su cuarto Balón de Oro.


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lunes, 2 de julio de 2012

Un debate continuo.


Desde que Vicente Del Bosque ha accedido al cargo de seleccionador, ha vivido instalado en la crítica perenne. Una crítica que le acusa de no saber conjugar con criterio las virtudes de sus seleccionados, y que ven en sus planteamientos una forma rácana de entender este deporte, basando más su estrategia en la contención que en el ataque.  

Y cierto punto de razón llevan esas críticas, ya que su inamovible e indiscutible, para él, doble pivote le aleja del concepto original de juego del que mana este equipo. Un concepto de juego pensado para y por jugadores acostumbrados a atacar y que están habituados a vivir en campo contrario y al límite del área grande de su oponente. Una estrategia de juego que hace de la presión en campo contrario su máxima virtud defensiva, y que busca la recuperación del balón en las cercanías de la portería rival. Una concepción futbolística que se basa  en el continuo movimiento del balón y en el apoyo y movimiento constante. En definitiva, una nueva evolución de este deporte que lleva consigo una denominación de origen; la del F.C. Barcelona.

Por ello, sin duda alguna, sus seguidores se encuentran estafados ante la propuesta del salamantino, que reniega de uno de los principios básicos de este tipo de juego. Un único pivote defensivo, que conjuga toque y posicionamiento táctico como principales virtudes y que consigue, arropado por el resto de centrocampistas hacerse con el manejo del juego y del balón.

Por otro lado, y entendiendo que el modelo del equipo catalán se rompe con ese planteamiento, los defensores del otro modelo ven en el “falso nueve” un guiño hacía la filosofía blaugrana. Ese otro modelo habla de un delantero centro nato, corpulento y que fija a los centrales cerca de su área, de forma que, así, se generen espacios en el centro del campo, y se tenga una referencia en la que apoyarse. El “falso nueve”, descubierto por Guardiola y llevado a su máxima expresión por la figura de Messi, busca todo lo contrario. Engañar y distraer. Ir y venir. Movimiento e improvisación. El objetivo es crear dudas en los marcadores entre ir o esperar. Seguir o flotar. Y así, busca sacar de su espacio natural a los férreos defensores que allí tienen su hábitat, y generar pasillos por los que colarse los interiores o laterales.

Y así, el debate entre unos y otros se abre. Unos desean un único pivote y el falso nueve como modelo. Otros el doble pivote y un nueve nato. Los menos un híbrido. Y casi nadie apuesta por el modelo mostrado, que es en definitiva el que defiende el seleccionador.

Ayer con ese modelo, después de un Europeo un tanto pobre ofensivamente, pero casi perfecto defensivamente, la selección española se salió. Y lo hizo porque consiguió unir, al toque y al posicionamiento el concepto de profundidad. Pases verticales y horizontales se conjugaron y propiciaron un dinamismo en el juego no visto en todo el torneo.

Muchos veremos ahora, el sello azulgrana en la final de este Eurocopa. Yo el primero. Y defenderemos la idea, abogando por ese juego de toque que sólo hemos visto hacer a los azulgranas en su equipo. Un juego que les ha aupado a las más grandes cotas y que ha hecho posible que muchos de los jugadores portadores de la zamarra blaugrana, hayan conseguido en estos cuatro años todos los títulos posibles en su profesión.
Otros sin embargo, huirán de esta idea, y defenderán las reminiscencias madridistas en el juego de la selección. Y apoyaran su teoría en la portería, en la que un Casillas inconmensurable ha atajado cualquier atisbo de posible problema en aquellos momentos en los que el juego decaía. Defenderán la presencia de ese doble pivote, y de Xavi Alonso como elemento discordante en esa manera de entender el juego. Sus desplazamientos largos y cambios de orientación serán sus armas.

E incluso habrá algunos que anclados en el pasado, seguirán defendiendo la furia y los “cojones” como el máximo valor del equipo. Y recordando a Pirri, como máximo exponente de una generación ya casi olvidada, harán de Sergio Ramos su bandera, y defenderán su manera de entender este juego. Potencia, intimidación, valentía, y un punto de insensatez.

Y así, unos y otros llegaran al Mundial del 2014 defendiendo estos mismos teoremas. Yo también tengo uno, y es aquel que dice, que un equipo que conjugue a Iniesta y Xavi al máximo nivel es casi invencible. Y por suerte a estos, los culés los vemos cada domingo vistiendo nuestros colores. Ya queda menos para que comience la temporada y volvamos a ver juntos a nuestros “locos bajitos”.


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