Nos está mal acostumbrando el Barça a solventar los partidos con este resultado, y es que con el de ayer ya son catorce ocasiones en las que los de Guardiola, han batido a su rival con el mítico número cinco alumbrando su marcador.
No era ayer un día en la que se esperaba que se diera un resultando tan contundente, Y es que si bien es cierto, que los azulgrana, tal y como reconoció Guardiola en rueda de prensa, han disputado tres ediciones fantásticas de la Champions, saldadas como todos recuerdan, con dos títulos y una semifinal, también lo es que, en los desplazamientos, el equipo no ha tenido unos resultados extremadamente buenos, y la victoria foránea es un marcador que se le resiste.
Tampoco los precedentes ante equipos del Este, invitaban a pensar que el partido acabará de forma tan contundente. Y es que más de uno, tenía muy frescos en la memoria los partidos contra el Rubin Kazan, y los problemas que este modesto equipo ha planteado a los culés en las dos últimas ediciones de la máxima de las competiciones. Sólo cabe recordar, a modo de ejemplo, que una derrota hace ahora dos años en el Camp Nou, ante este equipo, desató la euforia en algún que otro llamado “periodista”, que acuñó desde entonces el famoso “fin de ciclo” azulgrana, y que desde entonces, como un Nostredamus cualquiera, lo anuncia, de manera apocalíptica, al mínimo resultado no favorable para los catalanes.
Con todos estos condicionantes, saltó el Barça al césped del estadio de Minsk. Y, como no, en la alineación se pudo comprobar, que el once titular que presentaban los blaugrana no era el vaticinado por ninguna de las apuestas que la prensa había anunciado durante el día. Se apostaba por la vuelta de la casi invicta dupla “Piqué-Puyol” en el centro de la zaga, como un síntoma más de respeto a este desconocido equipo. Pero Pep, con acierto, sólo utilizó a uno de ellos, y volviendo a su esquema habitual, el 4-3-3, colocó en el centro de la zaga a Puyol juntó con Mascherano. Y digo con acierto, porqué me parecería muy arriesgado afrontar un partido, que a priori se prevé complicado, con dos jugadores en el centro de la defensa, todavía en fase de recuperación, y con el ritmo competitivo muy por debajo de sus compañeros.
Pero sólo empezar a rodar el balón, se pudo constatar que ayer, en defensa, cualquier jugador hubiera tenido un partido plácido. Fue sorprendente observar la disposición táctica del llamado “Guardiola de Bielorusia”, que con un táctica de 9-1, se dispuso a esperar a los azulgrana en su área a la espera de no sé que milagro. Supongo, que conservaba el técnico local el vídeo del partido del Inter de Milán en el Estadi azulgrana, que frustró el pase de los catalanes a lo que hubiera sido su tercera final en tres años. Y planteó un partido de forma parecida, pero con una exageración tal, que resultaba curioso observar a nueve jugadores intentando moverse al unísono dentro de su área, y yendo de lado a lado de la misma.
Con esa manera de afrontar el encuentro, éste tomó tintes de partido de balonmano, y los jugadores azulgrana, como suele ser habitual en su juego, empezaron a mover el balón de lado a lado en busca del hueco que le permitiera inaugurar su casillero. Y ocurrió, algo previsible y que en muchas ocasiones, cuando se acumulan jugadores sin sentido dentro del área acaba por suceder. Y es que un jugador local, en un intento de rechacé, intentando tapar un desmarque de Messi, introdujo el balón en su portería. Fue un gol tempranero, que lanzaba por la borda la “novedosa” estrategia del técnico local. Y es que me hace gracia observar, como cuando se habla de superar al Barça, siempre se pone como ejemplo aquel partido de los neoazurros. Y sí, aquellos superaron a los azulgrana en el cómputo global de la eliminatoria, pero el partido en cuestión, se saldó con derrota, mínima, sí, pero derrota al fin y al cabo.
Volviendo al partido, pensaba, iluso de mi, que entonces los locales abrirían líneas, y el juego sería diferente. Pero no. Parecía que el único objetivo era salir del campo con el mínimo número de goles encajados, y nuevamente los nueve jugadores locales, se volvieron a colocar en su posición defensiva a la espera de los atacantes azulgrana. Sólo el trotamundos Kezman, quedaba aislado en punta, totalmente desasistido y sin ninguna posibilidad de participar en el partido. Supongo que no ha sido este el partido en el que más ha disfrutado jugando.
Y así seguía el partido, cuando una vez Pedro, y otra Messi, firmaron los goles que nos llevarían al descanso con un contundente cero a tres en el marcador.
La segunda parte, por tanto se convirtió en un mero trámite, que había que disputar, porqué todavía nadie a instaurado el ko futbolístico como solución para acabar con este tipo de partidos tan aburridos. Los cules, al menos, teníamos el aliciente de intentar ver si el diez azulgrana conseguía un par de tantos más y superaba a Kubala en el escalafón del segundo máximo goleador de la historia azulgrana. Y este pequeño genio, al que dentro de poco ya no sabremos como adjetivarle, sólo hace falta que tenga un objetivo, para que este se vea cumplido. Y así fue nuevamente, cuando recién iniciada la segunda parte, batió al portero local con el mejor gol de la noche, en un zurdazo desde dentro del área que se coló como un obús en la portería.
De aquí al final, posesión, cambios, rotaciones y un dejar pasar el tiempo, llevaron al partido a una fase de sopor, que no pudieron soportar ni los aficionados locales, que aunque habían llenado el campo para presenciar al actual campeón, lo fueron abandonando de forma paulatina.
Y es que el partido no daba para más. Sólo Villa, muy activo toda la noche, y con numerosas ocasiones para aumentar sus números goleadores, porfiaba todavía con la defensa contraría. Y también el asturiano consiguió su objetivo. Lleva Villa ya dos partidos consecutivos disputando los noventa minutos, y presenta esta temporada, unos números bastante mejores que la de su debut como azulgrana.
Era el minuto noventa, y por fin el partido finalizó. Y a parte de las estadísticas oficiales dejó unos datos curiosos a su fin. Pedro, con doce goles, igualó a Johan Cruyff en tantos conseguidos en competición europea, Messi lo hizó con Kubala, Villa continua a gol por partido, Guardiola se ha convertido en el técnico azulgrana con más victoiias en Champions, y la camiseta negra, dejó atrás un dato que empezaba a preocupar, y es que todavía el Barça no había conseguido ninguna victoria con ella en escena.
Esperemos que el todavía azulgrana Hleb, disfrutara del encuentro, y después del mismo felicitará a sus compañeros por la victoria conseguida. Aunque más bien, si alguno de sus ex, conserva su teléfono, los mensajes habrán ido en sentido contrario. Yo, no me habría podido resistir.
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