Esta es una
de las afirmaciones más repetidas sobre la publicidad, y se utiliza cuando en
el momento de generar una campaña o lanzamiento de un producto se quiere llegar
al máximo posible de público.
La selección del público que se quiere alcanzar es la decisión más importante a la hora de crear una acción publicitaria. Supone elegir al público objetivo o target, conjunto de personas con ciertas características en común al que esa acción se dirige. Por lo tanto, anunciantes y publicitarios, tienen como reto descubrir y profundizar en los datos, preferencias y sentimientos de sus públicos objetivo. Toda la actividad de marketing debe estar volcada en crear mensajes que se ajusten a las necesidades, las motivaciones y los hábitos de consumo.
Y en ese reto se encuentra actualmente cierto tipo de prensa deportiva
actual. En buscar el mensaje que llegue al mayor número de personas posibles.
En buscar el titular que sin profundizar capte la atención del mayor número de
oyentes. En buscar, en definitiva, generar el ruido necesario que provoque que
el mensaje dado sea el primero, el número uno. Por eso, el objetivo
principal de los medios es estar siempre atentos a los cambios en sus
necesidades y a la aparición de nuevas tendencias de consumo para
no quedarse sin capacidad de respuesta.
Lejos quedan aquellos tiempos en los que la credibilidad de los mensajes
era lo que importaba. En los que contrastar el rumor y la posible noticia era
el primero de los pasos a dar antes de su publicación. Ahora en unta tendencia
peligrosa, el primer paso es publicar la noticia. Y el siguiente, el intentar
desmentirla por los posibles afectados de sus consecuencias.
Nos quejamos en ocasiones, y parece que somos muchos, de esta tendencia
en mucha de la prensa deportiva actual. Estamos hasta las narices de ver como
programas de dudoso gusto emiten mensajes fraudulentos y llenos de mal gusto.
Abogamos, la mayoría, por un periodismo
algo más serio y consecuente. Pero, ¿de verdad que son mayoría los que desean
este tipo de prensa? ¿No será que el verdadero público objetivo, el que de
verdad consume esos mensajes que tantos nos disgustan, es el que de verdad
ostenta mayoría absoluta en la lectura?
Los índices de audiencia no engañan. Vemos como la televisión se llena de
programas basura, que hacen ruborizar en ocasiones al teleespectador. Programas
que basan sus mensajes en la constante disputa y falta de educación. Programas
que nada ofrecen más allá del chismorreo y la rumorología. Y dichos programas
llevan años en pantalla. Y no hace falta recordar, que en un medio tan
competitivo como es la televisión, nadie permanece en antena sin una audiencia
que le respalde. Por lo tanto, y en una aseveración que no por muy repetida
deja de ser verdadera, se puede afirmar, que tenemos exactamente los medios que
nos merecemos. Éstos no hacen más que ofrecer, aquellos mensajes que saben que
van a llegar al máximo número de personas.
Sin ir más lejos, ayer publiqué en este medio una noticia falsa, que tenía
que ver con el regreso de Guardiola al banquillo azulgrana. ¿Cúal fue el
resultado? Ante mi sorpresa, la noticia se ha convertido en líder de audiencia
allí donde se ha publicado. Me están entrando tentaciones de inventarme un
titular diario para fortalecer mi ego ante tanta visita. No lo haré, pero…., ¿qué
ocurriría si mis ingresos económicos dependieran de mis visitas? ¿Qué pasaría
si tuviera anunciantes que me patrocinaran y me exigieran un determinado tráfico
en mi blog?.. ¿Cuál sería mi reacción si tuviera que entrar en competencia con
los miles de sitios en Internet que ofrecen mensajes y productos parecidos al
que yo ofrezco?
Se me hace difícil contestar a este punto. Y más después de un día como
ayer, en el que la noticia más vista en casi todos los medios deportivos fue,
agarraos fuerte, el corte de pelo de Sergio Ramos!!!!!... Si ese es el
criterio, si ese es el mensaje más consumido, se entiende a la perfección hacia
donde se dirige la prensa deportiva actual. Para que hablar de tácticas, para
que hablar de sistemas, de características del juego de este o aquel. Para que perder
el tiempo investigando, contrastando, analizando, desmenuzando. Para que cuidar
los textos, las expresiones, la sintaxis o las formas. Total, si el nuevo “pelo
en puncha” del defensa andaluz copa el primer lugar en la audiencia, vamos a
intentar dar mensajes parecidos, y a ver si convencemos a Piqué de que se
haga unas mechitas, o a Casillas unas rastas.
En segundo lugar en el ranking tuvimos las declaraciones de Xavi,
que sacadas de contexto, y en contestación a una pregunta, lanzo el sacrílego
mensaje de que el Real Madrid no sabe perder. Y que el Barça sí, claro. Y ya tenemos el caldo
de cultivo perfecto para tener tropecientos mil comentarios hablando de lo
humano y lo divino, de los catalanes y la madre que los parió, de los
madrileños y su falta de humildad, de Mou y su ojo, de Guardiola
y su colonia, de l’Estatut de Catalunya, de la crisis mundial, y de Bankia. Todo eso provocó el titular de la noticia.
En un mundo digital, que vive a expensas de las visitas y el tráfico, y donde
la publicidad manda, el máximo criterio para captar anunciantes son las
visitas. Ni más ni menos. A más visitas, más anunciantes y a su vez, más
ingresos. ¿Y qué mejor manera de generar visitas, que una confrontación? Y en
eso estamos, en la continua confrontación.
Y ahora, parémonos a
pensar...¿Vemos esos programas?.. ¿Consumimos esos mensajes?...¿Nos puede el
morbo de escuchar lo que dicen?.. ¿Nos atrae ese tipo de programas?... A bote
pronto muchos diríamos que no, pero.. ¿seguro?..
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4 comentarios:
Qué tiempos aquellos en los que la prensa deportiva era seria,,, http://siempregananlosalemanes.blogspot.com/
Hola Jose Carlos, a mi no me disgustan las polémicas ni las disputas, siempre que se basen en argumentos más o menos sólidos y veraces, pero esos programas deportivos de los que hablas, no he podido verlos nunca enteros y, desde hace mucho, muchisimo, que ni los sintonizo. Lo que me parece de autenticos heroes o autenticos masoquistas, es que algún culé, medianamente informado, pueda tragarse esos programas repletos de falsedades y realizados para dar satisfacción a una gran parte de la afición blanca.
Saludos
Hola José. Lo que sucede es que a la gente (a la más borreguil, que por desgracia es la gran mayoria) lo que le gusta no es escuchar la verdad, si no pasar un buen rato. Y especular con el "Y si... esto o aquello" y el morbo acompañante puede resultar muy entretenido para quienes padecen de un sentimiento de vacío crónico. Es patético, pero esa es nuestra realidad social.
Comparto tu apreciación. Saludos!
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