Soy de los que opina que la tan manida frase que enuncia que cualquier
tempo pasado fue mejor, la mayoría de las veces no tiene razón de ser. Pero si
hablamos de trofeos veraniegos en general, y del Gamper en particular, tengo que decir sin lugar a dudas que el
enunciado es del todo veraz.
Y es que en mi memoria están aquellas noches de final de verano, en la que
con mi padre, bajábamos de nuestro lugar habitual de veraneo, y con bocadillos
quilométricos preparados por mi señora madre nos disponíamos a disfrutar de dos
grandes partidos de fútbol. Y encima durante dos días consecutivos.
Era el Joan Gamper el día que veíamos a los nuevos fichajes, el día que
poníamos la ilusión en ver las evoluciones del equipo para la nueva temporada,
el día en el que para el culé se iniciaba de verdad el curso liguero. Era un
día especial.
Recuerdo infinidad de equipos, de partidos y de jugadores. Me viene a mi
memoria en debut de Maradona, en un
diluvio universal, que me permitió ver en un campo impracticable, cómo sin
tocar el balón en el suelo también se pueden ver grandes partidos. “El Estiarte del fútbol”, bautizó la
prensa esa primera exhibición del Pelusa. Me viene a la memoria la época
inglesa de nuestro equipo, con Mark
Hugues y Lineker como grandes alicientes. El debut de Archibald, que venía a hacernos olvidar a un desafortunado Diego en
su transito blaugrana. Y a Gatti, el
ahora habitual tertuliano de ese innombrable programa nocturno. Y a este no es
que lo recuerde por sus intervenciones, como no para de jactarse hoy ante las
cámaras, sino por los nueves “chicharros” que tuvo que recoger en la noche más
goleadora que recuerdo de nuestro torneo. De ahí le debe venir su inquina hacía
todo lo que huele a blaugrana.
Recuerdo a mi padre, que con ilusión, me buscaba el mejor sitio en el campo
para que pudiera disfrutar de la visita. Del olor a césped. Del campo
iluninado. De los comentarios de la grada. Recuerdo el tan repetido “aquest
any si”, ante las frecuentes exhibiciones que ofrecía el equipo. Recuerdo a
equipos de renombre, el Bayern, el
Milan, el Inter, el Manchester, Boca, …, y un sinfín de escuadras y jugadores
que desfilaban por Barcelona en los
últimos estertores del verano. Recuerdo los viajes de vuelta a nuestro lugar de
veraneo. Has visto papa?, Maradona
es una pasada!!!.. o… Vaya bestia ese Hugues!!!..
o que exhibición de Marcos!!!... o…
Era la primera vez que veíamos a los jugadores. Era la presentación de equipo.
Y ahora?... Ahora nada es lo mismo. Cada año es más descafeinado. Primero
se eliminó la doble jornada y se sustituyo por un único partido. Parecía una
solución acertada a la cada vez más cargada competición. Al menos veíamos a los jugadores en un primer
partido de nivel en directo, aunque ya estuviéramos acostumbrados a ellos por
las diferentes retransmisiones televisivas.
Pero es que poco a poco, las estrellas dejaron de lado el torneo, y en un
declive progresivo el equipo se hacía irreconocible. Todavía recuerdo la
primera vez que yo fui con mi hijo, intentando repetir mis experiencias
paternas. Era el debut de Ibrahimovic.
Y el Barça salió al campo, y no
parecía ni el Barça. Una camiseta
diferente, un equipo plagado de suplentes y jugadores de filial. Y una pregunta…
¿Papa, donde está el Barça?
Y hoy, en un esperpento ya difícil de igualar, se juega el torneo, que ya
no sirve ni como preludio de la competición. La Liga se inició ayer. Los
jugadores estrella no estarán presentes en el campo, y lo que se presentará
será un sucedáneo de partido, que nada tiene que ver con aquello que yo
presenciaba de pequeño. Obviamente, escribo estas líneas desde mi lugar de
veraneo. No habrá bocata de mi madre. No habrá viaje a Barcelona. No habrá ilusión. No habrá nervios por ver como evoluciona
el equipo. No habrá nada. Me quedo aquí, y junto con mi padre y mi hijo veremos
el partido por televisión instalados cómodamente en el sofá.
Y es que alguien debería pensar que el fútbol no es sólo negocio. Es un
sentimiento. Es algo más que presenciar partidos oficiales. Es ilusión, ganas,
ansiedad, nervios, gritos, bocata y refresco. Y todo esto, poco a poco va
desapareciendo. Poco a poco, se van perdiendo tradiciones que han hecho grande
este deporte. No todo es negocio, no todo es negocio… o si?
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1 comentarios:
Y yo todavía recuerdo aquellos Gampers a doble partido, con semifinal y final, disputandose en dos o tres días, o aquellos en los que se invitó al Tenerife en agradecimiento a las Ligas ganadas al Madrid. Aish, que tiempos aquellos... http://reflexionesdesdeelmediterraneo.blogspot.com.es/
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