Se acerca el final del segundo trimestre escolar, y época de notas. Recordad que entreno a un equipo de infantiles, que justamente este año han iniciado el primer curso de la ESO. Tengo por costumbre, intentar saber cual es el rendimiento escolar de mis jugadores, y procuró estar al tanto de los posibles problemas que éstos puedan tener.
Con la última reforma educativa, en la que se instauró la ESO, el primero de sus cursos suele ser rompedor en cuanto a las exigencias que se les demandan a los alumnos. Alumnos que ven, como pasan de seis años de apenas esfuerzos, a tener que empezar a dedicar horas al estudio. Horas que han de compaginar con los entrenamientos, con los partidos, y con el cansancio que éstos provocan. Horas que a veces se abandonan y que dejan sus expedientes muy lejos de lo que deberían ser.
A veces, en charlas informales en la grada, o en la intimidad del vestuario, intentó hacerles ver la importancia que tiene una buena formación. El futbolista no sólo es fútbol, no sólo es jugador, es ante todo persona. Los chicos, en ocasiones se justifican poniendo sus ojos en las estrellas del momento. Me hablan de Messi, me hablan de Valdés, Piqué o Puyol, y de la nula necesidad que han tenido éstos de tener un brillante expediente académico. Yo por mi parte, les intento hacer ver que estamos hablando de casos únicos y diferentes, y que probablemente ninguno de ellos llegue a alcanzar este estatus. Mis palabras, creo que a menudo caen en un saco sin fondo, y como se dice vulgarmente “entran en un oído para salir por el otro”. Tal vez, desde este artículo puede hacerles entender lo que les quiero decir con un caso concreto: el de mi padre.
Mi padre fichó por el F.C Barcelona a la edad de 14 años, y fue quemando allí etapas hasta finalizar su período juvenil. Era un central de futuro, titular en todas las categorías, alcanzando incluso la capitanía en sus últimos años de juvenil. De allí, pasó a formar parte de la extinta Espanya Industrial, denominación que por aquel entonces tenía el filial azulgrana.
Entre el portero y Olivella. |
Cómo refleja la foto adjunta, en la formación de aquel equipo formaba tandem defensivo con Ferrán Olivella. Para los que no sepan quien es dicho central, les diré que Olivella ha sido uno de los grandes capitanes de la historia del club y uno de los jugadores que más partidos ha disputado, alcanzando la cifra redonda de 500. Según la web del F. C. Barcelona, “este central Fue un defensa de gran categoría, muy seguro y sobrio, y con una excelente colocación. Destacó de muy joven, y en la temporada 1955-56 fue uno de los artífices del ascenso a Primera División del filial barcelonista, el España Industrial.” Ese es el equipo de la foto adjunto, y junto al portero posan mi padre y Olivella.
A pesar de ese prometedor futuro, y de unas expectativas grandes para alcanzar un puesto en el primer equipo azulgrana, Agustín, que así se llama mi progenitor, seguía estudiando y trabajando. Estudiaba Comercio y trabajaba como tornero en la extinta Hispano Olivetti. Su jornada empezaba a las cinco de la mañana, y acababa bien entrada la tarde. Estudios, trabajo, entrenamientos, partidos y viajes definían su día. Lo fácil hubiera sido centrarse en su carrera futbolística y dejarse llevar por la vida fácil que ésta le podía dar. Pero pensó que ya llegaría el momento en que a lo mejor el fútbol fuera su profesión.
Pero llego un día, con veintidós años, en las que un delantero le fracturó el tobillo de mala manera. Hay que entender que en esa época, los medios médicos y los conocimientos no eran los de ahora. Aquel tobillo nunca se recuperó del todo, y su paso al primer equipo se truncó. Creo recordar que únicamente jugó un amistoso, del cual queda un recuerdo en casa en forma de foto central del Mundo Deportivo.
Siguió jugando en la España Industrial, después llamada Condal, pero su oportunidad había pasado. El tobillo no daba para más. Su futuro prometedor había acabado.
¿Qué hubiera sucedido entonces, si al contrario de lo que hizo, hubiera dejado sus estudios y trabajo? ¿Cuál hubiera sido su futuro? Sólo la constancia de sus años de juventud, en la que fue capaz de conjugar, estudios, fútbol y trabajo, le permitió una vez acabado su periplo blaugrana disponer de un buen puesto profesional que ejerció hasta su jubilación, y de disfrutar a su vez de un deporte que todavía le encanta. El Europa, Turó de la Peira y otros equipos más modestos de Barcelona fueron su destino.
Espero que después de leer esta pequeña historia personal, mis niños recapaciten, y piensen que sí, que el fútbol es importante. El fútbol es deporte, compañerismo, competición, y ofrece un conjunto de valores y experiencias a veces únicas. Pero todas ellas deben ir acompañadas de una buena formación, que es la que al final les dará una verdadera salida en el mundo real al que se deberán enfrentar.
Y para finalizar, y como sé que a mi padre le hará ilusión verse por Internet, aunque él, ahora con setenta y seis años no sabe muy bien que es eso, dejo aquí unas fotos donde se le puede ver en el periplo que acabo de explicar. A que son chulas papi!!!!!
Despjejando un corner. |
En su época cadete. |
De juvenil. |
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11 comentarios:
Fantàstic!!!! Molt emocionant, i il·lustratiu del que és la Vida. Tant de bó que tots els entrenadors tinguessin la meitat del teu seny. Els no professionals i els professionals.
Ja poden estar contents els pares i mares que tenen la sort que entrenis els seus fills.
Moltes felicitats a tu i al teu pare.
Es una lástima que no pudiese hacer carrera. Buen artículo, por otro lado. En ocasiones me gustaría poder haber vivido, aunque sea brevemente, aquella época.
Eres buena gente chaval..
Bonito artículo Jose Carlos
Muy entrañable, e ilustrativo de lo que puede ser la vida y trayectoria de un futbolista.
què és més bonic: un pare que tingui un fill tan carinyós que l'admiri o un fill que tingui un pare així per retratar-se.
Hola a t@dos. Este es un artículo muy personal, por lo que sólo puedos daros las gracias por leerlo y dejar aquí vuestro comentario.
Un saludo.
enhorabuena por un artículo tan sencillo como grande gracias a su humanidad
Muy bueno tu artículo aparte de ser un homenaje a tu padre que es un gesto muy bonito, ilustra que en el deporte solo muy pocos llegan a competir al nivel elite no por falta de potencial si no por circunstancias ajenas a su control por lo cual la educacion es muy importante para poder valerte por ti mismo.
Al igual que espero que le abra los ojos a muchos niños/jovenes que creen que solo el deporte les va a resolver su vida, pero mas espero que los padres de familia que piensan que su hijo va a hacerlos ricos solo con el deporte cuando lo que estan haciendo es una apuesta de alto riesgo con el futuro de su hijo. Con esto no quiere decir que si se tiene potencial no se apoye, si no que la educacion siempre es importante si no para trabajar siempre es importante para crecer como persona.
Saludos
Un hermoso relato de la vida real. felicidades a Uds. y por supuesto a su señor padre, que siga disfrutando con el deporte
Fernando
Sigo dando las gracias a todos los que leéis y comentáis este artículo. Me alegra de que os haya gustado.
Un saludo.
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