
Parecía un viaje de placer. Un despegue algo brusco, y con cierto aire en
contra hizo que el inicio fuera algo lento. Pero sorteados los primeros
impedimentos, con viento a favor, y un ambiente del todo despejado, el avión
puso rumbo a velocidad de crucero hacia su destino. Un destino que parecía iba
a ser alcanzado con mucha antelación versus el horario previsto.
El pasaje viajaba confiado. Entre risas y bromas parecía que lo que
acostumbraba a ser una larga travesía plagada de dificultades, iba a ser esta
vez una anodina aventura con final feliz. El piloto, que debutaba como
comandante de la nave, parecía solvente, incluso en ocasiones...