Este pasado verano, el director
de As, Alfredo Relaño, escribía un artículo a raíz de las reacciones que
habían provocado en la cúpula blaugrana el indulto al entrenador del Real Madrid, Jose Mourinho, por el vandálico acto de intentar poner el dedo en el
ojo a su homónimo azulgrana Tito
Vilanova (entonces Pito) en una
Supercopa de desagradable recuerdo para los merengues. Titulaba el artículo con
un contundente “La obsesión del Barça con
Mourinho” y en uno de sus párrafos más significativos escenificaba un
escenario casi enfermizo de la entidad blaugrana hacia el entrenador luso con
las siguientes palabras:.
“La vieja madriditis del barcelonismo, cuya causa fueron tantos años de
derrotas ante el Madrid, tiene un último vestigio, ahora que las victorias
culés han llegado y en cuantía nunca soñada: Mourinho. Todo se proyecta sobre
él. Más de un madridista con el que he comentado los defectos de Mourinho (en
sus actitudes, porque como entrenador siempre valoré su excelencia) me ha dicho
que basta ver cómo de nervioso se pone el Barça con él para saber cuánto le
conviene al Madrid tenerle”
Pues según lo acontecido desde
que se redactó el citado artículo hasta hoy, parece que la vieja madriditis
azulgrana ha mutado hacía barcelonitis blanca, y lo ha hecho en su forma más
virulenta en el cuerpo de su entrenador, el cual no deja pasar oportunidad para
recordar de forma continua a su rival en cuantas apariciones públicas realiza,
venga o no al caso hacer referencia a ellos.
Y así, sólo comenzar la temporada
en cualquier entrevista insta a su interlocutor a no loar más a los catalanes,
ya que ve legitimado que sea ahora su equipo la referencia futbolística
mundial, al haber conseguido arrebatar por fin el título liguero al equipo de
su antagónico Guardiola. No cae en
la cuenta el luso que la excelencia y el reconocimiento se ganan, y que pedirlo
es el primer paso para no recibirlo.
Y constantemente el Barça sale a la palestra en cada
comparecencia, en el camino hacia la deseada y obsesiva Décima. Y ya no produce extrañeza escuchar, si el Real Madrid pierde o empata contra el Borussia Dortmund, que la rueda de
prensa posterior al partido, no se base en el análisis de los porqués (palabra
ya mítica en el vocabulario del luso) de esos inesperados resultados, sino en
el recuerdo de “otros grupos” de la competición a los que se desprecia su
potencial. Potencial, que por ejemplo, no se tuvo en cuenta cuando no hace
ahora un año se llegó a semifinales dejando por el camino a potencias futbolísticas
como los rusos del CSKA o el
representante del fútbol chipriota de cuyo nombre ahora mismo no logro
acordarme.
Y ahora, en lugar de celebrar el
pase a octavos de final, en un grupo realmente exigente, o en lugar de recrearse en
ser el técnico que más joven ha llegado al centenar de partidos de la máxima
competición disputada, nuevamente tras un partido difícil y no demasiado
brillante, hila una expulsión y penalty de dudosa sentencia, con hechos que van
más allá de un bienio. Y nuevamente sale y se desempolva aquella entrada de Pepe a Alves, y una victoria azulgrana en el Bernabeu, que parece que el
luso no pueda quitarse de la cabeza, y que se ha tomado como una afrenta
personal a su ego y trayectoria.
Da la sensación Mourinho de no ser feliz con lo que
tiene. Da la sensación de vivir de forma perenne en el recuerdo de lo que pudo
haber sido y no fue. Da la sensación de rabia contenida en cada una de sus
apariciones. Y el foco siempre va dirigido en la misma dirección: el equipo
azulgrana.
Poco importa si se le pregunta o
no por él. Poco importa que el partido de los catalanes tenga incidencia en el
propio partido de los blancos. Qué más da si el Real Madrid se ha clasificado, o ha jugado un buen partido. Siempre
quedará esa puya hacia esa obsesión que ya viene de lejos, y que hace que la
frase que un día pronunció el técnico luso en el balcón del Palau de la Generalitat de Catalunya
cobre sentido. “Ahora y siempre el Barça
en mi corazón”.
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5 comentarios:
de acuerdo con lo que dices, solo que tienes que enteder que mou hara lo que sea por no hablar de futbol. porque sencillamente no le conviene. y en eso el barca es una ayuda muy pero que muy facil....
¿cuántos lectores pierde el "as" al criticar a josé mourinho?
Yo lo veo asì de fàcil. Algo asì como un caso de sillon de terapia. Lo de Mou es un caso tìpico de amor y odio, que por dsgracia lo ha llevado a lìmites de rencor y venganza....hace muchos años, Mouriño se enamorò perdidamente de una dulce y bella doncella azulgrana..al poco tiempo ella lo rechazò y lo apartò de su vida porque era demasiado celoso, mentiroso y no encontraba quìmica con èl..Dolido y destrozado en su orgullo, Mou, se marchò y se fuè a estudiar. Logrò sus onbjetivos y conquistò a muchas otras doncellas, todas muy bellas y aristocràticas..las tubo a sus pies y las colmo de tìtulos y regalos. Nada que envidiar, Mou lo tenìa todo, era el puto amo..sin embargo sus pesadillas y tormentos lo seguìan flagelando. Era un hombre lleno de rencor y miserias, capaz de todo contra su añorada y dulce doncella azulgrana a quièn nunca pudo conquistar..este dolor, incluso se incrementò al informarse que su obsesionada y deseada doncella, se enamora y se casa con un principe de su pueblo Cataluña, ni mas ni menos que Pep Guardiola..Mou, un arrogante y presumido conquistador se sintiò aùn peor. De pronto el inefable, se viò disminuido y apartado cuando la doncella y su principe, conquistaron juntos muchas tierras, derranado flores y cosechando tìtulos..la fiera de Mou, no lo podìa permitir, ha perseguido a su amor imposible a lìmites insospechados..està tan traumado, que un dìa dejò a su ùltima novia, una acaudalada diva italiana(lèase Inter)y viajò para casarse con una de las mas apreciadas bellezas de Europa, que se ufana de su reputacion y nobleza, pero sobre todo de su "señorio"...nada màs falso, Mou tenìa un plan, acercarse lo màs que pueda para destruir a su tormento, la dulce doncella blaugrana. Y para ello habìa que mover cielo y tierra para impedir que su enemigo el principe Guardiola siga al lado de su amada esposa.
Ya sabemos la historia, llegò un dìa de Nov. del 2010 y se enfrentaron con todas su fuerzas, con todas las armas disponibles. Mou quizo doblegar a su imposible amor, pero fuè derrotado categoricamente. Mou perdiò 5-0 y quedo bloqueado por siempre. Su fugura patètica y arrogante quedo malötrecha, sin respuesta, como el personaje del film The Wall de Pink Floyd...Ya nada cambiarâ la historia y aunque ha logrado ganar ciertas batallas, no ha dejado de odiar a su amada doncella blaugrana. Y termino con este anâlisis, porque encima de todo la dulce doncella pariò a un niño de nombre Leo, que ha resultado un geniò jugando al futbol, se llama Messi...Pobre Mou, està a un paso dela clìnica mas cercana. Sus pesadillas y tormentos son incurables y el pronòstico sigue siendo muy malo.
Lo más triste de todo es que el madridismo de Perez y Mouriño no sabe perder, especialmente frente al Barsa. Y eso se nota. Es un gusano que crece por dentro, va aumentando de tamaño y como no se trate con la seriedad que merece acaba siendo letal.
En el clavo, José Carlos. Ni una coma que añadir ni que quitar.
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