Ha finalizado la primera vuelta de una Liga sorprendente, en la que más de un cule, incluido el autor de estas líneas, sospechaba que el traspaso del legado de Guardiola iba a ser más caótico y complicado de lo que estamos viendo. No ya por pesimismo, pero sin por sentido común, y aplicando una cierta memoria historia, vemos como, a cualquier época de “vacas gordas”, le llega sin remisión su final, y períodos de crisis cíclicos aparecen a la espera de una nueva recuperación que permita el resurgir.
No hace falta recordar a nadie la actual crisis económica en la que estamos
sumergidos, después de haber vivido los años más prósperos que se recuerden. Pues
bien, en el fútbol, que se suele mover por idénticos parámetros, no es extraño
que el final de los ciclos de éxito acaben de forma abrupta, y que éstos queden concatenados a
períodos negros con estrepitosos fracasos que recordar. Yo, muy a mi pesar, no
puedo dejar de pensar en aquellos cinco años en blanco, en las que mis visitas
al Camp Nou eran frecuentes, y que acababan en ocasiones con mi deserción al
medio tiempo de los partidos, o con una cabezadita en la butaca a la espera del
pitido final.
Puede que esa experiencia negativa influya en mi percepción de las cosas, y
temía, que la marcha del mayor icono conocido hasta la fecha, dejará una
nostalgia tal, que incapaces de substraernos de la influencia de Pep y su capacidad de gobierno, hiciera
que el equipo quedará aletargado a la espera de un tiempo mejor. Imaginaba un
escenario con un Madrid lanzado, más
después de la Liga conquistada, y
con la necesidad de hacer ver a sus seguidores que el primer paso del
derrumbamiento culé era un hecho.
Esperaba como mal menor, un transcurrir placentero en una especie de
llanura. Un transcurrir algo anodino después de la vorágine vivida, en la que
la que cual cordillera montañosa, un pico superaba al siguiente, y un momento
de emoción sustituía al anterior sin apenas tiempo a disfrutar de los éxitos
vividos. Un éxito, otro más, una victoria redonda, una paliza en campo
contrario, un trofeo soñado, un título sin paliativos, un reconocimiento
colectivo y un sin fin de galardones individuales parecían gestas insuperables.
Esperaba un transcurrir sin sobresaltos, cómo esas etapas de transición tan
propias del ciclismo, que sirven de descanso entre épicas hazañas en busca de
esas carreteras que a más de uno se le atragantan incluso al volante de un vehículo
a motor.
Incrementaba mi percepción de época anodina, la figura de Tito Vilanova, el cual parecía la antítesis
de su antecesor. Vivo, comunicador, inquieto, social, uno… apocado, con aire
tristón, melancólico, y hasta algo soso, el otro. Tal y cómo él dijo en su
presentación, partía con desventaja en su particular viaje. El peso de su
mochila era tan grande que parecía tarea inhumana afrontar el próximo pico, la
próxima cumbre. Una carga tan voluminosa presagiaba un transporte por terrenos
sin dificultades, con kilómetros y kilómetros sin emoción, a la espera que el
paso del tiempo hiciera disminuir el equipaje, y permitiera a sus portadores
recuperar fuerzas para atacar de nuevo las más altas cumbres.
Pero ante mi sorpresa, y creo que la de la mayoría, ese transito ha sido
tan breve, que nuevamente hoy nos encontramos sumidos en una vorágines de
partidos excelsos, de loas infinitas y de expectativas sin límites. A dieciocho
puntos de los blancos y firmando la mejor primera vuelta nunca vista, el equipo
azulgrana ha acabado incluso con el debate.
Ni el propio seguidor del Real
Madrid, en contra de lo que sucedía en años anteriores es capaz de poner un
pero a la hasta ahora dictatorial hegemonía culé en la Liga. Y no sólo por la diferencia de puntos, si no incluso por la
sensación de imbatibilidad que denota un equipo, que lejos de mostrarse agotado,
parece haber resurgido todavía con más fuerza para poder así, transitar a
velocidad de vértigo con ese pesado equipaje con la que empezó su actual
periplo.
Una equpaje, pero, transportada entre menos manos que con Guardiola. Y es que esa es una de las
principales variantes que Tito ha
aplicado al modelo. La “loto Pep” ha
pasado a la historia, y las “Guardioladas”
son un recuerdo. Esperemos que esos catorce o quince jugadores que están
soportando todo el peso de este viaje, lleguen con fuerza al final del
trayecto, y logren subir esa mochila al más alto pico.
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9 comentarios:
¿Qué no hay debate?... Si el Madrid consigue la Copa y la Champions no reiremos los merengues de esta época de Tito Vilanova.
No hay llanuras en la cumbre.....Hay que intentar no caer por el precipicio. Es difícil subir, pero es duro mantenerse. Y entretanto, hay que disfrutar de las preciosas vistas!!!!
HOLA JOSE CARLOS ME GUSTARIA SABER TU OPINION DE THIAGO Y SI TE PARECE QUE PUEDA LLEGAR EL RELEVO DEL GRAN XAVI TANTO EN EL BARSA COMO SELECION ESPERO CON ANSIA TU RESPUESTA GRACIAS Y SIGUE ASI
Thiago?.. A decir verdad al principio no me convencía. Lo veía demasiado dado a la firigrana y poco efectivo. Pero poco a poco,ha ido corrigiendo esos tics, y cada vez se parece más a los artistas que juegan a su lado.
Lo difícil es que tenga minutos esta temporada salvo percance en la media (Tito rota poco), pero si tiene paciencia, creo que puede ser la pieza que compagine con Xavi la construcción del juego del equipo.
Aunque Xavi sólo hay uno, y se le haría un flaco favor esperar de él una fotocopia del de Terrassa. Con Thiago creo que habría menos pausa y control, y algo más de fantasía. Pero es muy joven, así que su margen de mejora es todavía casi infinito.
Gracias por comentar y valorar mi opinión.
Un saludo.
Xavi es insustituible en el Barça y por desgracia también en la selección.
El Barça empezará a caer, cuando Xavi empiece a bajar el nivel.
A mi se me plantea la duda respecto a la necesidad de un entrenador en un equipo, y por otro lado, si en realidad el efecto Guardiola era el efecto Tito.
Puede que pronto lo averigüemos.
a este nuevo barca aun le falta certificar el juego con titulos, tal y como lo hizo pep, ademas de demostrarlo en los duelos directos con el equipo de mou.
y yo creo que el cambio de ciclo estra mas asociado a cuando esta generacion de jugadores se vaya eclipsando, no habra otro xavi, ni otro iniesta ni otro messi.
Me ha gustado mucho lo escrito. Yo, con 23, recuerdo también aquellos 5 años de ostracismo, de luchar por el 3er puesto y, aun que era pequeño, mi padre me hablaba de que el Barça había sido una maravilla sólo 2 años atrás, escuela de fútbol y de títulos (tantas ligas seguidas...) Luego vino Guardiola, y ya sabemos, frotarse los ojos hasta decir basta (y coincidiendo con la selección, lo que bajo mi punto de vista abrió los ojos al mundo). En estas, lo de Tito primero me sorprendió, luego me resultó lo menos traumático, y los hechos me han convencido que el trabajo bien hecho es trabajo, te llames Guardiola, o sr. desconocido para el mundo en general. Sinceramente, el Madrid podría ganar perfectamente la Copa del rey y de Europa (esto último desluciría mucho la liga ganada del Barça, salvo batacazo monumental)pues el Madrid ha pasado de puntillas los 18 puntos, cosa hace años IMPENSABLE en el adn Madridista. Pero, ¿vieron al Barcelona el domingo contra el Málaga? ¿vieron anoche al Madrid contra el valencia? Aún a riesgo de que los culés caigan hoy ¿?, creo, que la cara de los periodistas en Milán lo dice todo, si todo sigue igual, mi impresión es que éste año podría ser muy parecido al 2009, sería magnífico, no sólo por los títulos, sino por autoconvencimiento, por maneras, por formas, por todo. Espero que así sea.
el barca empieza una etapa de montaña, despues del duelo de copa con el malaga me queda claro algo: este equipo tiene menos banquillo del que se presume y supone ya que hay poquisima confianza en villa, tello, song, thiago por mencionar a los que cuentan con mas experiencia , no se si las fuerzas alcanzen para competir por todo hasta el final.
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