Llevamos ya unas semanas hablando
de Mourinho y de sus trifulcas. De
su enfrentamiento constante con la prensa, que le llevo a interpretar una
secuencia, según narra el periodista afectado, propia de “Los Soprano”. De su enfrentamiento o pulso al capitán del equipo, Casillas, al que sienta en el
banquillo, generando así un ruido casi ensordecedor, que le llega en forma de
silbidos desde la grada en cada una de sus apariciones. De su enfrentamiento
con su propia institución, obviando obligaciones que un cargo de su importancia
y nivel requieren, y dejando al máximo mandatario a los pies de los caballos, y
viendo como éste tiene que lidiar con preguntas y situaciones incomodas. En
definitiva, enfrentado y peleado con el mundo que le rodea a la espera, se
supone, de alzarse con “su” tercera Champions, y demostrar de esta forma su
hegemonía en la máxima competición, teniendo así un argumento más, para, cómo
suele hacer de forma repetitiva, añadir un título más a su discurso auto
propagandístico.
Es difícil desde fuera, cómo
simple espectador saber los porqués de esas situaciones. Más si se hace además,
cómo es mi caso, fuera del mundillo periodístico, y como simple aficionado a
juntar ciertas frases con cierto sentido. Es hasta aburrido leer, y releer cada
día noticias e interpretaciones de sus movimientos, de sus declaraciones, de su
futuro y de su pasado. Pero a su vez, es imposible mantenerse indiferente ante
el sinfín de informaciones y opiniones que se vierten en los medios.
Y según mi visión, creo que en
esta ocasión Mourinho no ha medido
bien sus actos, y en concreto la gestión de la portería de su equipo puede ser
el paso definitivo que selle el fin de su ciclo en el Bernabeu. Creo, y digo
creo, ya que no tengo ninguna prueba de ello, que el portugués le tiene ganas a
Iker desde hace ya tiempo. Pero es
consciente que no hay relevo para él, y que por mucho que hable del buen
rendimiento de Adán en los
entrenamientos, ni él se fía de la consistencia de éste en la portería.
Pero a trece puntos del Barça en la Liga, en el momento que tomó
esa decisión, la ocasión “le ponía a
huevo”, cómo vulgarmente se dice, gestionar un cambio en la portería. Con
la Liga perdida, según sus propias
palabras, y con dos frentes más abiertos, que en el caso de conseguirse dejarían
la ventaja de los azulgranas en anécdota, la inclusión del guardameta del
filial en el once titular suponía el primer paso de su “vendetta” particular hacia el capitán.
En definitiva, cualquier partido
de un equipo grande, viene en muchas ocasiones marcado por escasas
intervenciones del portero, el cual a lo sumo debe intervenir únicamente como
trámite, limitándose a recoger pases de sus compañeros o ejecutando saques de
portería. A veces, mi propia hija, viendo partidos de los azulgranas, comenta
que ella misma podría haber estado bajo los palos, ya que son mínimas las
ocasiones en las que Valdés aparece
en pantalla. Y creo que eso mismo ha pensado Mou. Total, que más da, Casillas
que Adán, para lo que tienen que
intervenir.
Pero la apuesta salió mal, y los
trece puntos engordaron a dieciséis, y el riesgo que asumía con el cambio, se
tornó en su contra, y mucho de su crédito,
en la prensa, en la grada y puede que en parte de la plantilla.
Nada hubiera ocurrido si, cómo
suele ser habitual el partido del Málaga
hubiera finalizado con las habituales exhibiciones de la delantera blanca, y un
resultado de dos a cinco en el marcador. Pero este año, al Madrid le está costando cerrar los partidos, y las habituales
paradas salvadoras de Casillas no
encuentran de momento similitud en las aportaciones de un Adán, que sigue
siendo una incógnita, y al que no se le puede juzgar, al tener que actuar al
borde de un ataque de nervios.
Adán, por mucho que su técnico diga ahora que se le falta el
respeto, nunca ha tenido su confianza. Sólo hace falta recordar cómo la
temporada pasada fue descabalgado de la titularidad en Copa, cuando el rival dejó de ser una comparsa. Nunca, el del
filial, se ha sentido respaldado, y ahora, sabe, o intuye (al menos yo lo haría),
que está siendo utilizado como arma arrojadiza, en una guerra, en la que él no
participa, pero que cómo suelen acuñar los analistas de guerra, es un daño
colateral.
Y sólo hace falta ver, cómo ayer,
cuando de verdad los blancos se jugaban algo, su papel volvió a ser el
habitual. Seguro que lo agradeció. Ahora tendrá otro semana de reposo, ya que
su expulsión en el último partido así lo marca, pero, o mucho cambias las
cosas, o deberá ir templando esos nervios, ya que su papel en la Liga seguirá
siendo protagonista, quedando Casillas
reservado para aquellos duelos en los que algo haya en juego. La Copa y la Champions son ahora el objetivo, y Mou sabe, que sólo con los mejores podrá competir. O alguien
imagina una eliminatoria contra el Manchester con Casillas en el banquillo? Yo
no.
Tweet
https://twitter.com/jcarrasquet
Si te ha interesado este artículo, quizas quieras leer estos:
3 comentarios:
Mourinho ha tensado la cuerda hasta límites insospechados en el Real Madrid porque se quiere ir cobrando los 20 millones de finiquito y Casillas es unos de sus recursos, otra cosa no le interesa, todas sus derrotas serán por culpa de la institución, la prensa etc,etc,etc.
Hola JC es muy cierto tu comentario, solo que ahora es mejor hablar de nuestro portero el cual desmiente al club y piensa en otras culturas... Sera facil encontrar otro Valdes??
Un saludo desde El Salvador
La verdad es que Mou no confía en nadie. Ni en él mismo, me parece... Sinó actuarís de forma distinta!
Publicar un comentario
Me interesa tú opinión. Entre todos, con debates de interés, podemos hacer este sitio más atractivo. Gracias por la lectura del artículo