Aquí en Barcelona, en los últimos meses de Guardiola como entrenador del primer equipo, corría el rumor, de
que Pep, confesaba a Tito Vilanova su hartazgo por
diferentes situaciones que le había tocado vivir en su exitosa trayectoria, y añoraba
su primer año en el equipo azulgrana. Y no me estoy refiriendo al año del
famoso sextete, aquel que le hizo perder la poca cabellera que aun conservaba,
sinó el de su debut en el banquillo en un filial con el cual consiguió el
primero de sus hitos, con el ascenso a la Segunda División B.
Imagino que en aquella época, en
campos de Tercera, y lejos de los medios, la ahora famosa pareja de técnicos,
se dedicaban a realizar exclusivamente aquella tarea que de verdad les confortaba.
El fútbol. El diseño de los entrenamientos, el análisis de los rivales, el
partido, la revisión de cada encuentro, el contacto con unos jugadores noveles
aun en fase de formación con ganas de aprender. Tareas todas básicas, y que son
las que realmente dan sentido a los profesionales de cualquier deporte.
Qué lejos le debía parecer a Pep,
y a todos sus colaboradores aquellos partidos en campos casi desconocidos,
disputados en gradas semivacías, y con el único objetivo de ver en el campo la
confirmación de una estrategia bien definida.
No sé si habéis sido
entrenadores, pero, yo, que estoy teniendo esta oportunidad, de verdad os
digo que no hay nada más gratificante, que observar cómo un equipo al que
diriges, sea del nivel que sea, intenta poner en práctica aquello que tú te
esfuerzas en transmitir. Un cambio de juego, una salida desde la línea de fondo
con el balón controlado, una presión avanzada o una defensa a ultranza, ejecutadas con éxito después de haberse trabajado durante los días previos al
partido, te dan la satisfacción de un trabajo bien hecho. E independientemente
del resultado, el ver plasmada tu idea, en once chavales en etapa de formación,
resulta una sensación de lo más gratificante.
Supongo que es a eso a lo que Pep se refería. A la esencia del
deporte y de la competición. Y hoy, en una semana en la que se habla de
corrupción, de partidos amañados y de apuestas ilegales. En una semana en la que
después de partidos de renombre lo que ha quedado de ellos, poco tiene que ver
sobre el juego en sí, y día tras otro se analizan hasta la extenuación escenas
de escupitajos, o encuentros casi sibilinos en las profundidades de un párking,
creo que se está perdiendo la verdadera esencia de este deporte, que en
definitiva se creó para el goce y disfrute de los que los practican y lo
observan.
Yo me pregunto, dejando de lado
el tema de la corrupción, si realmente lo ven así cierto sector de la prensa,
que hace de la confrontación y la agresividad su hoja de estilo. Me pregunto si
esos profesionales se sientas en su butaca y observan el partido con el
objetivo de pasar un buen rato. No sé si observan el juego, si se deleitan con
un control (yo por ejemplo en el último clásico, flipe literalmente con el que
hizo Ozil casi de espuela de
espaldas a la portería, y soy culé)., si disfrutan con un buen regate, o sí
saben reconocer la superioridad de un rival. En ocasiones creo que ven los
partidos libreta en mano, rebobinando hasta la extenuación lances del juego,
que en un riguroso directo son inapreciables. Disfrutan en la disputa, en cada
lance con visos de polémica, y dejan de lado lo que realmente importa: el
juego.
A mi no se me caen los anillos,
si después de un partido de mis niños he salido derrotado y he de reconocer que
el otro equipo ha sido mejor. Sin ir más lejos este fin de semana, hemos
perdido el segundo partido de esta temporada, y una vez en el vestuario, todavía
oiga resonar los gritos de mis chavales enjuiciando la labor del árbitro con
palabras no reproducibles. Mi resumen fue otro, y en una única frase, les hice
saber mi diagnóstico. Nos han dado un baño. ¿Tan difícil es reconocer eso?. Tan
difícil es explicar que por ejemplo, el otro equipo fue más agresivo, más
intenso, más preciso en el pase?. ¿Tan difícil es reconocer que el otro equipo
ha tenido el control del juego en todo momento, y que no ha metido más goles
porqué la suerte ha estado de nuestra parte en incontables ocasiones?.. ¿Porqué
sólo nos fijamos en el árbitro?. ¿O en aquel de la grada que ha chillado no sé
qué?.. ¿O en aquel otro jugador que me ha dicho, que me ha dado, que me ha
empujado?..
¿Tan difícil es hablar sólo de fútbol?
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4 comentarios:
Desgraciadamente, cada vez es más difícil hablar solo de fútbol. Teniendo en cuenta la competencia que hay ahora, con la gran cantidad de televisiones que hay con sus respectivos programas hablando de fútbol, muchos han de rebajarse a determinado nivel para poder tener cierta audiencia. Es una pena, pero es así.
http://estacioncampnou.blogspot.com.es/2013/02/aqui-he-venido-hablar-de-futbol.html
Yo creo que el problema es que hay que rellenar tanto minutaje y tantas páginas sobre fútbol, que este no da para tanto, así que se tiene que recurrir a lo superfluo, la anécdota, la polémica forzada, etc. Y, peor aún, se ha de hacer de forma sesgada y torticera para alimentar el espíritu del aficionado de a pie y justificar cualquier contrariedad. Si solo se hablara de fútbol, los informativos de deportes durarían 15 minutos en vez de 30 y los diarios tendrían la mitad de páginas (o menos). Y ojalá fuera así. Menos paja y más grano es lo que hace falta.
Correccion, Pep jugo con el filial en tercera y lo ascendio a segunda B, de ahi viene el mito de ascender a 2 jugadores de tercera( Busi y Pedro) directamente de tercera a primera.
Bravo Juan Carlos. Para variar.
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